El valenciano que conquistó Cartagena

«Me llena de orgullo haber sido parte de este proyecto». Es una pena que la frase de Paco Guillem (Meliana, 1964) sobre lo que supone para él haber formado parte de la familia del Valencia Basket no pueda transmitir en negro sobre blanco la emoción de una voz quebrada. El técnico valenciano la pronunció hace una semana, en el parquet de la Fonteta, nada más culminar el ascenso histórico con el Cartagena C. B. a la LEB Plata, en la Fase Final EBA 2021 disputada en Valencia. Lo hizo, las vueltas que da la vida, bajo la bandera de campeón de la ULEB Cup 2003, el primer título europeo del entonces Pamesa. En aquella temporada Paco Guillem era el entrenador ayudante de Paco Olmos. El que también fuera uno de los jugadores del ascenso del Pamesa a la ACB en 1988, que había cumplido 23 años pocos días antes de la Fase Final, vivió 18 años después otro momento de gloria en el parquet de Hermanos Maristas.

Más allá de la emoción del ascenso, Guillem quiso acordarse de una persona muy especial que no pudo abrazarle para compartir su felicidad tras el hito conseguido con el equipo cartagenero: «Valencia me trae muy buenos recuerdos y me emociono de pensar en toda la gente que no está ya con nosotros pero también de todas las personas con las que me pude reencontrar en la Fonteta. Me acordé mucho por ejemplo de Don Martín Labarta, que siempre estaba preocupado por todos y que a buen seguro que hubiera sido el primero en ponerse a disposición de la Fase Final de la EBA para lo que hiciera falta. Cualquier problema lo solucionaba en nada. Era un señor en mayúsculas, la palabra señor en el diccionario debería ir con la foto de Martín. Aprendí de él muchas cosas».

«Ascendió también el filial del Valencia Basket, aunque yo aún le llamo muchas veces el Pamesa, que ha jugado una temporada extraordinaria. La verdad es que fueron unos días de muchas vivencias porque además en la Fase también jugó mi hijo en el grupo del Valencia Basket pero no tuvieron muchas suerte. El poder compartir esos días con él, que es cartagenero, también lo hizo muy especial. Fue de guión de película», admite. Y tanto. Kiko Guillem no había cumplido tres años cuando su padre le sacó en brazos a la pista de la Fonteta para celebrar, con las gradas llenas de gente, aquel título de la ULEB Cup donde Kammerichs acabó subido a una canasta desafiando la ley de la gravedad. Hace una semana, Kiko también disputó esa Fase Final de la EBA en la Fonteta con la camiseta del C. B. Tormes de Salamanca y presumiendo de orgullo de ver un estandarte de campeón donde su padre tuvo mucho que ver.

El ascenso del Cartagena para Paco Guillem fue un triunfo personal de carrera de fondo para el valenciano de más de ocho años. El técnico de Meliana ha pasado por todos los cargos en el club, aguantando todos los vaivenes en unos años convulsos y con los problemas económicos de los clubes deportivos que viven apartados de los focos. Sobreviviendo. «Ascender con el Cartagena supone para mí cerrar un círculo porque le debo mucho a Valencia pero también a Cartagena. Me eduqué como jugador y como persona en Valencia y en Cartagena me dieron la oportunidad de ser entrenador y devolver al club y a la ciudad a una liga profesional me llena mucho. Ahora ya puedo descansar. Es un objetivo cumplido que tenía pendiente desde hace muchos años, devolver a Cartagena donde se merece», reconoce.

Guillem también quiso tener un recuerdo para Rubén Burgos y para el crecimiento global del Valencia Basket que en 2021 ha convertido su Ciudad Deportiva en una referencia para el baloncesto español: «Estoy con la boca abierta, no sólo con lo que han hecho con L'Alqueria del Basket sino cómo lo están utilizando. Es una maravilla. Le están sacando todo el zumo posible y es alucinante para el mundo del baloncesto, con todos los torneos que organizan, el crecimiento de la cantera, el equipo femenino que ha completado un gran temporada. Quiero felicitar a Rubén Burgos al que he visto crecer desde pequeño en el mundo del baloncesto. Ahora verle triunfar como entrenador me hace muy feliz».