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El vestuario taronja vuelve a blindarse para salvar el proyecto de Ponsarnau

El vestuario taronja vuelve a blindarse para salvar el proyecto de Ponsarnau

La plantilla del Valencia Basket quiere repetir la respuesta del pasado curso a la crisis buscando un triunfo en Tel Aviv que calme los nervios

Lunes, 21 de octubre 2019, 23:06

Hace justo once meses, el Valencia Basket ganó un partido en la sala Pionir de Belgrado ante el Partizan (61-69) que fue el renacer de un equipo que navegaba en la ACB con un balance negativo de 4-5 después de no competir contra el Unicaja, Real Madrid, Baskonia y de recibir una paliza en Tenerife (100-66). Aunque el ecosistema es distinto, la Euroliga lo condiciona todo, la situación es similar, con los nervios en el entorno apuntando a la figura del entrenador, Jaume Ponsarnau, y el descontento de la Fonteta expresado tras la derrota del domingo frente al Unicaja (63-79). La receta del vestuario taronja, pese a la marcha de referentes como Rafa Martínez continúa el bloque del pasado curso, es repetir el camino de la pasada temporada.

La plantilla quiere blindar las paredes de la Fonteta, olvidarse de las dudas, críticas, redes sociales, medios de comunicación... y centrarse únicamente en el siguiente partido, para no presionarse con objetivos a largo plazo en las competiciones. Cada partido es una batalla y la primera llegará el jueves en Israel. «Tenemos un equipo de catorce para hacer las cosas bien y nos queda mucho trabajo por hacer si queremos llegar el nivel de la pasada temporada. Tenemos que reaccionar en Tel Aviv frente al Maccabi», declaró Van Rossom tras la derrota frente al Unicaja. El belga fue el mejor aquella noche en Belgrado, con 6 triples y 20 puntos, y tiene claro el camino a seguir para superar el actual bache: «La respuesta a las críticas la tenemos que dar en la pista. No nos gusta perder, lo mismo que a la afición. Cuando las cosas no te salen no entra ningún tiro, ya sean liberados o bandejas. No estamos en nuestro mejor momento y no queda otra que trabajar». El segundo capitán tiene claro que ese aislamiento de la crítica engloba a todo lo que se diga sobre el futuro de Ponsarnau: «Nosotros nunca nos expresamos sobre estas cosas, ya ocurrió el año pasado y ahora debemos seguir el mismo camino. El equipo tiene que estar unido y dar una respuesta el jueves en la Euroliga».

Guillem Vives también disputó aquel partido frente al Partizan, donde su actual compañero Marinkovic fue la mayor amenaza de los serbios. El catalán, en declaraciones a este periódico, reconoció el primer paso antes de afrontar el encuentro frente al Maccabi. El que dieron hace once meses regresando en avión desde Tenerife: «Nos tenemos que vaciar mentalmente para volver con más fuerza. Como pasó hace un año es una situación reversible, lo que no tenemos que hacer es hundirnos cuando las cosas no salen bien».

Lo primero para superar una crisis es reconocer el mal momento. Un balance de 0-6 contra equipos de igual o superior potencial lo es en un proyecto grande: «Estamos en una situación difícil, en una mala dinámica, y tenemos que revertirla como sea. Creo que ante el Efes competimos bien ante un muy buen equipo pero se nos escapó y es verdad que frente al Unicaja no estuvimos para competir. Cuando se fueron nos hundimos por la falta de acierto. La espiral negativa condiciona». Vives, como Van Rossom, también opta por aislarse del ruido exterior sobre la figura de Ponsarnau: «Sabemos cómo es una parte del público en la Fonteta. Son exigentes, sabemos en el club que estamos y que es difícil en casa cuando hay esa tónica de mal ambiente. Cuando eso ocurre lo que tenemos que hacer es apretar más y luchar. No soy nadie para decir lo que tiene que hacer la gente lo que depende de nosotros es trabajar, confiar en el entrenador, dar el cien por cien en cada entrenamiento, cambiar la imagen en Tel Aviv y salir de la espiral negativa en la que estamos».

El equipo regresó ayer al trabajo para preparar la doble cita de la semana en la Euroliga y la ACB. El calendario volverá a obligar a los taronja a enlazar los viajes a Tel Aviv y Burgos. Tras el encuentro en Israel la expedición volará directamente hasta tierras castellanas para preparar la cita frente al San Pablo.

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