Victoria en el barro que sabe a Copa

En el arranque del último cuarto, las sensaciones en pista eran muy favorables al UCAM Murcia. No sólo por el 66-70 tras un triple de Bellas sino porque su habitual dureza (legal) había logrado zarandear a un equipo que venía con el desgaste de dos partidos seguidos en Atenas y Belgrado... pero no se llevó la victoria porque esa táctica acabó siendo contraproducente. Acabó picando a un rival con más calidad. Empezó por Prepelic, al que le pitaron una antideportiva después de recibir mucha cera, aunque la clave se llamó Van Rossom.

El belga cogió en defensa a Frankamp con 21 puntos al inicio del último cuarto. El cañonero del UCAM acabó con 21. El de Gante secó a la estrella rival y la desquició. De esa energía de Sam se contagiaron Kalinic y Derrick Williams, para amasar un parcial de 23-8 que dinamitó el partido y le dio una victoria al Valencia Basket que vale media Copa. En el barro. Con las armas del rival. Marcando territorio. La cuarta victoria seguida en la ACB permite a los taronja asomar a la octava plaza con un balance de 8-6 y con cuatro partidos por delante. Los de Ponsarnau, más que nunca, dependen de sí mismos para estar en la cita de Madrid del próximo mes de febrero.

El primer problema para los de la Fonteta llegó en el calentamiento, con las bajas de Labeyrie y Vives por molestias musculares. El francés, que había tenido un buen regreso desde la lesión, hubiera sido una pieza importante para el juego de desgaste que el UCAM Murcia iba a poner sobre el parquet. El primer cuarto, con los murcianos ya refugiados en una zona, se le atragantó a los taronja como un polvorón. Sin capacidad para correr, con plomo en las piernas, el Valencia Basket lo basó todo al triple y salió trasquilado en ese parcial con un 1 de 10 donde siete de los nueve jugadores locales que pisaron la pista lanzaron al menos uno. Con un 13-32 en la valoración, el gesto de Sito Alonso era de contrariedad por el 14-22 en el marcador. El madrileño sabía que del colapso del rival debían haber sacado una mayor renta para hurgar en el nerviosismo local.

No le faltaba razón al técnico del UCAM en su gesto. Un triple inicial de San Emeterio (17-22) fue el mejor spoiler de lo que iba a suceder. Los de Ponsarnau comenzaron a encontrar las costuras a la zona 3-2 que mantuvo Sito Alonso, con Cate y Lima achuchando en la subida de balón para instalarse después en el centro de la bombilla en defensa, para labrar un parcial de 28-21 en el segundo cuarto (con 4 de 6 en triples) para que el partido se marchara al descanso con un 42-43.

El UCAM siguió apostando por una zona calcada a la que Aíto García Reneses utilizó con el ALBA Berlín para tumbar al Valencia Basket en la Euroliga. En el inicio del tercer cuarto le volvió a salir bien, desquiciando a los taronja con cada triple fallado y castigando en ataque con un Cate que apretó el cansancio de Dubljevic (45-49). Cinco puntos seguidos de Kalinic iniciaron la reacción de los locales que se culminó con un triple de Puerto (58-56). El canterano, por cierto, ha tenido un máster en los últimos tres días con minutos de calidad para defender a dos de los mejores anotadores de Europa (Loyd y Frankamp) y anotando tres triples en esos dos partidos. Los murcianos, eso sí, volvieron a dar un acelerón para poner el 60-62 al final del tercer cuarto.

Rojas estiró la renta para los murcianos en el arranque del último cuarto (60-65) pero Van Rossom no estaba dispuesto a perder el partido. Un triple del belga (63-65) y una técnica a Ponsarnau por protestar una falta no pitada, el listón de la dureza ya estaba en el máximo, sirvió para espolear al orgullo de un Valencia Basket que parecía, por momentos, acomplejado y sin gastar las faltas. Los taronja subieron la dureza, llegaron al bonus por primera vez en un cuarto del partido, y desde ahí fueron amasando una victoria ante un rival directo por la Copa que puede valer si no se falla ante el Acunsa y el Gran Canaria en casa.