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Redes vecinales de ayuda surgidas tras la tragedia
20.000 tapers calientes para los afectados por la DANA: las redes vecinales y su valor incalculable
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20.000 tapers calientes para los afectados por la DANA: las redes vecinales y su valor incalculable

La tragedia ocurrida pone en evidencia la necesidad de disponer de una comunidad en la que cobijarse cuando la situación se torna difícil

Miércoles, 20 de noviembre 2024

Las personas vivimos en comunidad no solo para garantizar la supervivencia y el desarrollo de nuestra especie. Vivimos unidos porque nos conviene a todos los niveles: desde el bienestar individual al colectivo, desde la estructura social a la cultural, desde el apoyo emocional hasta el económico. Somos mejores cuando estamos juntos.

Esta evidencia ha quedado más patente que nunca tras la trágica DANA que el pasado 29 de octubre arrasó 75 municipios valencianos y se llevó la vida de más de 200 personas. Ante una situación de tal magnitud, la reacción social ha sido tajante: «No os dejaremos solos», decía uno de los miles de voluntarios a este diario con la escoba al hombro y las botas enfundadas de camino a la zona cero.

El empeño no solo queda en esos miles de voluntarios que estos días han cruzado la pasarela de la esperanza. Los barrios de Valencia también se han unido. Desde Pilar, que ha dedicado parte del presupuesto de su compra semanal a comprar productos de limpieza y mascarillas; a Jaume y Eva, que han cocinado miles de tuppers calientes para los afectados; o al Colegio Alejandra Soler, que cedió las necesarias ollas de gran tamaño para que Jaume y Eva pudieran cocinar; o a Maitane e Isaac, que han llenado una furgoneta hasta los topes con bienes de primerísima necesidad para llevarlos más allá de la zona seca.

Valencia ha demostrado que atesora un tejido vecinal férreo y una capacidad organizativa que hasta ahora la mayoría pensaba que no existía

Ante la necesidad, virtud. Frente a la catástrofe, Valencia ha demostrado que atesora un tejido vecinal férreo y persistente y una capacidad organizativa que hasta ahora la mayoría pensaba que no existía. LAS PROVINCIAS ha recogido algunas de estas propuestas vecinales.

20.000 tapers calientes y una red de apoyo desde el barrio

Voluntarios de cocina para los afectados por la DANA

En la Cantina de Russafa (local conocido por sus almuerzos) supieron desde el minuto uno que algo tenían que hacer. Al frente del negocio ubicado en la Calle Literato Azorín, están Jaume Vilà y Eva Davó. Todo empezó cuando se propusieron cocinar para llevar comida a las zonas afectadas. Paralelamente, empezaron a colaborar con un taller mecánico ubicado al lado de La Cantina. Durante los primeros días hubo muy buena intención y no demasiada organización (algo lógico teniendo en cuenta el caos y la urgencia de la situación). Sin embargo, a los pocos días la iniciativa fue cogiendo forma y se fue ampliando. De las dos o tres personas que eran en un inicio, acabaron siendo más de 800 voluntarios. De Ruzafa, de otros barrios, de otras ciudades e incluso de otros países.

En el interior de La Cantina habilitaron la cocina con utensilios y grandes ollas cedidas por el Colegio Alejandra Soler. Un total de ciento quince voluntarios (entre los cuales hay cocineros profesionales, nutricionistas y aficionados a la cocina), junto a la empresa asesora nutricional de colectividades Rolling Food, hicieron posible algo increíble: a razón de alrededor de 1.600 raciones de comida cocinadas cada día, desde La Cantina ya han llegado 20.000 raciones a Sedaví, Paiporta, Alfafar, La Torre, Aldaia, Catarroja, Algemesí, Xiva y Picaña.

En el siguiente mapa aparece representada parte de la red de ayuda vecinal que se ha tejido en Ruzafa durante las últimas semanas:

Y en el siguiente, aparece el destino de las ayudas de la red:

Por su parte, el almacén ubicado en el taller mecánico fue tomando forma. Alimentación, medicamentos, botas, higiene personal… El transporte de todo lo recolectado se organizó junto a la plataforma Recortes Cero, que se ocupó de la logística. Cualquiera que pase por la Calle Literato Azorín, a la altura de La Cantina, ha podido observar estos días la gran cantidad de productos de primera necesidad apilados sobre palés listos para ser recogidos y llevados a los pueblos del otro lado del cauce del Túria.

Hasta ahora, La Cantina había permanecido cerrada para dedicar todos sus esfuerzos a la ayuda, pero ya está abierta al público de nuevo porque, al fin y al cabo, es un restaurante que debe seguir trabajando para pagar las facturas. No obstante, su ayuda no ha terminado. Ahora mismo tienen activa la iniciativa 'Recapte de germanor', por la cual quien lo desee podrá pagar el importe de un almuerzo o menú que será enviado a la zona cero. A su vez, y en colaboración con la ONG Juntos por la Vida, La Cantina cocinará cada día una olla de diferentes guisos que la ONG se encargará de transportar a la zona. E incluso tienen entre manos organizar un almuerzo solidario en Algemesí junto a otros establecimientos de almuerzos.

Psicólogas sin Fronteras, en la zona cero antes que nadie

Psicólogas sin Fronteras en la zona cero

En el barrio de la Fuensanta, dentro de un local humilde de la Avenida Tres Cruces que pasa bastante desapercibido, se realiza una labor fundamental para el barrio. Se trata de Psicólogas sin Fronteras, un equipo de profesionales especializadas en psicología de crisis y emergencias. Normalmente se dedican, entre otras cosas, a la «dinamización comunitaria», según ellas mismas indican. En la práctica, esto significa que organizan infinidad de actividades que promueven la cohesión del barrio intergeneracional e interculturalmente. Talleres de yoga, de apoyo escolar, acciones en la calle, intervenciones grupales en colegios y un largo etcétera.

Además de eso, Psicólogas sin Fronteras aporta a todo el barrio un servicio de atención psicosocial especializado en mediación intercultural y enfocado a personas en situaciones de riesgo y vulnerabilidad en el barrio de la Fuensanta.

Con este currículum, no es raro que Psicólogas sin Fronteras llegara antes que nadie a la zona inundada. Antes que los militares, antes que las instituciones e incluso un poco antes que la marea de voluntarios. Debora Procacci, psicóloga y coordinadora de grupos de encuentro para el afrontamiento del estrés en la entidad, cuenta que la misma noche de la DANA se pusieron a organizar el operativo y que, al día siguiente, el miércoles a las ocho de la mañana, ya estaban allí. «Estamos preparadas para esto: ante cualquier situación de crisis o emergencia, nosotras ya sabemos qué es lo que tenemos que hacer y actuamos muy rápido porque hay vidas en juego. La rapidez en dar respuesta es algo muy clave en este tipo de catástrofes», explica la psicóloga.

Disponen de una línea telefónica de apoyo psicológico a los vecinos. Con todo lo ocurrido, decidieron ampliarla para que psicólogos voluntarios pudieran ofrecer terapia a los afectados. No dieron a basto. Recibieron miles de solicitudes de psicólogos queriendo ayudar. Una asociación de barrio, con recursos muy limitados, que creó de la nada y en cuestión de horas una red de ayuda psicológica con cientos de voluntarios. Y paralelamente, las psicólogas que suelen dinamizar la Fuensanta, se movilizaron al terreno para ofrecer terapia presencial y gratuita a personas en crisis o en shock.

De Madrid a Valencia con un furgón lleno de productos

El furgón lleno gracias a la iniciativa de Maitane Parco e Isaac Romero

Está claro que las redes de ayuda vecinal de mano de negocios y organizaciones son fundamentales para garantizar el bienestar de la ciudadanía. Y no es necesario cocinar 20.000 raciones calientes o montar un operativo con decenas de psicólogos dispuestos a ayudar para que el apoyo valga la pena. Cada detalle cuenta, desde mancharse un día las botas de barro o incluso donar el importe de un café a los afectados por la DANA. Esta idea es importante para contar el caso de Maitane Pardo e Isaac Romero, dos chavales que, tras comprobar la magnitud de la tragedia, tuvieron una idea. Ella vive en Valencia, y él en Madrid. Isaac sentía mucha rabia de no poder estar aquí, así que comenzaron a darle vueltas al asunto y acabaron recaudando algo más de 1.300 euros. Con el dinero, llenaron hasta los topes una furgoneta con bienes de muy necesarios en la zona cero: guantes, gafas de protección, capazos, mantas, ropa, mangueras, productos de limpieza e incluso cuatro karchers.

Paralelamente a esto, organizaron el concierto benéfico 'Rap por la DANA' en colaboración con la asociación de barrio Centro Cívico Zigia y con el DJ Antimateria. Todo el dinero recaudado se ha donado a los afectados, y el plan es repetir el evento cada mes.

La red vecinal de apoyo, fundamental

La presidenta de la Federació d'Associacions Veïnals de Valencia, María José Broseta, cuenta que se ha demostrado con creces «la importancia trascendental de las asociaciones vecinales y los vecinos en una tragedia como la ocurrida». Desde la Federación, habilitaron cinco puntos de recogida de bienes por la ciudad. Broseta apunta, además, que las asociaciones y el tejido vecinal de Valencia «es cada vez más fuerte y está formado por gente más joven».

Este reportaje ha sido realizado por LAS PROVINCIAS y Caixa Popular, la entidad cooperativa, valenciana, con valores sociales y solidarios. Una banca diferente que destaca por la gestión ética y profesional y por su solvencia. Una cooperativa que crece generando riqueza local, ocupaciones estables y con una sensibilidad social diferente a otras entidades. La principal entidad financiera valenciana se convierte en un ejemplo práctico de cómo la banca puede contribuir a una economía más justa y equitativa mediante los valores de la Economía Social.

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