Xavi Moret
Jueves, 11 de diciembre 2014, 17:11
El informe pericial que detalla cómo las cuentas de Bankia fueron maquilladas antes de su salida a Bolsa ha dejado al descubierto los pormenores de varias operaciones inmobiliarias bajo sospecha. Entre ellas, algunas llevadas a cabo entre la antigua Bancaja y la promotora de la familia Ferrando, Gesfesa, a través de una filial conjunta, el grupo inmobiliario Nuevas Actividades Urbanas. Según el banco rescatado, los negocios con esta sociedad le han causado un quebranto de 167 millones.
Publicidad
Los responsables del informe encargado por el juez de la Audiencia Nacional que investiga la salida a Bolsa de Bankia la señalan como una de las principales operaciones sobre las que existen «indicios de irregularidad», por lo que Bankia ha encargado la realización de un informe forensic antes de determinar si procede denunciarla ante la Fiscalía, tal y como ya ha hecho con otras 47.
Bancaja Hábitat -hoy integrada en el grupo BFA-Bankia- y Gesfesa son los socios principales del grupo Nuevas Actividades Urbanas, con una participación del 45% cada uno, aunque este año decidieron poner la firma en venta. Sus activos principales son solares para desarrollo terciario y residencial, así como activos en renta, entre los cuales destacan sus participaciones en los centros comerciales Aqua, Arena u Osito Park.
En su memorándum de revisión del grupo inmobiliario elaborado por los nuevos gestores, Bankia reconoció que su socio en Nuevas Actividades Urbanas, Gesfesa, arrastraba tensiones de tesorería, por lo que necesita apoyo de su socio financiero para continuar su actividad. La operación en la que se centran las sospechas es precisamente un crédito de 15 millones de euros concedido por Bancaja en junio de 2010.
En aquel momento, Rafael Ferrando, socio en Gesfesa con un 14% de las acciones, era a su vez miembro del consejo de administración de Bancaja. En diciembre de 2010 fue nombrado vocal en el consejo de BFA -matriz de Bankia- en representación de la caja valenciana. Preguntado al respecto, el también expresidente de Cierval manifestó ayer a este periódico que en aquel momento no era consejero de Gesfesa y tampoco participaba en las votaciones en Bancaja que estuvieran relacionadas con Gesfesa o sus filiales.
Publicidad
Los 15 millones que Bancaja prestó a Nuevas Actividades Urbanas fueron destinada a suscribir, junto con el grupo Montoro, una ampliación de capital en Mediterránea de Actuaciones Integrales, S.L. (MAI) -propiedad al 50% de Nuevas Actividades Urbanas- para cancelar un crédito que esta sociedad había recibido de Bancaja para la compra de solares. Según resaltan los peritos, con esa ampliación se diluyó la participación de Quabit Inmobiliaria (Antigua Astroc) en MAI.
El objetivo del informe forensic es analizar este crédito concedido a Nuevas Actividades Urbanas mediante el que MAI traspasó a su matriz la deuda con Bancaja. Los peritos desvelan que también están siendo analizadas otras dos sociedades del grupo Nuevas Actividades Urbanas: Urbanizadora Fuente de San Luis y Residencial Ademuz, en las que el grupo participado por Gesfesa controla un 43,80% y un 66,66% respectivamente.
Publicidad
Al margen del crédito en entredicho, los peritos destacan el impacto negativo sobre las cuentas del grupo BFA-Bankia por el deterioro de los activos inmobiliarios propiedad de Nuevas Actividades Urbanas, no reconocidos hasta la reformulación de las cuentas del banco en mayo de 2012.
Según el informe pericial, los anteriores gestores de Bankia -entre ellos el expresidente de Bancaja, José Luis Olivas, como vicepresidente y responsable único de participadas- tenían valorada en 200,9 millones su participación del 45% en el capital de Nuevas Actividades Urbanas. El banco no revisó el valor de su participación pese a que varias de las sociedades del grupo se encontraban en una «manifiesta situación de insolvencia», lo que ya desde 2008 provocó «graves dificultades financieras» a la matriz.
Publicidad
De hecho, el informe destaca que, en media docena de casos, el valor de las participaciones de BFA no fue ajustado desde diciembre de 2010. El caso más relevante, según los técnicos, es precisamente el de Nuevas Actividades Urbanas, que supone el 40% del incremento de las pérdidas por deterioro de activos que tuvo que reconocer BFA-Bankia tras su intervención.
El deterioro contabilizado en la reformulación de cuentas por la participación de Bancaja Hábitat en Nuevas Actividades Urbanas se elevó a 167,76 millones, la mayor provisión que tuvo que realizar la entidad por el deterioro de una filial inmobiliaria. Para el conjunto de las participadas de este sector fueron 312 millones en total.
Publicidad
A la vista de las «graves dificultades financieras que arrastraba el grupo», BFA debería haber revisado a la baja el valor de esa participación ya en 2010. Al no reflejar en sus balances el deterioro de esta y otras muchas participadas inmobiliarias, los exresponsables del banco cometieron un «error contable» que acabó ampliando la factura del rescate público de Bankia.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.