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Julián Larraz
Viernes, 26 de diciembre 2014, 19:59
Ros Casares, Thyssen y los seis grandes bancos españoles han firmado el protocolo de entrada en el banco malo de la empresa valenciana. Según ha podido confirmar LAS PROVINCIAS, el MoU (Memorandum of Understanding) tiene carácter no vinculante y descarta la liquidación del grupo siderúrgico en su apartado de planos (automoción), que es el que se desarrolla, fundamentalmente, en Valencia y el norte de España. El acuerdo, según las fuentes consultadas, sí que plantea el cierre de la fábrica de Toledo, que es donde Ros Casares centró la fabricación de tubos, un tipo de producto ligado a la construcción y que los bancos consideran que no tiene futuro.
La administración concursal de Ros Casares presionó recientemente a las partes al proponer al juzgado de lo Mercantil que tutela el concurso de la firma siderúrgica valenciana que decretara el cese de actividad. Dicha decisión implicaría la necesaria liquidación de todas las empresas del grupo y el despido de toda la plantilla.
A falta de su desarrollo completo, el MoU firmado contempla la continuidad empresarial y que el 50% de las acciones sea para la gran banca (Santander, BBVA, Caixa, Bankia, Sabadell y Popular), el 40% para Thyssen y sólo el 10% para los actuales accionistas de Ros Casares.
Según explicó ayer a este periódico Thomas Bemm, representante de ThyssenKrupp Stahl-Service-Center GmbH, el grupo alemán «sí tiene interés en continuar con el negocio de Thyssen Ros Casares, S.A., manteniendo así los puestos de trabajo y fortaleciendo con su presencia la economía en la región de Valencia». No hace mención alguna sobre la posición que debería tener Ros Casares, que actualmente es su socio al 50% en la mercantil con más proyección dentro del grupo de empresas que acabará sometido al proyecto Fénix.
El abogado de los alemanes realiza duras críticas contra su socio en la mercantil que tienen a medias en El Puig. «El accionista Grupo Ros Casares, S.L., como consecuencia de sus propias decisiones empresariales, se ha visto obligado a solicitar en el verano de 2014 el concurso de acreedores», asegura Bemm, que culpa a los valencianos de la situación que sufre su participada. «Es de destacar que Grupo Ros Casares, S.L. también es un deudor importante de la propia Thyssen Ros Casares, S.A. siendo esta circunstancia la causa de los graves problemas de liquidez y, en última instancia, de la necesidad de solicitar también para ésta el concurso de acreedores», sentencia el abogado alemán.
La opinión del representante de Thyssen, firma alemana que retiró a los consejeros que tenía en Thyssen Ros Casares, es: «ThyssenKrupp Stahl-Service Center GmbH ha mostrado hace más de un año su interés en adquirir a Grupo Ros Casares, S.L. su participación accionarial en Thyssen Ros Casares, S.A. Desafortunadamente, no fue posible alcanzar un acuerdo con el co-accionista, quien, desde hace más de un año, gobierna en solitario la sociedad Thyssen Ros Casares, S.A.». Con el acuerdo que se alcanza dentro del proyecto Fénix o banco malo de empresas, y según cuentan las fuentes consultadas, Thyssen no sólo entrará como accionista de referencia (tiene el 40% y el 50% es de seis bancos) en la actividad de la mercantil de la que era socio sino en toda la actividad del Grupo Ros Casares relacionado con la automoción, el sector más crece en España.
Thyssen gana en la Cámara
El MoU firmado por Ros Casares, Thyssen y la banca para relegar a la familia fundadora coincide con la primera derrota del empresario valenciano en los litigios existentes entre ambas empresas. La corte de arbitraje de la Cámara de Comercio de Valencia comunicó ayer el laudo en el que Ros Casares pedía casi 30 millones de euros a Thyssen en concepto de indemnización por el cierre de Galmed. Thomas Bemm aseguró ayer: «La corte de arbitraje de Valencia ha desestimado de forma íntegra con imposición de costas la demanda presentada por Grupo Ros Casares contra su co-accionista. ThyssenKrupp Stahl-Service Center GmbH ha recibido de buen grado esta noticia dado que se ha visto confirmada por el Tribunal sin excepción su interpretación jurídica de los hechos».
Fuentes próximas a la familia Ros Casares aseguraron ayer que el laudo emitido por la corte de arbitraje es «incongruente» por lo que, muy previsiblemente, se presentará una reclamación ante el Tribunal Superior de Justicia ya que, bajo su punto de vista, no resuelve todas las cuestiones que se exponían en la demanda de arbitraje. De este modo, Ros Casares pierda su primera batalla ante los tribunales, la corte de arbitraje en este caso. Tal y como ha mantenido hasta la fecha Francisco Juan Ros García, consejero delegado del Grupo Ros Casares, los problemas que sufre la empresa valenciana se deben, en gran medida, por el cierre de la planta de Galmed (empresa de Thyssen).
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