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Local de la horchatería El Siglo cerrado en la plaza Santa Catalina.

El final de la renta antigua amenaza a 9.000 comercios tradicionales de la Comunitat

La mayoría han renegociado el alquiler y pagarán seis veces más mientras se aceleran los cierres por la falta de relevo generacional

Julián Larraz

Viernes, 9 de enero 2015, 11:25

La renta antigua para los comercios tradicionales ha finalizado dejando a 9.000 tiendas de la Comunitat con la amenaza del cierre pendiendo sobre ellas. Una de las que ha sucumbido ha sido Horchatería El Siglo, ubicada en la Plaza Santa Catalina, tras la jubilación de su dueño. Otras como Sombreros Albero han logrado mantenerse tras renegociar el alquiler mientras hay establecimientos como Farinetti que han dejado su histórica ubicación en la calle de la Paz tras buscar un local más económico.

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Hace 20 años, el número de comercios que aplicaban el régimen de renta antigua en toda España alcanzaba los 200.000. La estimación de la Asociación de Trabajadores Autónomos es que quedan 60.000 de los cuales el 15% están en la Comunitat Valenciana. La suerte que correrán estas 9.000 pequeñas tiendas es una incógnita.

Aunque el riesgo de cierre es cierto, ya que la recuperación de consumo dista mucho de ser palpable, la mayoría de estos históricos pequeños comerciantes han apostado por la continuidad aunque ello suponga lastrar sus ya de por sí apretadas cuentas. Rafael Pardo, responsable de ATA en la Comunitat, asegura que el 90% de los comercios con renta antigua en la Comunitat han optado por la renegociación del alquiler. "No se han dado casos en los que el propietario y el inquilino no hayan llegado a un acuerdo para firmar un nuevo contrato si de verdad había intención de continuar", asegura Pardo. Pero les ha salido caro. El caso más habitual, según explican desde ATA, es que un comercio con renta antigua pagara 200 euros al mes. La asociación de autónomos estima que el precio de mercado de estos locales tipo se encuentra actualmente entre los 1.500 y los 2.000 euros aunque, finalmente, los que han renovado sus contratos pasarán a pagar un alquiler de 1.200 euros al mes de media.

El incremento es muy notable, seis veces más, aunque hay casos más extremos en los que de abonar 100 euros al mes, como el caso de la platería Tatay, le han pedido elevar el arrendamiento hasta los 1.500 euros. Salvando los casos puntuales, lo habitual es que el empresario que ha renegociado el alquiler haya asumido unos 1.000 euros más de alquiler. La cantidad es muy relevante si se tiene en cuenta la dimensión de este tipo de empresas. El representante de ATA en la Comunitat asegura que cada comercio de este tipo genera de media dos puestos de empleo: el del empresario más uno adicional. Con una dimensión tan reducida, 1.000 euros más al mes de gastos fijos complican mucho la tarea de cuadrar la caja.

Cierres sin cuantificar

No existen ni existirán datos oficiales sobre cuántos comercios históricos han cerrado o lo van a hacer por el fin de la renta antigua. "No hay ningún registro oficial de cuántos comercios están en esta situación y nunca se ha querido hacer por lo que datos exactos no los vamos a tener", explica Pardo. Las estimaciones son de un goteo incesante que se aceleró los últimos meses del año pasado.

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Ya antes del fin de la renta antigua se había producido centenares de cierres de comercios históricos. Prueba de ello es que las arterias comerciales de Valencia han sido conquistadas por multinacionales y franquicias de toda índole. A finales del año pasado, los debates familiares sobre la continuidad del negocio se intensificaron. "Hay comercios que han adelantado su cierre porque el propietario se jubilaba o estaba a punto de hacerlo y no existía el relevo generacional", indican desde ATA, que aseguran que ahora se abre una nueva incertidumbre.

El carácter emprendedor valenciano ha estado detrás de la arriesgada decisión de asumir el notable incremento de coste que suponen los nuevos alquileres. ¿Van a poder aguantarlo? No hay respuesta. La otra pregunta que queda por resolver es cómo evolucionarán los comercios históricos que han dejado atrás su emblemática sede para ocupar otros locales con menor visibilidad.

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Pese a que el fin de este sistema fue anunciado hace ya 20 años, según explican desde ATA, aún hay varios cientos de comercios valencianos que no han decidido si cierran, pagan un nuevo alquiler o se trasladan.

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