Julián Larraz
Sábado, 14 de marzo 2015, 20:53
Francisco Roca Monzó es el presidente de la consignataria Roca Monzó y se dedica a atender a los barcos cuando están en el puerto. Lleva trabajando en el de Valencia desde hace 67 años. Fue el primero en traer un crucero a Valencia. Lo hizo en 1996.
Publicidad
¿Qué repercusión tendrá la sentencia de Luxemburgo que acaba con el monopolio de la estiba?
No sé cómo acabará pero las huelgas que hicieron los estibadores fueron un clarísimo error. El daño sufrido es inmenso. Nos han creado una mala imagen cuando llevábamos doce años sin ninguna huelga y funcionando bien en ese aspecto. Ahora todo lo han tirado por la borda. A nivel nacional, lo que tienen que hacer es llegar a un acuerdo a través de la negociación. No se pueden hacer huelgas de transportistas, remolcadores o portuarios para arreglar una situación propia porque genera un problema mucho mayor para el resto de los que actúan.
¿Se puede acabar el monopolio de la estiba de manera pacífica?
Con buena voluntad creo que sí. Ellos asumen la situación de privilegio que tienen. No se les puede cortar de golpe pero sí de manera paulatina.
El otro problema local es el convenio. ¿Qué le parece que lleven más de dos años sin firmarlo?
No debería haber sido así y por eso nos hemos encontrado la huelga.
¿Cree que hay unidad empresarial cuando se negocia el convenio?
Yo diría que sí. Cuando mi empresa era estibadora éramos unas 25. Hoy en día, se ha reducido mucho porque son sólo las terminales y creo que están bastante unidas y tienen un único criterio. Otra cosa es que las centrales de esas empresas no están en Valencia y puede ocurrir que se alcancen determinados acuerdos aquí y que la central no los respalde al 100%.
Publicidad
¿Cómo fue su inicio en el mundo de los cruceros?
El puerto es mi vida y cuando veo que tiene una carencia, además de enfadarme, miro por qué la tiene. Empecé a pensar en por qué Valencia no tenía cruceros mientras Barcelona y Palma de Mallorca tenía todos los que quería. Me fui a Miami a tratar de conocer armadores de cruceros y darle vueltas hasta que fuimos metiéndonos en el negocio.
¿Cómo ve el tráfico actual de cruceros?
Hace dos años tuvimos una punta muy buena pero ahora estamos bajando. El aeropuerto que tenemos, inexplicablemente para mí y pese a contar con las instalaciones que posee, tiene la parte comercial absolutamente abandonada. Para los cruceros, el aeropuerto es imprescindible. Tenemos que tener líneas con Miami, Nueva York y el Lejano Oriente. Un crucero con hasta 5.000 personas es imposible que se llene con el pasaje local de Europa. Hay que apoyarlo con Estados Unidos.
¿Cómo es la relación Manises con el Puerto de Valencia?
No tienen relación. Y eso un fallo para Valencia, porque pierde grandes negocios.
¿Qué efecto tuvo la Copa América respecto a los cruceros?
Cuando vino ya teníamos muchos cruceros. Yo empecé en 1996 y la competición fue en 2007. Ayudó durante los días de la carreras pero fue puntual.
¿Permite el AVE Valencia-Madrid prolongar la estancia de los cruceros en el puerto?
Desgraciadamente no es así. En Miami estuve vendiendo esta posibilidad porque es cierto que somos el único puerto que lo puede hacer. El problema es que el tiempo de las escalas se ha reducido en los puertos en general. El tiempo de estancia se moderó por la subida de los combustibles. Nosotros necesitamos una escala de ocho horas para poder ir y volver a Madrid
¿Teme un gran huelga?
Soy optimista. Quiero pensar que no será así. Hay que hablar y llegar a acuerdos porque esto se venía barruntando desde hace muchos años. Hay que encontrar una fórmula válida para todos.
¿Ha afectado a la imagen del Puerto de Valencia los escándalos de Rafael Aznar, presidente del Puerto, y de la Fundación Valenciaport?
Desgraciadamente, sí. Los puertos están a matar entre ellos. Cuando pasa algo negativo, lo airean y tiran del hilo. La situación vivida no le hace ningún bien al Puerto de Valencia y deseo que se acabe cuanto antes.
Publicidad
¿Cómo se debería acabar?
Que lo diga la Justicia. No hay derecho a que dure tanto.
Aunque la P3 no se materializó, los barcos son más cada vez grandes y hay menos escalas. Maersk ha pasado un enlace de Valencia a Malta. ¿Será Valencia un hub?
Estamos en una buena posición pero el problema está en la competitividad y volvemos al tema de la estiba. En una operación de escala, los costes son fundamentales. Lo primero que hay que ofrecer es calma en el de las tema huelgas y competitividad en precio. Las rutas de escala son muy sensibles a estos factores. Los barcos portacontenedores llevan mucha mercancía de tránsito y ese tráfico pide a gritos reducción del coste. No entiendo cómo no se ha llegado a un acuerdo para que, independientemente de las tarifas generales, el tráfico de transbordo tenga un precio atrayente para el armador. Se ha ido una línea y se podrán ir otras sino se hace la tarifa del transbordo más barata.
Publicidad
¿Cree que la estiba aceptará una rebaja salarial para mantener el tráfico?
A lo mejor no hace falta y lo que hay que hacer es reducir las manos. Si hay trabajo para todo el mundo, la inflexibilidad del número de trabajadores por mano debería acabarse. Tienen que trabajar menos estibadores en cada grúa, sobre todo para el transbordo. Cuando yo empecé, las manos cargaban sacos de 80 kilos a hombros y el número de personas por mano era comprensible pero ahora está todo mecanizado.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.