Xavi Moret
Martes, 7 de abril 2015, 11:50
El proceso de venta del instituto tecnológico de la construcción (Aidico) no ha suscitado el interés deseado. El plazo para presentar en el juzgado las ofertas para disputarse los restos del centro y de su unidad de certificación concluyó sin que el grupo inversor israelí ni los empresarios del sector que habían mostrado interés por quedarse con algunas unidades productivas formalizasen finalmente sus propuestas.
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Así las cosas, según explicaron fuentes conocedoras del proceso, las únicas dos ofertas planteadas hasta el pasado miércoles, día en el que terminaba el plazo de licitación decretado por el juez, fueron las del instituto tecnológico valenciano del mueble y la madera (Aidima) y la de la sociedad All World Certificacion, recientemente creada por el 80% de los empleados de Aidico Certificación para pujar por sus activos. El concurso de Aidico fue declarado a finales del año pasado con un pasivo cercano a los ocho millones de euros.
Aidima, que esta misma semana ha anunciado un acuerdo de su consejo rector para fusionarse con el instituto tecnológico metalmecánico (Aimme) ofrece 50.000 euros por el Laboratorio del Fuego del instituto de la construcción. El precio está muy debajo de los cerca de tres millones de euros que el centro invirtió en la construcción de estas instalaciones, parte de los cuales fueron subvenciones públicas.
Por su parte, All World Certificacion, constituida hace escasas semanas con el apoyo de inversores cuya identidad no fue revelada por los trabajadores, ha ofertado 310.610 euros por la unidad de Aidico Certificación.
Así las cosas, la venta por lotes y a precios de saldo es la única propuesta que el juez tiene sobre la mesa tras quedar descartada una venta en bloque. Tal y como informó este periódico, la administración concursal encargó una due diligence para facilitar una colocación conjunta, lo que implicaría la asunción del personal -el centro cuenta con unos 90 empleados- y deuda por parte del nuevo propietario -el centro acumula varias nóminas sin pagar y deudas con la Seguridad Social- según el acuerdo que se alcanzase en el marco del concurso.
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Tras analizar el estado del instituto, el grupo empresarial de capital israelí, que en 2013 se hizo con la unidad productiva de Sopena Metales, descartó finalmente concurrir no ya por el centro, ni siquiera por hacerse con alguno de sus bienes.
La pesada carga financiera que tendría que asumir ha sido la causa por la que la patronal del sector Fevec, que concurría a través de la fundación Fundec, también ha desistido de pujar por algunos activos como el centro tecnológico del mármol, en Novelda; la unidad de pirotecnia; o el centro de viales. Fuentes del sector aseguran que buscarán colaborar con los nuevos propietarios de las unidades que mantengan su actividad tras el concurso.
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