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Sábado, 24 de octubre 2015, 00:09
Dos imponentes torres dominan el paisaje de Cofrentes desde hace tres décadas. Desde 1984 el municipio del Valle de Ayora alberga la central nuclear de Iberdrola, que ha llegado a generar en un año el récord 9.549 millones de kilowatios y proporciona un tercio de la electricidad que consume la Comunitat para iluminar nuestros hogares y calles. 31 años después de su inauguración, se ha convertido en una de las 50 instalaciones más fiables a nivel internacional. El pasado 27 de septiembre quedó desconectada de la red eléctrica nacional para iniciar a su vigésima recarga de combustible, una actuación para la que se han contratado a 1.300 personas más, que se suman a las 700 que ya trabajan habitualmente allí.
La seguridad ha sido siempre una prioridad absoluta para la compañía hidroeléctrica. Ya en 1978, varios años antes de la puesta en marcha de la instalación, Iberdrola puso en marcha un centro de información para aclarar cualquier duda a una población aún recelosa. Pero la incertidumbre se disipó pronto y los beneficios no tardaron en llegar a la población. Hoy la central de Cofrentes deja en la comarca alrededor de 13 millones de euros al año en concepto de impuestos y genera cerca del 3,5% de la producción eléctrica nacional.
Desde su arranque, la instalación de Cofrentes ha aumentado su potencia, ha incrementado los ciclos de operación, ha optimizado la duración de sus recargas de combustible y ha incorporado las últimas tecnologías en sus infraestructuras. Y todo ello con la misma seguridad impertérrita que ya mostraba en sus inicios. Por ejemplo, los empleados que se mueven por la zona más próxima al reactor debe llevar protección textil, guantes, casco y dosímetro, el aparato que mide la exposición radiactiva.
En 2014 estuvo en activo los 365 días del año, con un factor de carga del 99%, completando además un periodo de cinco años consecutivos sin paradas automáticas. La mejor producción de la central nuclear en sus 31 años de existencia tuvo lugar en el año 2010, cuando generó 9.549 millones de kWh. El funcionamiento a lo largo del año 2014 se desarrolló sin ninguna incidencia con impacto en la seguridad, evitando la emisión anual de unos 6,5 millones de Tn de CO2 y sin impacto radiológico en su entorno, como lo constatan las muestras tomadas dentro del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental.
La central lleva más de seis años sin paradas automáticas, lo que evidencia las altas prestaciones de todas las organizaciones de la planta. Cofrentes ha trabajado especialmente en seguridad, prevención, formación, y en la implicación profesional para el buen funcionamiento de la instalación.
Ahora está inmersa en su vigésima recarga. Uno de los retos más importantes de la operación nuclear es el de mantener la instalación a la vanguardia tecnológica, dotándola de equipos modernos y contrastados por la experiencia, que la hagan cada vez más segura y fiable.
Se trata de una parada programada de 45 días de duración, durante los cuales se efectúa la sustitución de 252 elementos de combustible (40% del total), así como diferentes actividades de mantenimiento y modificaciones de diseño que supondrán la incorporación de equipos más modernos, fiables y eficientes.
Trece mil operaciones
En esta operación está previsto realizar más de 13.000 trabajos, la mayoría de ellos correspondientes a actividades de mantenimiento preventivo y a inspecciones en los principales equipos y sistemas de la planta. Entre las actividades previstas se incluye la realización de 50 modificaciones de diseño, que permitirán seguir cumpliendo los requisitos del organismo regulador y a la vez mantener la instalación tecnológicamente actualizada, con el consiguiente incremento en la seguridad operacional.
El coste específico de recarga asciende a 21,7 millones, a los que debe sumarse la inversión prevista para 2015, cifrada en 48 millones. En total, 69,7 millones que Iberdrola Generación Nuclear destinará este año para que Cofrentes continúe operando, como siempre, de forma segura.
Desde su nacimiento hasta hoy la central nuclear ha ido mejorando y superándose. A lo largo de los años ha habido sucesivos aumentos de potencia que han permitido pasar de los 975 MW eléctricos iniciales con los que arrancaba la construcción en 1984 hasta los 1092 MW eléctricos actuales. Además, la ampliación de los ciclos de operación ha pasado de 11 a 24 meses y se ha optimizado la duración de las recargas de combustible. A todo ello se suma la instalación de un simulador de alcance total en la planta que facilita la formación y el reentrenamiento del personal con licencia.
En el año 2015, y hasta el momento de la parada programada para el comienzo de la recarga, se habían producido 6.150 millones de kWh. La media trienal se sitúa en 8.500 millones.
En sus 31 años en marcha, la producción acumulada de la central nuclear asciende a 244.435 millones de kWh y sus dos colosales chimeneas de 140 metros de altura se han convertido en una parte muy visible de su economía y su paisaje.
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