El plástico aceleró los cambios al extender el riego a goteo y los invernaderos

El ansia de crecer empujó a muchos agricultores valencianos a emprender la expansión del arroz, las hortalizas, la naranja y otros frutales en diversas zonas de España, al escasear en Valencia la tierra apta y con agua para poder expandir su base territorial. Los planes de desarrollo agrario del Gobierno les estimuló a ir a Andalucía, Castilla-La Mancha o Badajoz, donde aún hoy es fácil encontrar a descendientes de aquellos pioneros al frente de las más boyantes explotaciones agrícolas.

Pero a continuación fue el 'boom' del plástico lo que determinó los grandes cambios en la forma de concebir la agricultura moderna y permitir expansiones que parecían imposibles.

El film de plástico es la base de los invernaderos, la película que aísla el interior de las adversidades externas, sobre todo de las bajas temperaturas, y también de las plagas. Esto permitió una rápida expansión de producciones hortícolas durante todo el año en Almería, Murcia, Granada, sur de Alicante... donde no era factible hasta entonces, y la Huerta de Valencia fue perdiendo su posición de privilegio. Las producciones de primor y de valor añadido para la exportación se trasladaron y se multiplicaron.

El otro gran cambio fue el del riego a goteo, cuyos componentes son de plásticos. Su rápido desarrollo a precios soportables facilitó la puesta en riego de grandes superficies desniveladas y con buen clima que antes exigían obras y conducciones prohibitivas, así como el aprovechamiento de caudales pobres que no servían en sistemas de riego tradicional 'a manta'.