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Álvaro Mohorte
Viernes, 27 de noviembre 2015, 19:15
La compañía aérea valenciana Air Nostrum ha retomado su plan de renovación de la flota de aeronaves ante la mejora de las expectativas económicas y la propia evolución de su negocio, que le ha permitido volver a registrar beneficios.
La incorporación de nuevos modelos va a ser paulatina, cumpliendo su plan estratégico 2015-2018, y es un paso más en la reordenación de la empresa que se está produciendo tras la llegada a la presidencia del anterior primer ejecutivo Carlos Bertomeu, con el apoyo económico de los también valencianos Antonio Pellicer y José Remohí, copresidentes del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI).
La estrategia de los responsables de la aerolínea es ir sustituyendo las actuales unidades por otras con mayor número de plazas que reduzca el coste por asiento y permita competir en precio en su segmento de mercado, sin reducir los servicios complementarios al viajero como hacen muchas low cost.
Aunque la compañía advierte que el número definitivo de aviones con los que contará dependerá de la evolución del mercado, la previsión es que sea de 40, frente a los 42 de los que dispone actualmente. Al ser más grandes, el número de plazas prevé pasar de las 3.230 actuales a las 3.610 de las que dispondrá al completar la renovación. Además, frente a los cuatro modelos distintos con los que cuenta, pasará a tres. Así, dispondrá de treinta CRJ 1000, de 100 plazas, el modelo más grande del que disponía hasta ahora; cinco CRJ200, de cincuenta plazas y destinado a vuelos chárter, rutas en régimen de Obligación de Servicio Público (OSP) y para mercados estrechos, en la terminología aeroportuaria; y cinco ATR 72-600, de setenta y dos plazas, adaptados para pistas cortas y conocidos por su fiabilidad y rendimiento.
La compra de algunos de estos aviones nuevos se firmó en 2007 pero su incorporación se ha demorado como consecuencia de la crisis económica. El cambio sustancial en esta renovación se aprecia en como ha triplicado la presencia del modelo CRJ 1000, del que hasta ahora sólo tenía 10 unidades; mientras que reducirá de catorce a cinco los CRJ200, mantendrá en cinco los ATR 72-600 y dejará de trabajar con los CRJ 900 para noventa pasajeros, de los que contaba con trece al cierre de 2014.
Siguiendo la práctica del negocio de la aviación, en la retirada de los aviones antiguos se está dando una combinación de devoluciones a los arrendadores (parte de las flotas suelen ser alquiladas para dar flexibilidad a la compañía frente a las fluctuaciones de demanda), venta de unidades y reubicaciones de aviones en otros operadores. En este último caso, se está haciendo con o sin tripulación, lo que se conoce en la aeronáutica como wet lease o dry lease, respectivamente.
El mercado latinoamericano es uno de los posibles destinatarios de este material, teniendo en cuenta el crecimiento del sector en esta área, así como de la propia compañía desde que Bertomeu tomó las riendas y disipó el riesgo de ser adquirida por inversores o fondos que no incluían entre sus prioridades la supervivencia de la compañía. De hecho, Bertomeu reconoce que decidió dar el paso de presentar una oferta a sus jefes, la familia Serratosa, ante el tipo de aspirantes a la compra que se encontró. Había fondos buitre y todo tipo de pájaros, bromeaba recientemente al recordar ese momento.
Después de año y medio al mando, su presidente y los accionistas mayoritarios se han embarcado en la puesta en marcha de otras compañías como Amaszonas Paraguay. En este proyecto participan también los socios de la compañía Amaszonas Bolivia con algunos inversores paraguayos.
La aportación de los valencianos se sustancia en prestar servicios para buscar los aviones que necesitan, principalmente CRJ-200, los de cincuenta plazas; diseñar los servicios de mantenimiento, así como ofrecer servicios de asesoramiento general en todas las áreas.
El vuelo inaugural de la nueva aerolínea se produjo el pasado 9 de septiembre y el 23 de ese mes realizó el primer vuelo comercial. Aunque actualmente la flota de esta firma se limita a una unidad, antes de fin de año está prevista la incorporación de un segundo avión.
Igualmente, los socios de Air Nostrum han adquirido el 45% de la aerolínea argentina Sol, con la que ya estaban colaborando en su estrategia de cambio de flota, sustituyendo sus Saab340 por los CRJ 200, de los que la compañía valenciana cuenta con un surtido de recambios que convierten todo lo relacionado con este modelo en una línea de negocio.
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