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Amparo Girós, en uno de los laboratorios de Sistemas Genómicos. :: vicente gil

El genoma marca el DNI de cada variedad vegetal

Sistemas Genómicos diferencia especies patentadas y aporta seguridad y autenticidad en la composición de alimentos

V. LLADRÓ

Lunes, 11 de enero 2016, 00:22

Una determinada variedad de mandarinas, o de manzanas, o de lo que sea, puede ser muy similar a otra, hasta diríamos que idéntica a simple vista y muchos creerían que es imposible demostrar que haya diferencias. De hecho lo siguen creyendo agricultores que, sin contar con los derechos exigibles, se aventuran a producir lo que está patentado, convencidos de que no habrá capacidad de desvelar su irregularidad. Sin embargo hay tanto en juego en este escenario de las variedades vegetales protegidas que los obtentores han buscado los mecanismos oportunos para defenderse y los avances biotecnológicos lo facilitan.

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Que tengan claro los incrédulos que un análisis genético puede demostrar fehacientemente que una fruta concreta es de tal variedad u otra, y por tanto probarse si quien la produce lo hace lícitamente o no. Tan fácil es hoy como puede identificarse a alguien por los datos de su DNI o las huellas dactilares.

La empresa valenciana Sistemas Genómicos, radicada en el Parque Tecnológico de Paterna, se dedica a estos menesteres de diferenciar variedades estudiando su genética, entre otras muchas especialidades basadas en el dominio de los modernos conocimientos basados en la biotecnología y la microbiología molecular.

Sistemas Genómicos nació en 1998, cuando empezaba a vislumbrarse el alcance que podría tener la aplicación práctica de estos modernos conocimientos científicos. Sus impulsores supieron ver que la genética era un campo en el que había mucho recorrido, por lo que apostaron por ella y también por un grupo de investigadores que muy pronto comenzaron a dar excelentes e innovadores resultados.

Tan solo dos años después de su creación, Sistemas Genómicos entró en el proyecto internacional para secuenciar por primera vez el ADN de una planta, la 'Arabidopsis thaliana', que se convirtió en modelo para estudios biológicos comparativos. Poco después participó en la secuenciación del tomate.

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Secuenciación masiva

De hecho, Amparo Girós, responsable de Agrogenómica y Microbiología Molecular de esta empresa tecnológica, explica que «la secuenciación masiva es una de nuestras especialidades ahora; fuimos los primeros en usarla en España y nos convertimos en un referente europeo en la materia».

En 2011 sacaron al mercado su primer panel de secuenciación masiva, el GeneProfile de cardio, un sistema de diagnóstico que permite estudiar los genes asociados a determinadas enfermedades genéticas. En estos momentos disponen de once paneles diferentes «y seguimos haciendo crecer la familia».

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En 2014 se convertimos en «el único laboratorio español que está acreditado y autorizado para hacer pruebas genéticas en Estados Unidos, tras obtener la certificación del CLIA», y su último logro es formar parte del proyecto europeo 'Venomics', que ha sido capaz de secuenciar los venenos de diversas especies de animales, lo que se aplicará después para poder desarrollar nuevos medicamentos.

Amparo Girós explica gráficamente los grandes avances que se han dado en genética en los últimos años. Recuerda que la secuenciación masiva es muy joven, que no fue hasta el año 2000 cuando se presentó el primer análisis completo de un genoma humano, en cuyo trabajo emplearon los investigadores diez años. Sin embargo, «ahora se puede hacer una secuenciación en cuestión de horas con los modernos superordenadores de que disponemos».

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En el plano alimentario, los cometidos de Sistemas Genómicos son muy amplios y especializados, con el denominador común de aportar seguridad y autenticidad en la composición de los productos que comemos. Hoy en día trabajan con muchas empresas en tareas de análisis sistemáticos para acreditar ante los consumidores si en los alimentos hay o no compuestos transgénicos, gluten, huevo, frutos secos y cualquier ingrediente que potencialmente sea inadecuado o se deba advertir de su presencia para evitar problemas de alergias o intolerancias, así como certificar, por ejemplo, que la carne de determinados artículos son de vacuno, cerdo, etc., de acuerdo con lo que se indique en las etiquetas.

De esta manera se da cumplimiento a las exigencias en materia de trazabilidad y seguridad alimentaria al más alto nivel. Un nivel que está cosechando reconocimientos en todo el mundo y que fructifican en la participación de Sistemas Genómicos en consorcios científicos internacionales y en su presencia empresarial en países como Estados Unidos, México, Canadá, Colombia o Chile, donde requieren sus servicios.

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