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Mariluz Lladró.

La nueva guerra de los Lladró

La salida de Mariluz de la presidencia y la de su marido del consejo llega acompañada de una lluvia de reproches entre el resto de la familia

Á. MOHORTE

Lunes, 4 de abril 2016, 20:43

La porcelana siempre es un material frágil, pero los lazos familiares de la familia Lladró han demostrado serlo mucho más. Aunque hace décadas que rompieron relaciones los tres hermanos fundadores, Juan Lladró (1926), José (1928) y Vicente (1933); la segunda generación parecía haber conseguido calmar los ánimos y alcanzar este septiembre algo parecido a la paz.

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Sin embargo, la pasada semana, se comunicó la dimisión como consejeros de la presidenta e hija de Juan Lladró, Mariluz, y de su marido, Juan Ignacio Jara. Junto a ellos se marchaba cansado de las tensiones internas su primo David, hijo de Vicente, después de sólo seis meses en el cargo. Según fuentes conocedoras del proceso, la anterior presidenta e hija también de Juan, Rosa, ha sido implacable durante estos meses al criticar las decisiones de la nueva cúpula respeto a los ERE aplicados, el plan de viabilidad y la estrategia de empresa (de las que culpaba a su cuñado). En su favor había contado con el apoyo de la hija de José y también nueva consejera, Mamen.

Finalmente, Rosa ha vuelto a tener la presidencia del consejo, promete centrarse en sacar adelante la empresa y no quiere valorar públicamente lo ocurrido. Por su parte, la dimitida Mariluz, que debía haber sembrado la empatía en la empresa, defiende a su marido y niega haber tomado decisiones sin consensuarlas con el resto de su familia. Un nuevo episodio de una guerra que define casi un modelo de gestión en la Ciudad de la Porcelana.

Las tensiones entre los hermanos Lladró ya eran un episodio conocido cuando en 2003 los tres decidieron dar un paso atrás y poner la empresa en manos de sus hijos. Desde 1984, cada uno de ellos había situado a un heredero como consejero de la empresa y así Juan puso a su hija Rosa; José a Mamen y a Rosa María (aunque cesó en 1997 por discrepancias con el resto de familiares); y Vicente a Juan Vicente. Paulatinamente, también fueron entrando otros hijos más jóvenes.

El ejercicio 2002 se había saldado por primera vez con pérdida y José Lladró, que ejercía la presidencia, aseguró entonces que ya era hora de dar el relevo y regenerar las relaciones. Así, la presidencia pasó a manos de Juan Vicente y como consejeros se incorporaron Rosa y Ángeles (hijas de Juan); Mamen, nueva responsable del comité de selección de figuras, y María José (hijas de José), además de David (también de Vicente).

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En septiembre de 2004, se incorpora al consejero delegado y director general, Alain Viot, exdirectivo francés de firmas tan exclusivas como Cartier, Piaget, Dunhill o Montblanc, entre otras. A su vez, el consejo de administración de la división Lladró Comercial pasa a estar presidido por Rosa Lladró. «Las diferentes procedencias de sus nueve miembros dotan a este órgano de profesionalidad, objetividad y prácticas de buen gobierno en su toma de decisiones», se aseguraba desde la empresa.

Nuevas luchas

Sin embargo, las tensiones entre los primos empiezan pronto a aflorar, llegando en algunos casos a la ofensa personal con acusaciones de falta de carácter y mediocridad. Las cuentas de la empresa siguen en una situación complicada y las expectativas no son buenas. Se entra en el negocio de la joyería con la compra de Carrera Carrera y se intenta ganar visibilidad en el mercado asiático esponsorizando al China Team de la Copa América.

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La situación llega a un punto que los tres fundadores dan un puñetazo en la mesa, y recuperan la gestión directa. Entre 2007 y 2010, desarrollan un proceso de desmontaje del grupo empresarial. La producción y comercialización de cerámica pasa a ser controlada con un 70% por Juan Lladró, quedando el resto en manos de los otros dos hermanos, que renunciaron a responsabilidades operativas en la firma.

De hecho, José y Vicente pasan a controlar la sociedad Tabnet, centrada en el sector inmobiliario, turístico (principalmente vinculado al golf), hotelero, de energía solar y ocio. Al igual que muchos otros grandes inversores, desconocían que unas actividades hasta entonces tan prósperas se enfrentaban a una de las mayores crisis de su historia.

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A partir de 2010, la situación económica es ya muy compleja y José y Vicente van delegando en sus hijos el control de sus sociedades y que entren en Lladró. Juan se niega y traspasa las suyas a sus hijas, hasta que en 2013 transmite definitivamente el mando de Sodigei, la matriz del grupo Lladró, a su hija Rosa, por medio de la sociedad Agroinmobiliaria. Ángeles, también hija de Juan, asume la representación de la firma en el mercado nacional e internacional.

La empresa sigue con problemas y se aplican expedientes de regulación temporal de empleo. En 2014, Ángeles se desvincula de la empresa y pronto le sigue otra de sus hermanas, Belén, que se había mantenido al margen de la dirección. En 2015 no mejora la situación y se decide emprender un expediente de regulación de empleo sobre un 40% de la plantilla.

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Entonces, la rama de Juan decide tender puentes con las otras dos líneas e incorpora al consejo de Lladró a los hijos de José y Vicente: Mamen y David, respectivamente. Diez días más tarde, Mariluz, psicóloga y ajena completamente al negocio, se incorpora como consejera y nueva presidenta, en compañía de su marido, Juan Ignacio Jara, y un hombre de la casa como Juan Vicente Sanchis, ejerciendo de director general. Otra estructura de mando que ha vuelto a resultar efímera.

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