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Válvulas Arco | José María Ferrer, inspiración entre grifos

Válvulas Arco | José María Ferrer, inspiración entre grifos

El empresario, considerado padre de la fontanería moderna, cumple 50 años al frente de la única compañía española de válvulas

E. RODRÍGUEZ

Domingo, 12 de junio 2016, 19:15

Hace cincuenta años, en un pequeño taller de 60 metros cuadrados, José María Ferrer emprendió un negocio con las 60.000 pesetas que le prestó su tío Vicente. Así, lo que empezó como Industrias Ferrer se convirtió en Válvulas Arco, una de las 10 compañías del ránking internacional en el diseño, producción y distribución de válvulas y sistemas para instalaciones de fontanería, gas y calefacción.

Precisamente por eso, por cumplir medio siglo al frente de la única empresa española de válvulas, más de cien personalidades del mundo económico valenciano celebraron la semana pasada un homenaje a su carrera.

«Jose María Ferrer llega pronto a la empresa. De los primeros. Ha dormido poco, se ha levantado durante la noche a apuntar una idea en el cuaderno que tiene encima de la mesita de noche y a mirar una válvula de las que tiene en una caja cerca de la habitación junto al compás», describía Miguel San Martín, director gerente, en la conmemoración del que es considerado como padre de la fontanería moderna por inventar en los 80 la válvula de cuarto de vuelta, de la que se vendieron más de 300 millones de unidades en todo el mundo.

Su cabeza es un hervidero de ideas constante. Si no está pensando en mecanismos innovadores y vueltas de tuerca, está buscando nuevas oportunidades de negocio. Por ello, nunca falta a su sesión matutina de repasar la prensa y ver cómo se están moviendo los mercados en el mundo.

A día de hoy, Valvulas Arco, con una plantilla de 400 personas, está presente en 100 países y cuenta con dos centros productivos; uno en Valencia y otro en Túnez. Ambos enclaves suman una producción de más de 33 millones de válvulas al año. Aparte de esos dos centros, dispone de almacenes en otras zonas de España y de filiales comerciales en Hungría, Brasil, Colombia, Marruecos y Polonia.

Sus planes de internacionalización, sin embargo, no se trazaron como vía de escape a la crisis. La idea de explorar otros mercados es pura vocación desde sus inicios. Desde los años 80, ha pasado de comercializar el 80% de su producción al mercado nacional a destinar en la actualidad el 70% a las ventas en el exterior.

Las cifras del pasado ejercicio avalan su buen estado de forma. Válvulas Arco registró una facturación de 65 millones de euros. Para el cierre de 2016, la compañía de Foios espera conseguir los 71 millones de euros en ventas. A día de hoy, tiene una cuota de mercado en España del 55%.

Por otro lado, la innovación es uno de los órganos vitales de la empresa. Cada año invierte cerca de medio millón de euros en el desarrollo del I+D y ejerce un control integral del proceso de fabricación. Además, la firma de Ferrer se encuentra inmersa en un plan de profesionalización de la gestión, según explica la propia compañía. De este modo, la empresa ha pasado de estar organizada por departamentos a funcionar de acuerdo a procesos.

Pero como en todos los proyectos empresariales, también hay capítulos menos halagüeños. El grupo industrial estaba, hasta hace apenas un mes, ahogado por unas deudas que bailaban entre 90 y 100 millones de euros.

Aquel pasivo le convirtió en cebo del proyecto Fénix, una iniciativa impulsada por el G-6 (Santander, BBVA, La Caixa, Bankia, Sabadell y Popular) y cuyo fin era constituir un fondo de capitalización para las empresas con serio riesgo de impago. La firma valenciana se negó a participar en aquella especie de 'banco malo' que al final acabó en agua de borrajas.

Después de varios intentos frustrados, los bancos acreedores aprobaron la refinanciación de su deuda a finales de marzo y, Válvulas Arco consiguió, finalmente, quedarse en manos de la familia Ferrer.

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