Vicente Pallardó, en su despacho. :: irene marsilla

«El banco público me parece desacertado y amenaza con volver al modelo de las cajas»

Vicente Pallardó, investigador del Instituto de Economía Internacional, afirma que no ve avances en el «nuevo modelo económico» de la Comunitat y alerta de la deriva proteccionista en los países europeos

ELÍSABETH RODRÍGUEZ

Lunes, 21 de noviembre 2016, 19:07

Vicente Pallardó, investigador del Instituto de Economía Internacional, ubicado en Valencia, tiene un concepto para explicar la deriva antiglobalizadora que cada vez tiene más fuerza en Occidente, con la victoria de Donald Trump como acontecimiento más paradigmático: 'el regreso a la tribu'. El experto alerta que los avances económicos, así como sociales, de las últimas décadas ya están en peligro, debido a que los gobiernos no han sabido proteger a los colectivos más perjudicados. En cuanto al enfoque local, insiste en que el Consell no refleja su discurso en las políticas reales para un cambio del modelo económico. «Las prioridades están claras y, desde luego, no van en favor de la competitividad», sentencia.

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-¿Cree que Donald Trump cumplirá sus promesas de campaña?

-Hay promesas absurdas; no se va a anular el CETA, ni va a obligar a las multinacionales a devolver toda la cadena de montaje a Estados Unidos ni va gravarlas con un 35%. Sin embargo, sí que podría ser que adoptara medidas proteccionistas ad hoc contra China o en sectores específicos. Por ejemplo, el cambio radical que va a tener su escepticismo sobre el cambio climático, que puede suponer un impulso de los hidrocarburos y el hundimiento de las energías renovables. Aunque hay una promesa que me preocupa mucho más y de la que no se habla casi nadie: el desmantelamiento de la nueva regulación financiera. Trump parece dispuesto a acabar con la Ley Dodd-Frank, redactada en 2010 tras la crisis subprime. Esto supondría abrirse de nuevo a los desmanes de los bancos más poderosos, que son más grandes que antes de la crisis, y abriría una brecha internacional porque en el resto del mundo no estamos dispuestos a relajar la regulación financiera. Por sacar algún aspecto positivo, se puede señalar el plan de infraestructuras. El problema está en que si se cierra al exterior, las constructoras españolas, y por tanto valencianas, no podrán aspirar a esas obras.

-¿Cree que Europa tomará represalias contra EEUU en caso de que se produzca un giro hacia el proteccionismo?

-Europa ya avanza hacia el proteccionismo, no hace falta que Trump lo estimule. Donde se podrá notar es en Asia, allí sí puede haber una catarata de medidas proteccionistas que podría provocar una parálisis del comercio y desembocar en una destrucción del empleo. Si a eso se añade la desregulación financiera, el impacto de Donald Trump, incluso con la inversión en infraestructuras, será claramente negativo.

-¿Qué lecciones deben sacar los gobiernos actuales tanto de la victoria del republicano como del auge de partidos eurófobos?

-Europa va en dirección de 'regreso a la tribu'. En la historia, cada vez que la sociedad ha tenido dificultades ha optado por cerrarse, protegerse ya apartar al diferente. Este es el mayor drama del el mundo. Los gobiernos deberían haber aprendido que, aunque la globalización es positiva y ha mejorado sobre todo el bienestar de los consumidores por ejemplo en Occidente, también ha dejado grupos perjudicados. La globalización no es negativa, pero sí hay colectivos -los denominados 'trabajadores de cuello azul' - que son los que han perdido puestos de trabajo por este fenómeno. Son gente que se dedicaba sobre todo a labores manufactureras. Lo que está sucediendo en Europa, así como en EEUU, es una réplica de esas personas descontentas con el sistema. Por tanto, la solución podría pasar por un programa de formación, reciclaje y transformación para que este colectivo pueda seguir trabajando. Un programa que les proteja y no les deje de lado. Pero no pasa por rechazar lo que ha generado avances enormes durante décadas.

-¿Cuál es la situación actual de la Comunitat?

-Actualmente, la Comunitat está muy por debajo de la media española en renta per cápita por varios motivos que señalo de menor a mayor importancia: la corrupción, la infrafinanciación y la falta de un modelo de crecimiento propio de un país desarrollado. Este último factor es el que nos cuesta todo. Y menos mal que tenemos dos o tres grandes polos; no quiero imaginarme lo que sería de esta Comunitat sin Ford y su parque de proveedores. Nos hemos inclinado por las bajas salariales, por reducir costes. Esto a largo plazo no funciona, se debe apostar por el capital humano, la innovación, la calidad y la productividad. Desde luego, parece que las prioridades de la anterior administración y de la actual no son esas. Es cierto que hay sectores que sí han apostado por competir en innovación y no en costes, como el azulejero y la automoción. Por otro lado, me entra pánico cuando dicen que la construcción vuelve a repuntar, después de lo que ha ocurrido aquí. Por último, hay que señalar que la Generalitat está perdiendo fondos europeos por falta de cofinanciación. Esa debe ser una priodidad absoluta por parte del Consell.

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-El Consell, precisamente, insiste mucho en la innovación...

-Crear una agencia de la innovación sin dotación presupuestaria no es ningún impulso a la innovación. Si veo que se amplía la estructura administrativa, lo que supone más gasto corriente. Pero no veo dónde está la política de competitivad valenciana. Alguno podría replicar que sólo llevan un año y medio, pero es que eso es casi la mitad de la legislatura. Las prioridades de este Consell sí están claras y desde luego no es el cambio en favor de la competitividad. Pierden tiempo en cosas folclóricas. Esa nueva Administración se reflejaría si se nombraran menos altos cargos, por ejemplo. Echo en falta iniciativas estructurales para ese nuevo modelo económico.

-¿Qué le parece la idea de un banco público valenciano?

-Me parece desacertado. Esa labor que pretenden ejecutar la puede realizar una agencia financiera pública potente, como el Instituto Valenciano de Finanzas, que funcionaría mucho mejor si la consiguiéramos coordinar con las de otras autonomías y el Instituto de Crédito Oficial. Eso permitiría impulsar ese cambio de modelo, necesario en toda España. Además, amenaza con volver al modelo de las cajas, o sea, otra vez instituciones desgobernadas por motivos políticos.

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