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Domingo, 18 de diciembre 2016, 00:10
valencia. El mismo año que Mary Quant revolucionaba el mundo de la moda con la invención de la minifalda, Carmen Vidal empezaba a producir en su Salón Dermabel de Alcoy cremas y productos cosméticos, dando un paso definitivo en su objetivo de ir más allá de regentar una peluquería, como era hasta ese momento su negocio.
Corría el año 1964 y el país sentía los efectos de los planes de desarrollo, generando una clase media urbana con unas necesidades distintas a las que sus mayores habían atravesado durante la postguerra y a la que distintas propuestas empresariales de consumo buscaban dar respuesta. Para entonces, Vidal tenía ya 49 años y en un mundo eminentemente masculino como la empresa de hace medio siglo ofrecía dos peculiaridades que eran tanto el hecho de ser mujer como su marcado cosmopolitismo.
Nacida en 1915 en Reghaïa, ciudad del entonces protectorado francés de Argelia, su infancia transcurrió a ambos lados del Estrecho de Gibraltar, al ser sus padres españoles y verse forzados por las circunstancias ha buscar una vida mejor. Es en la Argelia de finales de los años 20 donde la joven empresaria se fija en la tradición de las mujeres argelinas de maquillarse y elaborar sus propios productos cosméticos. Sin embargo, en 1932 vuelve de nuevo a España, se casa con Vicente Vidal y tiene que aparcar su espíritu emprendedor. La razón no está en su marido, sino por el estallido de la Guerra Civil y la crudeza de la autarquía de los años 40.
Con una concepción inusualmente moderna para la época, Carmen Vidal vuelve a trasladarse a Argelia a principios de los años 50 y empieza a trabajar con una estilista de la clase alta argelina, Madame Fabré, al tiempo que cursa estudios de enfermería y de lo que posteriormente se denominaría fisioterapia. La tensión política en el protectorado ha ido en aumento hasta estallar una guerra por la independencia de ocho años que terminara en 1962 con los acuerdos de Evian y la expulsión de los 'pied-noir', los ciudadanos contrarios a la emancipación.
Mucho de estos refugiados, entre los que también había musulmanes partidarios de la permanencia bajo el protectorado francés y la práctica totalidad de la comunidad judía, se trasladan a Francia, aunque un elevado porcentaje se establece en la provincia de Alicante. A pesar de que ese sería el destino final de Vidal, ella opta por trasladarse a París, donde entra a trabajar en un laboratorio de estética y empieza a adquirir una fama que le permite colaborar en revistas femeninas hablando de belleza y estética. Es allí donde recibe el sobrenombre de Germaine.
Sin embargo, pronto decide reunirse con su familia en la industrial ciudad de Alcoy y descubre el nicho de negocio que ofrece la cosmética en el país. En 1975 pone en marcha la primera fábrica y en 1978 comienza a trabajar el mercado internacional, exportando a Venezuela, diez años más tarde ya contaba con implantación en el mercado asiático (Singapur y Hong Kong), Estados Unidos y Canadá en norteamérica y Francia e Italia.
El fallecimiento de Carmen Vidal en 2003 da paso al relevo generacional, no sin tensiones entre sus herederos. Primero asume la presidencia su hijo Jesús, pero en 2011, es sustituido por su sobrina María Ángeles tras un agrio enfrentamiento. Las tensión continúan y Jesús recupera la presidencia en 2014, consiguiendo la expulsión de su sobrina del consejo de administración. Este mismo año, el hijo de Jesús, Raúl Vidal, ha asumido la presidencia la empresa, tras ejercer de director general en los últimos años. Licenciado en Derecho y con un Master MBA, se incorporó a Germaine de Capuccini en 2006 y desde entonces ha participado en los procesos de decisión propios de la alta dirección.
Asume una empresa en beneficios, tras las pérdidas de 2012, que factura 23 millones de euros, exporta el 42% de su producción a 85 países y cuenta con una red propia de centros de belleza. La inestabilidad en mercados tradicionales como el de Venezuela, ha hecho que sus principales destinos en la actualidad sean Italia y Bélgica. Entre sus retos destacan cómo encajar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, ya que es otro de sus mercados principales, y la ejecución de su nuevo plan estratégico con el que busca una optimización de su actividad.
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