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Ante el anuncio de Aena sobre la ampliación del aeropuerto de Manises y el consecuente debate que suscita la llegada de más turistas a Valencia, el hecho indudable es que el aeródromo ha registrado las mejores cifras de su historia con un volumen de pasajeros ... que rondó los diez millones durante el pasado año. Ciertamente, no es el aeropuerto más grande de España, ni el que más operaciones realiza pero su crecimiento es evidente y su calidad como faro de conectividad y dinamismo de la toda la áera mediterránea, indiscutible.
Si queremos analizar sus principales virtudes hay que empezar por una ventaja crucial: la climatología. La realización de aterrizajes sin sobresaltos casi todos los días del año compensa las impredecibles gotas frías que dejan algún que otro sobresalto como el de noviembre de 2022 que se tradujo en un aeropuerto inundado y por tanto inoperativo durante unas horas. Pero se trata de algo excepcional y poco habitual. Los 19,1ºC de media y los 313,9 mm de lluvia registrados el pasado año, hacen que esté a pleno rendimiento más del 99% de las ocasiones y que el resto sean, esas intensas pero breves tormentas del final de verano.
Otro punto fuerte del aeropuerto es su conectividad. Un verdadero centro neurálgico que queda conectado con el corazón de Valencia y otras áreas circundantes a través de diversas opciones de transporte, que incluyen dos líneas de metro, autobuses y taxis.
Además se trata de una infraestructura aeroportuaria diseñada para dar cabida a una amplia variedad de aeronaves, desde aviones de pasajeros de gran tamaño hasta transportes de carga y jets privados. Los más habituales en la pista valenciana son el Boeing 737-800 y el Airbus 320. Pese a tener una única pista principal, permite realizar 34 vuelos por hora con un tránsito de 3.450 pasajeros. Además, su longitud es suficiente para permitir el funcionamiento de algunos aviones de largo alcance, como el Boeing 777 o el Airbus A350, que son comunes en las rutas de larga distancia. Eso sí, algunos modelos de gran tamaño o con cargas pesadas necesitarían más metros de asfalto.
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Isabel Domingo
Un punto interesante es que la pista de Manises, que puede tomarse tanto desde el lado sureste como desde el noroeste, cuenta con una buena operatividad debido a la red de calles de rodadura que facilita la circulación entre la pista y las diversas instalaciones, como las terminales de pasajeros, plataformas de estacionamiento de aviones y áreas de mantenimiento.
Desde que el aeropuerto comenzó su andadura en 1983 ha sufrido dos ampliaciones importantes. La primera fue en 2007 con motivo de la celebración en Valencia de la Copa América. En aquel momento se alargó la pista, de 2.700 a 3.200 metros, se construyó la terminal para vuelos regionales y se produjo con la conexión con la red de metro.
Esta ampliación pronto quedó corta y cinco años después se introdujeron más modificaciones. En esta ocasión, se mejoraron el campo de vuelo, la plataforma estacionamiento de aeronaves, la zona de aviación general y de navegación aérea, los aparcamientos y la zona de servicios. Además, se efectuó una nueva reforma en la terminal.
Cabe destacar que las dos ampliaciones del edificio de la terminal, incluido el espacio 'satélite', que es la imagen que sin duda queda en la retina de todos los viajeros que pasan por Manises, son obra de la empresa FBarquitectura, especializada en infraestructuras aeroportuarias. La sensación de ondulante continuidad, la fluidez y la iluminación natural a través de la piel transparente que suponen los muros de vidrio sitúan al usuario en un espacio diáfano con un gran concepto de unidad, tal y como la firma de arquitectos pretendía.
En un entorno tan cuidado no es extraño que los diez millones de viajeros que transitaron el pasado año por sus amplios pasillos sufrieran un poco menos las a veces tediosas esperas que se producen en el constante flujo de tráfico aéreo. No en vano, el aeropuerto de Valencia fue premiado en 2022 como 'Mejor Aeropuerto de Europa' en la categoría de 5 a 10 millones de pasajeros por el Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa.
Fueron exactamente 9.948.141 usuarios los que deslizaron sus equipajes por Manises en 2022. Una cifra histórica para el aeropuerto valenciano que triplica los datos de hace veinte años y duplica los de 2014, con un aumento con repecto al ejercicio anterior del 23%.
La evolución del aeródromo de Manises en la última veintena muestra una trayectoria similar al resto de instalaciones españolas, con un crecimiento sostenido y que sólo se interrumpió durante pandemia.
Un pasajero, una historia. Tendemos a pensar en grandes viajes cada vez que hacemos referencia a un aeropuerto y efectivamente el tráfico del aeropuerto de Valencia es mayoritariamente internacional. El mayor número de viajeros que pasa por su terminal procede de Países Bajos, Francia y Reino Unido. Desde allí se puede viajar casi a cualquier punto de Europa, a Egipto y a Marruecos. No hay vuelos transoceánicos regulares pero cabe señalar que en temporada estival puede haber ofertas a lugares más lejanos como Nueva York o Toronto.
En cuanto a los destinos nacionales más frecuentes, Palma de Mallorca ocupa el primer puesto, seguida por Ibiza y Madrid, en una clasificación que contemplan diecisiete puntos de llegada en el territorio nacional.
Por otra parte, cabe destacar que más 13.000 toneladas de mercancías se movieron el año pasado desde Manises. Sus excelentes conexiones con los polígonos industriales próximos son razones relevantes de estas cifras, así como la presencia de varias compañías de carga. Otra muestra de la buena salud de la que goza actualmente el aeropuerto es el número de aerolíneas que operan en ella. Más de veinte compañías ruedan por su pista y son las compañías de bajo coste, Ryanair y Vueling, las que encabezan el ránking. La tercera plaza es para Air Nostrum, que no en vano tiene su sede en el aeródromo valenciano. 2.128.000 usuarios han confiado en ellas entre los meses de enero y marzo de este año.
Así, sea ampliado o no, el aeropuerto de Manises constituye un crisol de culturas y emociones, donde los pasajeros tejen historias de encuentros fortuitos, despedidas agridulces y la promesa constante de nuevos horizontes por descubrir para aquellos que se atreven a alzar el vuelo.
Información elaborada con la colaboración de FBarquitectura y datos de AENA, Aeropuerto de Valencia y Visit Valencia.
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