Los agricultores piden al Gobierno soluciones reales al problema de la sequía

La situación del campo en la Comunitat se agrava cada día que pasa sin llover. Hasta ahora, las principales perjudicadas eran las cosechas de secano, pero con la llegada del verano se está viendo que las de regadío siguen un camino muy similar por culpa de la escasez de agua que viene sufriendo el territorio valenciano.

Isabel García Tejerina, en su primera Comisión de Agricultura del Congreso como ministra de ramo ha reiterado toda la serie de medidas que ha tomado el Gobierno para paliar los efectos que la sequía produce en la este del territorio nacional. Unas soluciones que en la Comunitat no han convencido a los principales protagonistas.

Desde diversas organizaciones del sector aseguraban que se trata de «medidas insuficientes» que, en ningún caso, van a permitir mejorar la situación del campo y de sus trabajadores. «El apoyo real que nos ofrecen no soluciona nada», explicaba a este periódico el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado.

«El Gobierno ha confeccionado un traje para toda España que no ayuda a paliar la sequía que vivimos aquí desde hace ya años», añade. Hasta ahora, se ha contemplado el complicado momento que viven los cultivos de secano, pero con la llegada del calor y el momento de floración de los árboles, se han dado cuenta de que también habrá «perjuicios económicos en el regadío que provocará que muchos agricultores prefieran dejar su campo y abandonarlo, algo muy difícil de superar para el sector».

Aguado se queja de las elevadas temperaturas y los excesivos días de aire caliente que se han padecido en la Comunitat en los últimos invierno, lo que ha conllevado que tuvieran que regar las plantas para que no se desecasen. «Esto ha hecho que usemos más agua de la que es habitual y, unido a la falta de lluvias, provoca que los acuíferos se hayan reducido. La situación de algunos de ellos es ya dramática», ha lamentado.

El presidente de AVA dio las cifras que manejan para que se haya llegado a una situación tan extrema. «La media de lluvias suele dejar durante el año hidrográfico (empieza en septiembre) entre 475 y 500 litros por metro cuadrado. En 2012, cayeron 350, el año pasado 300 y, en algunos lugares, en los últimos meses ni siquiera se han alcanzado los 50», algo que conlleva pérdidas económicas que se acercan «a los 400 millones de euros, ya que no poder regar hace que se reduzca la calidad del producto y, por tanto, su precio».

A ello hay que añadir unos mayores costes de producción. Durante los meses de invierno, mientras llueve, hay árboles que no es necesario que reciban agua, pero si no llega del cielo, se la tienen que ofrecer, lo que ha producido que muchos pozos «se hayan secado y que otros estén rodando 24 horas para sacar el mismo volumen que en épocas anteriores» y la electricidad no es barata. Además, si los acuíferos se secan «en ocasiones entra agua del mar, que como es lógico, saliniza los cultivos, lo que será otro problema».

Todos estos inconveniente durante los meses de invierno han mermado la calidad de los árboles «porque no han tenido ni el reposo, ni la humedad que necesitaban para tener una salud de base, lo que ha cambiado y perjudicado sus comportamientos y está provocando que la floración no se produzca como debe».

De momento, los meteorólogos no prevén lluvia. Más bien al contrario, ya que las temperaturas seguirán en aumento al menos hasta el fin de semana. Y, como indicó Aguado, «si no llueve rápidamente el verano se va hacer largo y muy duro, lo que también perjudicará a la calidad de la cosecha».

Abandono de tierras

Desde AVA consideran que todo esto puede hacer que muchos agricultores abandonen sus tierras, puesto que volver a «poner en marcha a un árbol que no sirve para cultivar cuesta varios años» y dinero que no tienen. Por ello, piden un «apoyo real» al Gobierno. Ven imprescindible «acabar los planes de las cuencas del Júcar y el Segura, que nos han dicho que estarán listos este mes y, luego, un Plan Hidrológico nuevo que de verdad solucione los problemas que tenemos las zonas más necesitadas, en este caso desde Castellón hasta Almería».

Si desde esta asociación no están conformes con las actuaciones que prevé el Gobierno, la Unió de Llauradors y Ramaders va mucho más allá y tacha las medidas no sólo de insuficientes sino también de «ridículas» dada «la gravedad de la situación que viven los productores». Cuando el Ministerio aseguró que iba a llevar a cabo mejoras satisfactorias para el sector tenían «muchas expectativas». Sin embargo, una vez escuchadas han visto como «se han truncado y dado de bruces con la realidad».

Las propuestas del Ejecutivo no son las únicas que les disgustan. «Desde la Generalitat se vende un presupuesto de 20 millones como un logro cuando es una burla que apenas representa una limosna» teniendo en cuenta que sus cifras recogen unas pérdidas de 340 millones. Es decir, algo inferiores a las que maneja AVA. «Ahora que la sequía sólo afecta mayoritariamente a la Comunitat Valenciana ya no interesa tanto como si ocurre cerca de Madrid, es triste pero es la realidad», lamentó el secretario general de la Unió, Ramón Mampel.

En ese sentido, reclamó la necesidad «de arbitrar verdaderas medidas de apoyo a los productores pues buena parte de las pérdidas se dan en cultivos que o bien no tienen ayudas desde la Unión Europea o bien reciben muy poco de los fondos europeos, que encima les perjudican aún más con la nueva Política Agrícola Comunitaria (PAC) que entrará en vigor».