
VICENTE LLADRÓ
Lunes, 16 de mayo 2016, 00:04
Sudáfrica está desplegando planes de expansión de producciones hortofrutícolas, con la intención clara de incrementar el volumen de sus exportaciones, sobre todo al hemisferio norte y en particular a Europa, su gran mercado a contra temporada de la estación propia de las frutas que se cultivan en los países europeos del sur.
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Dicha expansión destaca en cítricos, por supuesto, pero también en caquis, dadas las expectativas del mercado. Y la variedad que han elegido con preferencia es la valenciana 'Rojo brillante', puesto que es la que protagoniza el mayor éxito de penetración entre los consumidores europeos, gracias a los esfuerzos que han venido desplegando en los últimos años los productores de la Comunitat Valencia y, de forma especial, los encuadrados en la Denominación de Origen Kaki de la Ribera del Xúquer.
Las empresas agrícolas sudafricanas interesadas en este segmento consideran que esta variedad 'española' -lo de valenciana les pilla demasiado lejos- es la mejor para tener éxito en sus ventas.
Y el caso es que pueden reproducir como quieran los caquis 'Rojo brillante', porque, al contrario de lo que ocurre cuando los agricultores valencianos quieren introducir cualquier variedad de fuera (también de Sudáfrica), que han de pagar royalties porque suele estar patentada, en este caso, el caqui de mayor éxito mundial, que es de origen valenciano, está completamente libre para todos.
Puede parecer una enorme contradicción: cuando tenemos algo, lo regalamos; si lo queremos de otros, hay que pagar. De hecho, para algunos se trata de una muestra de filantropía y hasta de cierta dosis de quijotismo. No obstante, la realidad es que el surgimiento y desarrollo de esta variedad se desenvolvió de una forma tan amplia que debió pasar desapercibida la oportunidad de guardar un régimen exclusivo, y cuando cundió el interés por ello ya no hubo forma de conseguirlo.
Cirilo Arnandis, presidente de la DO Kaki de la Ribera y de las cooperativas valencianas, ha explicado que en su momento «intentamos registrar el 'Rojo brillante' para mantener la exclusividad en la Ribera, que es donde surgió la variedad, pero los abogados nos dijeron que no era posible, que ya estaba mucho tiempo en el mercado de forma general y no se podía demostrar lo que pretendíamos».
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Mutación espontánea
También se intentó patentar el tratamiento por el que se elimina la astringencia del 'Rojo brillante' y mantiene su tersura, lo que resultó definitivo para marcar el éxito comercial en la modalidad de esta fruta como dura pero ya no áspera. Sin embargo tampoco pudieron registrar el procedimiento como algo propio debido a que ya se hacían cosas similares en otros sitios y para otras variedades. Lo único que lograron las cooperativas valencianas fue registrar 'Persimon' como marca exclusiva.
Arnandis reconoce que aún hay quien piensa en el sector «que quizá se hubiera podido intentar algo de otra manera en su momento, que otros dudamos que quedara alguna posibilidad real, pero en todo caso las cosas son como son, aquello pasó y estamos en 2016». También hay que tener presente la manera en que se desarrolló el inicio del 'boom' del 'Rojo brillante', cuando ni siquiera era todavía un 'boom' y muchos dudaban de que el empeño de unos pocos fuera a triunfar.
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La variedad de caqui 'Rojo brillante' es una mutación espontánea que surgió en un árbol que ya no existe y que unos situaron en Carlet y otros en L'Alcùdia. En cualquier caso, en ese entorno de la Ribera Alta. Atrajo pronto por el gran tamaño de los frutos, mucho más grandes que el de otros caquis conocidos anteriormente en el campo valenciano ('Tomatero', 'Chato'...) Pero tres décadas atrás, el comercio de caqui se limitaba a la modalidad blanda: los frutos se acaban de madurar con etileno, casi siempre mezclando las cajas con otras de manzanas, y las variedades tradicionales eran más adecuadas por su dulzor (ya maduradas) y resultar más manejables para comerse con cucharilla. La nueva mutación era atractiva por su tamaño, pero no comenzó a despuntar hasta que apareció el nuevo tratamiento revolucionario (primero con alcohol, después con C02) que elimina la astringencia manteniendo los frutos duros, como en el árbol, lo que permite exportarlos a larga distancia y conquistar a nuevos segmentos de consumidores que antes no sabían nada de caquis.
Fue entonces cuando empezó a correr poco a poco el interés por plantar nuevas parcelas. El cultivo se fue extendiendo como mancha de aceite, espoleado por el éxito exportador de la nueva modalidad y de la marca 'Persimon', que ha hecho de gran ariete. Y cuando cobró presencia la necesidad de organizarse, de formar una DO... y hasta de registrar como propia la variedad, ya era tarde. Si es que en algún momento se estuvo a tiempo, dada la peculiaridad del nacimiento de la mutación.
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Ahora hay que asistir impertérritos al hecho de que otros, como en Sudáfrica, se enamoran del caqui valenciano y lo reproducen como si fuera suyo. ¿Qué le vamos a hacer?, así es la vida. Otra vez, más atentos.
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