Las almazaras valencianas amenazan con permanecer cerradas ante unas previsiones nefastas para esta campaña

Con el fin del verano a la vuelta de la esquina, la temporada de recolecta de la oliva está a punto de comenzar. Octubre es el mes en el que suele iniciarse la recogida de un fruto cada vez más preciado ante el imparable ascenso del precio del aceite de oliva, aunque este año las dudas rodean a los agricultores, que no saben con certeza si la campaña saldrá adelante debido a la sequía que afecta al territorio valenciano. "Este año es totalmente una incógnita. En la Comunitat habrá alguna zona que tenga algo, pero en otras se puede perder todo porque no sale rentable ponerse a recogerla para la cantidad que hay", asegura Enrique Simó, portavoz del sector oleícola de la Unió Llauradora i Ramadera.

La zona del Baix Maestrat podría ser una de las más afectadas por la escasez de lluvias, que, según las estimaciones del representante castellonense de la asociación agraria, podría dejar cosechas considerablemente menores a las de años atrás. En la mayoría de zonas la cosecha estará en torno a la mitad de un año normal, aunque en algunos territorios de secano las cifras de producción podrían ser hasta de un 90% menos que en una campaña sin incidentes.

El estrés hídrico, causado por la falta de lluvias, ha llevado a los productores de aceite de oliva a una situación extrema. En un principio se llegó a temer por la vida de cientos de olivos de toda la Comunitat, pero las tímidas precipitaciones de este mes de agosto han supuesto la salvación para un buen puñado de plantaciones, como aseguran desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).

Sin embargo, la preocupación sigue reinando entre la mayoría de productores de la Comunitat. Luis Julián Pérez, responsable de la sectorial del olivar de AVA-ASAJA, considera que el problema que vive el sector oleícola no solo es cuestión de este año, sino que viene provocado por la "falta de lluvias durante tres campañas consecutivas". Un factor que ha hecho incrementarse el precio del aceite considerablemente en los últimos años, pero que podría ser una solución parcial a la grave situación actual. "El valor del aceite sigue estando muy alto, por lo que sigue siendo rentable abrir alguna almazara que otra, aunque los costes serán muy altos", analiza el agricultor de la zona Utiel-Requena. Enrique Simó confía en que las cooperativas hagan un sobreesfuerzo para salvar la campaña, ya que considera que no todos los pueblos tendrán la posibilidad de abrir sus almazaras. "Cuando hay problemas de este tipo les recomendamos que cierren. A nivel municipal es imposible abrir todas", comenta Simó.

A la falta de agua, sobre todo en las zonas de secano, se añade la llegada de plagas, como la Mosca del olivo (Bactrocera oleae), cuya extinción supone un coste adicional cada vez más frecuente para los productores valencianos.

Por otra parte, el portavoz de La Unió cree que el consumidor se va a ver beneficiado por el aumento de producción en otras zonas importantes del país, como Andalucía o Castilla-La Mancha. "Allí habrá una producción más buena porque ha llovido. Así que se espera que el precio a nivel general pueda bajar un poco", indica Simó, quien considera que la Comunitat no es influyente "ni cuando el precio sube, ni cuando baja", ya que es una región deficitaria, que siempre depende del aceite del exterior.

De tal modo, el desplome de la cosecha no se traducirá en un encarecimiento del aceite de oliva, pero sí que supondrá un incremento en los gastos que deberán afrontar los agricultores valencianos para sacar adelante una nueva campaña de elevada complejidad para ellos.

El aceite de oliva es uno de los productos estrella en cualquier cesta de la compra. Sus cifras de producción anuales pueden condicionar su precio en el mercado, como lleva sucediendo durante el último año, en el que el coste de un litro de oro líquido se ha multiplicado a pesar de las regulaciones implantadas por el Gobierno para tratar de frenar el ritmo de subida.

De hecho, según el último estudio de precio realizado por FACUA-Consumidores en Acción, el aceite de oliva sigue liderando la subida interanual entre los productos con el IVA reducido. Según el real decreto-ley por el que está vigente esta medida, ninguno de los productos analizados podría subir de precio salvo que se hubiesen producido incrementos en los costes.

Los datos aportados por la asociación de consumidores muestra un incremento superior al 20% en el precio de un producto esencial dentro de la dieta mediterránea. En concreto, un litro de aceite le cuesta al consumidor de media un 21,% más que hace un año.

Los ajos, por su parte, cuesta actualmente un 18,7% más que hace un año, mientras que el encarecimiento de la malla de patatas ha sido del 18,4% en este mismo periodo. También ha registrado un aumento de precio las peras conferencia (un 10,6%), la bandeja de champiñones laminados (un 9,1%), el kilo de limones (un 4,2%), las zanahorias (un 3%) las patatas rojas (un 2%) y la docena de huevos (un 0,7%).

De los productos analizados por FACUA, la manzana fuji es el producto que más ha bajado de precio en el último año. En concreto, lo ha hecho de media un 37%. La lechuga iceberg, por su parte, acumula una bajada del 12,7% en los últimos 12 meses mientras que las uvas blancas sin pepitas cuestan un 12,6% menos que en septiembre del año pasado.

También cuesta menos que hace un año el aceite de girasol (-10%), las manzanas golden (-5,1%) el paquete de macarrones (-2,6%) las cebollas (-2,4%), las lentejas pardina (-1,7%), el brik de leche entera (un -1,5%), el paquete de arroz redondo (-0,9%) y el kilo de harina de trigo (-0,9%)