En tan sólo dos meses, enero y febrero de este año, el sistema de la Comisión Europea que registra las alertas que saltan de las importaciones no aporta datos precisamente tranquilizadores para el sector citrícola, que vive con agonía la entrada de mercancía de ... países terceros por presionar los precios a la baja y por el riesgo de extender plagas y enfermedades en territorio nacional. En concreto, se han notificado hasta 15 detecciones de sustancias prohibidas en Europa o bien de residuos peligrosos para el consumo o la sanidad vegetal, de los cuales, seis son calificados de «riesgo serio» por el sistema comunitario RASFF (Rapid Alert System Feed and Food).
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No obstante, el número de detecciones generales registradas en todas las importaciones de frutas, hortalizas y verduras que entran por los puertos europeos han sido 84 desde el 1 de marzo, unas cifras que demuestran que «el sistema funciona», según explican desde el Ministerio de Agricultura a este periódico. Por contra, las organizaciones agrarias aseguran que los controles fronterizos apenas llegan al 10% de las importaciones, un dato que no apoyan fuentes portuarias consultadas por este diario, que explican que los controles se realizan en cada cargamento pero con un matiz: se inspeccionan los primeros lotes de un buque, no toda la mercancía.
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Elísabeth Rodríguez
Pero para la tranquilidad de los consumidores, las entradas portuarias no son los únicos puntos donde se realizan controles de los produtos importados, puesto que el resto de la cadena alimentaria también tiene la obligación de revisar los productos que va a vender. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), los operadores de las empresas alimentarias «son los responsables» de la puesta en el mercado de alimentos seguros, «debiendo cumplir con elevados estándares de higiene e implementar sistemas de autocontrol, sin menoscabo de las verificaciones que las autoridades competentes llevan a cabo». Por ejemplo, en el caso de la hepatitis A, detectada en un lote de fresas procedente de Marruecos, se deben aplicar medidas de control «en todas las etapas de la cadena alimentaria», según indica Aesan.
Cabe destacar que la mercancía contaminada siempre se retira, por lo que no llega al consumidor. De todos modos, las asociaciones agrarias insisten en que al no realizarse inspecciones en la totalidad de la mercancía, siempre «pueden colarse» productos contaminados, por lo que piden que las inspecciones se apliquen al 100% de las importaciones.
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Respecto a las 16 alertas de naranjas contaminadas en los últimos dos meses, la más reciente fue notificada el 5 marzo. Se detectaron pesticidas (dimetoato) en un lote procedente de Egipto, que entró por Suecia. En este caso, el sistema calificó la alerta de «potencialmente seria».
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En cuanto al resto de alertas que fueron calificadas de «riesgo serio», la más reciente fue del 27 de febrero, procedente de Egipto. Las naranjas contenían residuos de plaguicidas (Deltametrina) y entraron por Finlandia. El 26 de febrero se detectó la sustancia 'clorpirifos-metilo' en naranjas procedentes de Turquía y que entraron por Bulgaria. Otra alerta de «riesgo serio» se notificó el 12 de febrero, también por 'clorpirifos', en naranjas frescas de Turquía. El 5 de febrero se detectó el pesticida 'dimetoato' en naranjas de Egipto que entraron por Noruega. El 23 enero se alertó de la presencia de propiconazol en una importación de Turquía que entró por Bulgaria, el mismo país por donde entró otro cargamento contaminado con 'corpirifos-metilo' y 'buprofezina' en naranja de Turqía. Por otro lado, llama la atención el caso de un cargamento español que también estaba contaminado con un producto prohibido por la UE y que se detectó en Estonia.
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La Comisión Europea ha dejado en manos de las autoridades españolas decidir si toma medidas tras la detección de Hepatitis A en fresas importadas desde Marruecos y ha afirmado que los productos contaminados no llegaron a los consumidores. «En el contexto de estas notificaciones de alerta, corresponde a los Estados miembro decidir qué medidas son adecuadas, lo que podría incluir la devolución o eliminación de los productos contaminados», ha explicado el portavoz responsable de seguridad alimentaria, Stefan de Keersmaecker.
Asimismo, ha indicado que la notificación emitida este lunes en el portal comunitario RASFF (Rapid Alert System Feed and Food), que alertaba de «presencia de Hepatitis A en fresas de Marruecos» detectada en un punto de entrada de España, no entraña «riesgo grave», por lo que no es necesaria una actuación rápida en ningún otro Estado miembro de la UE distinto del que notifica el asunto.
Por tanto, ha explicado que el Ejecutivo comunitario dejará en manos de las autoridades españolas decidir qué medidas son adecuadas al tiempo que ha destacado que la prioridad fundamental de la Comisión es la salud de sus ciudadanos y que, por esa razón, la UE tiene algunas de las normas de seguridad alimentaria «más estrictas del mundo».
El portavoz ha añadido, además, que se trata de un procedimiento «regular» y ha asegurado que se hicieron controles pertinentes para evitar que los productos llegaran a los consumidores.
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