A la competencia desleal que denuncian los citricultores valencianos acerca de las importaciones de países como Sudáfrica, se suma un nuevo frente: el ... de los arroceros. Y es que, la variedad que se cultiva en la Comunitat Valenciana, la japónica, ve amenazada su rentabilidad ante la entrada cada vez mayor de este mismo tipo de grano desde Camboya y Myanmar.
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Para entender el temor del sector valenciano, hay que recordar que las importaciones de esta variedad no cuentan con el mecanismo arancelario que sí tienen las ventas de la variedad índica, que ahora mismo están en riesgo de no renovarse si los países del norte ceden ante las presiones de los países asiáticos.
Tal y como denunció la la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) este jueves, la reactivación de la llamada «cláusula de salvaguarda» del arroz europeo frente a las importaciones, que en mayo contó con el voto favorable del Parlamento Europeo, corre el riesgo de no salir adelante a causa del bloqueo que mantienen Estados Miembros del norte de Europa. A través del COPA-COGECA –entidad que aglutina las principales organizaciones agrarias y cooperativas de la Unión Europea (UE)–, la asociación valenciana insta a estos países a dejar de oponerse a un mecanismo arancelario «necesario para frenar las importaciones masivas que cuentan con una ventaja competitiva y evitar así el hundimiento de los precios de los arroceros europeos».
Cabe recordar que hasta que se aplicó esta cláusula en 2019, los precios de esta variedad «se hundieron» y no se recuperaron hasta la introducción de aranceles, con los que se volvieron a incrementar un 15%, tal y como explican desde AVA-ASAJA. Sin embargo, la variedad que se cultiva en la Comunitat no cuenta con esta cláusula y, por ello, los productores la reclaman precisamente en un momento donde las importaciones de japónica están cogiendo carrerilla.
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En un contexto de escasez de materias primas, la asociación valenciana destaca que no se debería «jugar» con la soberanía del arroz como ya se ha hecho con el trigo o el maíz. El responsable de la sectorial del arroz de AVA-ASAJA, José Pascual Fortea, manifiesta que «cuando abres una puerta, es muy difícil de cerrar después», en referencia a las importaciones libres de aranceles. «Los precios van a bajar si no se ataja el problema», explica el responsable.
Actualmente, el arroz de variedad japónica en la Comunitat está a 47 céntimos el kilo, frente a los 60 de Italia, por ejemplo. «Buscamos una reciprocidad. Países como Camboya usan productos que nosotros no podemos y además utilizan mano de obra barata, por no hablar de que la calidad del arroz es muy inferior», cuenta Fortea, quien insiste en que el sector lleva tiempo reivindicando que las autoridades obliguen a señalar la procedencia del arroz. «Pedimos el etiquetado del arroz. Con la entrada masiva de arroz foráneo, no sólo bajarán los precios, sino también la calidad», explica.
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Precisamente Myanmar y Camboya, sin cláusula de salvaguarda desde enero de 2021, impulsan las entradas de arroz al mercado europeo al subir un 155% (222.201 toneladas enviadas) y un 42% (123.995 toneladas) respectivamente. Por el contrario, las exportaciones de arroz de la UE caen un 16% en este periodo.
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