El campo valenciano pierde 800 millones en 2022 por la subida de costes

La causa principal de este incremento de las pérdidas reside en el aumento de los costes, pero, según explica la organización, también obedece a otras cuestiones como la merma de cosechas por la anomalía climática, la entrada masiva y «sin reciprocidad» de importaciones de terceros países, «la falta de soluciones» para combatir las plagas y enfermedades, «los daños récord» de la fauna salvaje y los robos en el medio rural.

En concreto, las pérdidas de mercado fueron de 300 millones de euros para los productores al no poder cubrir los costes con los precios a pie de campo. Por lo que respecta a los costes agropecuarios, siguieron subiendo en 2022 hasta alcanzar «máximos históricos», según AVA. Los insumos que más se encarecieron son los fertilizantes (62%), aunque algunos compuestos nitrogenados y la urea se han llegado a doblar o triplicar; les siguió la energía, con un aumento del 49% y que ha llevado a pagar facturas cuatro o cinco veces superiores debido al incremento de la electricidad y al establecimiento por parte del Gobierno del 'tope al gas'; los piensos se elevaron un 34% y los fitosanitarios un 20%. El gasóleo agrícola bajó su precio a finales de año pero a lo largo del ejercicio se mantuvo un 70% más caro.

El cultivo más afectado por las fenómenos meteorológicos extremos fue el olivo, cuya producción se desplomó un 85%. A esto se sumaron las restricciones establecidas por la Unión Europea en el uso de materias fitosanitarias, que mantuvieron los ataques de plagas y enfermedades. Los daños derivados de esos ataques se tradujeron en 150 millones, sobre todo en cítricos, caquis, arroz y almendras.

«Europa nos traiciona»

La UE presentó en 2022, en línea con el Pacto Verde, una propuesta de reglamento que plantea nuevos recortes e incluso la prohibición de todos los fitosanitarios en 'zonas sensibles' que suponen más del 30% de la agricultura española y más del 80% de la agricultura valenciana. «Europa nos estafa y nos traiciona», estalló Aguado en referencia tanto a la normativa de sanidad vegetal como a las relaciones comerciales con países terceros.

En ese sentido, indicó que las instituciones comunitarias continuaron oponiéndose a establecer 'cláusulas espejo' o reciprocidad a las importaciones foráneas que desplazan las producciones europeas en su propio mercado. «La única nota positiva fue la aprobación del tratamiento en frío a los cargamentos de naranjas sudafricanas a fin de evitar la introducción y propagación de la falsa polilla, pero se excluyó las mandarinas y pomelos pese a entrañar el mismo riesgo», añadió.

La nueva PAC, además, se ha convertido en uno de los principales frentes para los productores valencianos, que no se benefician especialmente de estas ayudas. Y es que, los requisitos y las exigencias, como el cuaderno digital, complican la obtención de estas subvenciones y además amenazan a los agricultores con penalizaciones millonarias por incumplirlas.