![Los cultivos valencianos pierden 2.000 hectáreas en un 2023 marcado por la sequía](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/01/02/sequia-Rk7lInI2iuNU43n38o4dfjK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Los cultivos valencianos pierden 2.000 hectáreas en un 2023 marcado por la sequía](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/01/02/sequia-Rk7lInI2iuNU43n38o4dfjK-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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2023, un año marcado por la profunda sequía que ha afectado a toda España, ha terminado con casi 2.000 hectáreas menos de cultivos valencianos. Los agricultores han optado por prescindir de enseñas tan características como son los cítricos o el viñedo, que encabezan ... el retroceso junto a los cereales y las forrajeras, que se destinan principalmente al ganado.
Como evidencian los datos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de los Cultivos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura recopilados por la Unió Llauradora i Ramadera, se han perdido 1.953 hectáreas en el último ejercicio respecto a 2022. Destaca el descenso de los cultivos herbáceos con los cereales de grano a la cabeza (-3.802 hectáreas) y forrajeras (-1.905 hectáreas). Desde el inicio de la pandemia el retroceso es de algo más de 16.000 hectáreas en total.
El retroceso más simbólico es el de los cítricos, en especial las naranjas que tanto caracterizan la agricultura valenciana. La pérdida de cultivo en cítricos durante el último año es de 1.737 hectáreas, pero este dato se eleva a 6.199 desde 2020 al ser cada vez menos rentable mantener este tipo de plantaciones. Pese a todo, siguen representando un cuarto del terreno cultivado en la autonomía.
Estos resultados llevan a que la superficie de cultivos leñosos decreciese (-1.042 hectáreas), aunque también cayeron el viñedo (-921 hectáreas) y otras tierras de cultivo (-686 hectáreas). Los descensos fueron mayores que los aumentos de los demás cultivos, que no logran compensar la balanza y llevan a que se abandonen más tierras.
Pese a todo, aumentó el dedicado a las leguminosas de grano (+2.017 hectáreas), hortalizas y flores (+570 hectáreas) y cultivos industriales (+265 hectáreas). Según la Unió, ese incremento de las leguminosas de grano viene motivado porque la nueva PAC impulsa su cultivo a través de la condicionalidad reforzada, ecoregímenes y ayuda asociada a la producción de cultivos proteicos y por tanto parte de la bajada del cereal ha ido al aumento de este cultivo.
En total, la superficie total cultivada en la Comunitat Valenciana es de 622.144 hectáreas. Si se suma la cultivada y no cultivada (forestal, prado y pastizales y otras superficies, donde se incluyen las tierras baldías), se mantiene estable en las 2.326.000 hectáreas de los últimos años. Ava-Asaja considera que las causas más significativas que explican esta nueva pérdida de tierras de cultivo son climáticas y económicas. Por un lado, los cereales y las forrajeras sucumbieron ante los graves efectos de la sequía y, de hecho, actualmente muchos agricultores valencianos tienen decidido no sembrar en 2024 hasta que haya una previsión clara de lluvias. Por otro lado, para el conjunto de cultivos los problemas de rentabilidad se agravan por los desequilibrios dentro de la cadena de valor, la competencia desleal de terceros países y la estructura minifundista más presente en la Comunitat Valenciana.
Desde la Unió aprovechan la publicación de los datos para criticar la negativa del Gobierno de la Generalitat del PP-Vox a aprobar las enmiendas propuestas a los presupuestos agrarios de 2024 es un nuevo freno a la «sangría de pérdida de superficie cultivada en el territorio valenciano». Las propuestas, que buscaban asignar fondos significativos a políticas directas de apoyo a agricultores y ganaderos, fueron rechazadas, lo que consideran que dejan desprotegidos a miles de productores en la Comunitat Valenciana.
La organización proponía modificaciones en los presupuestos de la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca que encabeza el dirigente voxista José Luis Aguirre por valor de solo 9,9 millones de euros para destinar recursos a medidas socioeconómicas que beneficiarían a las personas agricultoras y ganaderas en un momento desafiante, marcado por los efectos de la sequía, el conflicto en Ucrania y la creciente presión de los costes de producción.
Carles Peris, secretario general de la Unió, indica que «esta nueva pérdida de terrenos de cultivo, unida a la de los últimos años, pone de manifiesto que hay que adoptar políticas en clave autonómica para evitar esta situación y ayudar a mantenerse en sus explotaciones a los agricultores y ganaderos profesionales. Mimetizar las políticas estatales y europeas sin hacer nada más con presupuesto propio de la Conselleria de Agricultura es dejar morir al enfermo».
A las críticas se ha unido la asociación Ava-Asaja, que reclama medidas urgentes y contundentes a todas las administraciones con competencias en agricultura para garantizar la supervivencia de los agricultores y ganaderos ante los nuevos datos oficiales conocidos sobre superficie agraria.
La entidad exige que las administraciones designen a expertos para que investiguen los problemas que afectan a la agricultura y establezcan soluciones eficaces. Pide al Ministerio de Agricultura que se haga más fuerte en la Unión Europea para establecer reciprocidad en los acuerdos comerciales, de tal manera que las importaciones procedentes de países terceros cumplan las mismas normas de producción que los cultivos europeos. En el ámbito autonómico, urge a adoptar las modificaciones que el nuevo gobierno valenciano ha anunciado en la Ley de Estructuras Agrarias con el objeto de agilizar la ampliación y modernización de las explotaciones. Ante el retroceso de la superficie de cítricos
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