Los viticultores temen que la caída del vino tinto y la sequía arruinen el sector

La situación es especialmente grave en la producción de vino tinto, ya no sólo por la merma de la cosecha como consecuencia de las condiciones climatológicas, sino por la caída de ventas a nivel global. Mientras tanto, las ventas de cava repuntan, una tendencia sin duda beneficiosa para los productores de Requena enfocados en este espumoso. Sin embargo, el tirón de esta bebida, junto a la preferencia por los vinos blancos, no compensa las pérdidas que sufre el sector en la región.

«El repunte del vino blanco y el cava solo va bien para la zona de Requena. El 80% de la comarca se dedica a vino tinto», explica Luis Julián, quien asegura que «es posible que esta campaña sea peor de los últimos 30 años si sigue sin llover».

Según estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), se prevé una reducción del 40% a causa de la sequía, pero también como consecuencia de las heladas primaverales, los temporales de granizo, la marchitez fisiológica en la variedad Bobal y los estragos de la fauna salvaje.

En Utiel-Requena, la comarca con mayor producción vitivinícola, la merma supera ya el 30%. En las zonas productoras de la DO Valencia, el descenso puede alcanzar el 60%. Por su parte, en La Marina, zona emblemática de la variedad moscatel –vino blanco–, la caída de producción se sitúa en el 90%.

Precisamente por este motivo, el sector reclamaba al Gobierno y a la Generalitat ayudas para paliar los efectos de la sequía en este cultivo, que además debe lidiar con el cambio en la tendencia de consumo. De hecho, las bodegas valencianas acumulan stock de botellas de vino tinto de las temporadas pasadas por la ralentización de las ventas.

Finalmente, el Consell aprobó la semana pasado un plan extraordinario de ayudas directas de 17 millones de euros destinados a cultivos de secano y la ganadería. El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, celebró la medida pero aprovechó para reivindicar la mesa de la sequía por parte del Gobierno de España. «Ni se moja en ir a Bruselas a pedir ayudas extraordinarias», señaló.

Gracias a esta medida excepcional se beneficiarán 30.000 agricultores y ganaderos, que producen en una superficie de 175.000 hectáreas de olivar, uva de secano, almendras, cereales, granada, cereza y algarrobo, lo que supone unos 4.000 euros de ayuda media por ganadero y 4.500 euros de media por agricultor de secano.

Desde AVA-ASAJA demandan al gobierno central y a la Unión Europea que complementen las ayudas de la Generalitat con más medidas para compensar los efectos de la sequía, como la puesta en marcha de pozos de emergencia y conducciones a los campos, así como ayudas directas y medidas fiscales. La organización agraria apuesta por un Pacto de Estado del Agua que «evite la criminalización» de los regadíos y la demolición de presas, que contemple la construcción de infraestructuras para almacenar y distribuir agua, reutilice aguas depuradas que se pierden en el mar mediante el uso de rebombeos con energía fotovoltaica, y redimensione los caudales ecológicos.