Guadalest, Benimantell, Tárbena, Parcent, Planes, Vall de la Gallinera, Vall d'Ebo, Planes, Beniarrés, Muro... La lista de pueblos afectados por la Xylella Fastidiosa no para de crecer, 22 meses después de detectarse el primer caso en la Comunitat Valenciana. Cada vez que la Conselleria de Agricultura da noticias sobre la dolencia se amplía el área afectada, que ya abarca 134.000 hectáreas de 73 términos municipales; de ellos, 71 en las comarcas de La Marina y El Comptat, al norte de la provincia de Alicante, y dos (Villalonga y Oliva) en el sur de la de Valencia.
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En estos dos últimos casos quedan afectadas porciones de sus términos al trazar las áreas circulares de obligada cuarentena alrededor de los puntos con análisis positivos, ubicados en Alicante.
Sin embargo, pese a la enormidad de la zona geográfica implicada y los muchos miles de almendros arrancados y destruidos, la Xylella no para de avanzar, por lo que cada vez son más las voces que cuestionan si la actual estrategia de erradicación sirve para algo práctico y no sería mejor cambiar a la de contención, que mantendría las mismas pautas de análisis y controles pero solo se eliminarían los ejemplares realmente infectados, no otros muchos de alrededor, como se hace ahora, aunque estén sanos.
La polémica entre los partidarios de ambas opciones no cesa de aumentar, precisamente al ritmo en que se extiende el problema, se multiplican los positivos y en consecuencia crece el número de agricultores que muestran su malestar al ver cómo sus almendros son condenados a la destrucción total.
La Conselleria de Agricultura insiste una y otra vez en que está aplicando estrictamente el protocolo previsto en España y en toda la UE para intentar hacer frente a plagas y enfermedades de cuarentena que afectan a especies vegetales. Las organizaciones agrarias AVA-Asaja y La Unió de Llauradors apoyan las actuaciones que se vienen realizando porque consideran que son las únicas que pueden garantizar que se llegue a frenar el avance del mal.
Sin embargo, Asaja-Alicante y la asociación de afectados Axfa consideran que ya no tiene sentido la erradicación y que debería pasarse a un plan de contención, eliminando sólo ejemplares realmente afectados y aprendiendo a convivir con la dolencia. Sostienen que, de lo contrario, si se sigue como hasta ahora, se corre el riesgo de dejar amplias zonas desérticas, sin acabar de parar el avance de la enfermedad. No obstante, la comisión Europea sigue decidida a la erradicación y hasta realizó una severa auditoría para comprobar que se estaban eliminando de forma efectiva los árboles requeridos alrededor de los puntos donde resultaron positivos los análisis.
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Existen también 62 viveros y centros de jardinería afectados, obligados a limitar el movimiento de plantas para no favorecer que se extienda la bacteria o los insectos que la propagan. Un problema que se está haciendo enorme y que está ocasionando muchas pérdidas económicas, no solo en cuanto al gasto público. La Conselleria de Agricultura tiene empleadas a 126 personas en labores de análisis, controles, erradicación, administración... Aparte ha presupuestado ya más de 4,5 millones de euros para indemnizaciones. Pero hay daños de tipo moral o sentimental, así como los turísticos, por la pérdida del paisaje tradicional, que no se pueden compensar.
Por lo que respecta a los trabajos de eliminación de los almendros sentenciados se ha experimentado un cambio importante. Antes eran talados con motosierras, se arrancaban con retroexcavadoras y en ocasiones rebrotaron los tocones. Los dueños pedían a veces llevarse la leña residual, para quemarla en estufas, pero no está permitido. Ahora, en cambio, se emplean grandes máquinas trituradoras que convierten en astillas cada árbol por entero en cinco minutos, arrancando y desmenuzando también las raíces.
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Casi dos años después nadie se atreve a recomendar alternativas viables de cultivo
Desde que comenzó a extenderse la Xylella entre los almendros del norte de Alicante se planteó la necesidad de ofrecer alternativas de cultivos viables para sustituir las plantaciones obligadas a ser destruidas. Pero no es nada fácil encontrar qué se podría plantar con perspectivas de cierta rentabilidad en unas parcelas que, en su gran mayoría, adolecen de escasa dimensión y de algo que condiciona más aún las opciones: la falta de agua de riego, imprescindible para casi todas las producciones o, al menos, para facilitar el crecimiento inicial del arbolado y asegurar después riegos de apoyo en años más secos.
Para mayor complicación, como la Xylella puede hospedarse en más de trescientas especies, la lista de opciones se ve más limitada aún.
El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), dependiente de la Conselleria de Agricultura, elaboró el año pasado una primera lista de cultivos que potencialmente se presentaban como alternativas viables. Eran estos: aguacate, albaricoquero, algarrobo, caqui, cerezo, granado, manzano, melocotonero, membrillero, níspero, peral y pistacho. Enseguida se vio que no tenían mucho sentido para la gran mayoría de los casos, por deficiencias orográficas o del clima, ausencia de agua o por todo junto.
La Conselleria de Agricultura le pasó el encargo después a la Universidad Miguel Hernández de Elche, que todavía no ha hecho públicas sus conclusiones, mientras esperan los agricultores que les den alguna esperanza de futuro.
Entre tanto, los operarios que se encargan de las tareas de erradicación desbrozan así mismo matorrales de romero y otras especies que también han dado análisis positivos, lo que apoya la hipótesis de quienes sostienen que el avance de la dolencia se presenta sin freno y sería mejor aprender a convivir con ella.
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