Urgente Un accidente múltiple provoca retenciones en la V-21 sentido Castellón
Una industria cerámica en la provincia de Castellón. I. Arlandis

Alarma en las empresas valencianas ante un fin de año de precios y energía por las nubes

La cerámica se lleva la peor parte por el encarecimiento del gas, pero el textil, el metal o el mueble temen al nuevo curso

A. Cervellera/ P. Sellés

Valencia

Sábado, 3 de septiembre 2022

La vuelta del verano implica el retorno a la actividad de un sinfín de empresas valencianas. Los diferentes sectores vuelven a una realidad económica que se ha recrudecido en las últimas semanas al agravarse problemas que dan la sensación que no van a ... ser tan puntuales como se esperaba. La preocupación sigue centrada en los precios disparados, que tienen su origen en la energía, y que generan un efecto dominó que parece imparable y que hace saltar las alarmas. El gran aviso ante la tormenta que se avecina es la caída de la producción que ya se evidencia en muchas factorías.

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Fernando Castelló, economista y profesor de ESIC, afirma que si hay una palabra que va a definir esta nueva etapa es incertidumbre. «En un mundo globalizado como el nuestro va a ser fundamental para la Comunitat Valenciana la evolución de la guerra en Ucrania y los movimientos de Rusia», admite el también investigador. Castelló evidencia que la industria tiene que prepararse para un contexto de desaceleración económica del que ya advierten los principales organismos y ser consciente de que las medidas que se están llevando a cabo y que se seguirán fomentando desde las diferentes administraciones tardarán en tener impacto. «El escenario está en el aire más que nunca y lo único que sabemos es que vivimos con unos precios disparados y con la energía por las nubes», sentencia.

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Y es justo esta, la situación presente, la que más inquieta a la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). «Los elevados precios de la energía están estrangulando la actividad en importantes ramas del sector industrial», remarcan desde la patronal. Los dirigentes admiten que un sinfín de firmas se ven obligadas a reducir sus niveles de producción para no entrar en pérdidas, aunque son conscientes que algunos lo van a pasar incluso peor y tendrán que parar las máquinas. Aquellas actividades que dependen más del exterior o que necesitan materias primas concretas como el gas son las más expuestas a los envites de esta nueva etapa.

Azulejo

Si hay un sector al que el verano se le ha hecho largo y que afronta con muchas dudas esta nueva etapa es el del azulejo, uno de los motores de la economía de la autonomía. Desde finales de 2021 las empresas cerámicas están sufriendo de primera mano los disparados costes del gas, que les han obligado a subir precios y a recortar beneficios. Pero lejos de reconducirse esta deriva, en 2022 no deja de agravarse y la regulación impuesta por el Gobierno bautizada como la 'excepción ibérica' no da los resultados esperados porque deja de lado sus plantas de cogeneración. No dejan de encadenarse cierres y obligan a recurrir a métodos más contaminantes.

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Las plantas de Castellón han llegado a detectar picos de precios del gas de 300€/MWh y se suele superar con holgura la barrera de los 200€/MWh, frente a los 20 o 30 que eran habituales el verano pasado. Esta misma semana, Azuliber, una empresa del grupo Pamesa dedicada a la arcilla, se ha visto obligada a aprobar un ERTE para sus 117 empleados ante la evidencia de que el coste de producción de su gran producto, la arcilla atomizada, se ha disparado en un año un 1.047%. El lunes se reúnen con representantes del Gobierno para tratar de buscar alguna vía de escape porque las perspectivas son más que negativas en la actualidad. Ni la bajada del IVA les supone un alivio ya que tan solo afecta a las familias.

Textil

La dependencia del gas no solo es una realidad en el norte de la Comunitat Valenciana sino también en el sur de la provincia de Valencia, con la Vall d'Albaida a la cabeza, y en Alicante, donde determinadas secciones del textil también han comenzado a parar la maquinaria ante los precios desbocados. Son justo las firmas especializadas en el acabado (estampados, tintura o blanqueado) las que más necesitan el gas. «El incremento del precio ha afectado especialmente al sector del acabado, y como la cadena de valor es tan larga, eso repercute en todo el proceso productivo», reconoce Pepe Serna, presidente de la patronal textil Ateval.

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Serna habla de una situación «crítica» por la «incerteza, inseguridad e inestabilidad» debido a los desajustes de la oferta y la demanda, la demora en la entrega de productos, y la subida del coste de la energía.

El sector pudo capear el temporal de la crisis pospandemia gracias al auge de los productos textil hogar porque al pasar más tiempo en casa, las familias invirtieron más dinero del presupuesto doméstico en el acondicionamiento de sus domicilios. Si bien hasta el primer trimestre de este año las exportaciones mostraron una clara tendencia ascendente, en el tercero ya se ha revertido la situación.

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Mueble

En el sector del mueble viven una sensación agridulce. Por un lado, se muestran ilusionados por la vuelta de la feria Habitat, que es uno de los mejores escaparates para las empresas valencianas, pero por otro son conscientes de que cada vez entran menos pedidos particulares y que eso puede suponer un problema durante los próximos meses. Ligia Rodrigo, presidenta de la Asociación de Comercios del Mueble de la Comunitat Valenciana (Comerçmoble), admite que ellos pudieron recuperarse antes de la pandemia porque la población comenzó a desviar dinero del ocio al hogar cuando la movilidad era reducida. «Muchos invirtieron en renovar muebles de todo tipo, pero este verano ese dinero se ha invertido en turismo», insiste.

Del mismo modo, Rodrigo evidencia que el encarecimiento de la energía les está pasando factura. «Solo climatizar grandes espacios nos supone un desembolso increíble», afirma Rodrigo, que asegura que los asociados de las tiendas les trasladan que las facturas se han duplicado. Y esta inflación también ha llegado a los proveedores, que les han subido los costes, lo que a su vez les ha obligado a incrementar sus precios.

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Turismo y hostelería

El turismo ha cerrado un verano como los de antes. Los visitantes han vuelto y gracias a ellos los negocios han hecho su agosto. El mes se ha cerrado con una ocupación media del 90%, lo que representa que se han recuperado las cifras previas a la pandemia tras dos veranos a medio gas.

Eso sí, desde las asociaciones turísticas quieren ser cautos porque es una realidad que la subida generalizada de precios ha recortado márgenes, algo que también afecta a la hostelería. El balance es bueno, pero no se quiere cantar victoria ante las dudas de arroja el otoño por el contexto macroeconómico.

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Metal y automoción

Las 3.000 empresas valencianas inmersas en el mundo del metal, entre las que se incluyen gran parte de las automovilísticas, llegan a septiembre con una de cal y otra de arena. Por un lado, han dejado atrás un 2021 en el que vivieron una situación más que complicada por la falta de materias primas que suelen venir desde Asia y por el déficit de microchips, que paralizó gran parte de la industria auxiliar en torno a Ford. Y estos problemas, junto a la estabilización de los precios del transporte marítimo, comienzan a ser superados.

Pero, por otro lado, ha llegado la escalada de precios de la energía. «Las cuentas de resultados de las empresas no salen por el alza de estos costes», remarca Vicente Lafuente, presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval). Sin embargo, no quiere ser catastrofista y cree que se puede resistir. Una misión que se conseguirá siempre que el contexto internacional no vaya a peor. Porque un recrudecimiento de la guerra de Ucrania o el estallido de un conflicto armado entre China y Taiwán -que ha estado muy cerca este verano de ser una realidad- podría ser fatal para estas firmas.

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Transporte y logística

En la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET) viven con un ojo puesto en el precio de la gasolina, que tras caer en la recta final del verano se ha estabilizado. Afirman que el escenario del otoño es «incierto» para su actividad y que la misma dependerá de factores como la escalada de costes y, en particular, del precio del combustible. Ya supone para las empresas del sector un 40% de sus costes directos. Además, destacan que el sector está «muy pendiente» de la aplicación efectiva de las nuevas medidas que han entrado en vigor, como el recargo por combustible, el régimen sancionador de la morosidad en el transporte, o la prohibición de la carga y descarga.

Calzado

Desde la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), su presidenta, Marián Cano, asegura que el sector «está preocupado por la gran incertidumbre que sigue instalada en los mercados y por los problemas en la cadena de suministros que continúan produciéndose». Reconoce que las empresas del calzado «son muy cautas a la hora de fijar sus expectativas para los próximos meses», y añade que la llegada de la recesión económica en nuestro país «es un riesgo real, que previsiblemente se dará a finales de este año, lo que hace que nuestros empresarios se muestren especialmente precavidos».

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Las exportaciones de calzado de la Comunitat Valenciana en el primer semestre de este año «han sido buenas» a ojos de la patronal y cifran en el 18% el crecimiento del sector respecto al mismo periodo del año anterior, ya que fueron uno de los sectores más golpeados por la pandemia. «Aunque los datos son positivos, y la tendencia es buena, no debemos confiarnos en exceso, puesto que factores como el coste energético y la inflación van a seguir lastrando la competitividad de la industria, y pueden cambiar esta tendencia en cualquier momento», concluye Cano.

Juguete

Siete de cada diez euros de la facturación del juguete se concentra en el último tramo del año, por lo que los fabricantes afrontan el otoño con «preocupación». Así lo reconoce Marta Salmón, presidenta de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). «La depreciación del dólar respecto al euro está encareciendo mucho nuestras importaciones. La guerra de Ucrania ha roto todos nuestros esquemas», indica la presidenta de la patronal juguetera.

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El sector que tiene su capital en Ibi confía en recuperar las cifras prepandemia, sobre todo en el mercado nacional, cuya facturación cayó en 2021 un 2,5% respecto a los años previos. En total, el año pasado los jugueteros facturaron 1.669 millones entre las ventas domésticas y las exportaciones (estas últimas representaron el 40 % del total). Para cumplir sus pretensiones, las empresas jugueteras han asumido riesgos este año al adelantar tanto la fabricación como las importaciones, y la razón no es otra que evitar el temido desabastecimiento de cara a la campaña navideña. «Confiamos en que las familias sean conscientes de la importancia del juguete en el desarrollo de los más pequeños», sentencia Salmón.

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