Emilio Orta, el alma de la automoción valenciana en tiempos de crisis

La sonrisa franca y la mano tendida. Así era Emilio Orta, presidente del Clúster de la Automoción de la Comunitat Valenciana (AVIA), además de director general de Met Tecno 2000 y consejero de las compañías STR y Agfra. Sincero y abierto hasta en los momentos difíciles, sabía transmitir confianza en el futuro de un sector que conocía al detalle desde los años 70 y en el que, como él decía, las había visto «de todos los colores».

La noticia de su retirada de la portavocía del Clúster a principios de año se anunciaba como temporal, pero la larga convalecencia inquietó a muchos que, sin contarse entre sus más próximos, sí le habían tratado y echaban de menos su visión sensata y el consejo certero, siempre con una simpatía innata arropada por su acento sevillano.

Nacido en la capital hispalense en 1942, pronto se trasladó a Valencia, donde fundó en 1970 Manufacturas Fonos, empresa especializada en la fabricación de silenciadores, catalizadores y tubos de escape. En ese momento consiguió revolucionar el sector con el Aluminox, un producto que hizo de Fonos una de las marcas punteras en el mercado europeo y que despertó el interés de distintos grupos internacionales, lo que llevó a que en 1995 la empresa se incorporase a la multinacional Tenneco Automotive.

Orta permaneció al frente de la empresa hasta 2002, y a partir de ese momento se interesó por otras ocupaciones y comenzó su implicación en el asociacionismo empresarial. Así, en 2006 entró como vocal en la junta directiva de la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción, entonces un incipiente grupo de empresas con sede en Valencia proveedoras del sector y sin apenas representatividad en los órganos patronales valencianos pese a su contundente contribución al PIB de la Comunitat.

En 2008, cuando empezaban a apreciarse los primeros síntomas de la crisis internacional, se hizo cargo de la organización y, llegó a cubrir de su propio bolsillo la continuidad de la joven asociación hasta que las finanzas de la misma se reestablecieron. Esa entrega fue reconocida en 2016, cuando todo el Clúster le hizo entrega de un premio honorífico por su labor, en la celebración de la I Noche del Motor de la Comunitat Valenciana.

Presidente del Club para la Innovación de la Comunitat Valenciana, fue un firme defensor de la industria como sostén de la economía española y valenciana frente a otros sectores y apoyaba esta afirmación no sólo en el exitoso pasado sino en un futuro prometedor después de todo el esfuerzo realizado. «Nuestra ventaja, sin duda, es haber apostado por la productividad, mientras que los países emergentes, con mano de obra muy barata, apuestan por la producción, por mucha gente y poca automatización», señalaba en una de sus últimas entrevistas en LAS PROVINCIAS.

Así, empresas de componentes de automoción de la Comunitat, tanto multinacionales como pymes, suministran a todos los fabricantes que están en España y venden también a Rusia, Polonia, Francia, Inglaterra, Estados Unidos o México. «Y esto se ha conseguido a golpe de productividad, con lo que una pyme valenciana puede ser competitiva incluso contra países con salarios de 350 a 550 euros», señalaba Orta.

Su fallecimiento se conoció a primera hora de ayer, al tiempo que la familia trasladaba que el funeral se celebra hoy a las 10:45 en el Tanatorio Municipal de Valencia.