Presentación del DS 8 Etoile, modelo eléctrico de Stellantis. AFP

Aragón adelanta a la Comunitat en la carrera hacia la electromovilidad

La inversión china y el apoyo del Ejecutivo permiten la llegada de otro megaproyecto clave para el futuro del sector automotriz

Javier Gascó

Valencia

Domingo, 15 de diciembre 2024, 18:58

La carrera por construir los coches del futuro no se detiene a pesar de que las cifras de ventas del sector son poco halagüeñas. España pretende seguir la estela de Francia y Alemania, que son los países «a los que hay que mirar», según ... Antonio García, investigador del Instituto Clean Mobility & Thermofluids (CMT) de la Universitat Politècnia de València (UPV).

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En esa pugna por mantenerse cerca de las dos referencias continentales, la Comunitat era la región más avanzada a nivel naciona. Era. En pasado. La llegada de inversión china y el apoyo del Gobierno central ha permitido la entrada con fuerza de un nuevo participante en la pugna por liderar el proyecto español hacia la movilidad del futuro que ha desbancado a la región valenciana del puesto de cabeza.

Para los expertos del sector «es fantástico» que lleguen más gigafactorías del tamaño de la que PowerCo está construyendo en Sagunto o de la que esta misma semana anunció Stellantis para Zaragoza, que tendrá una capacidad mayor que la de la filial de Volkswagen y supondrá una inversión de 500 millones más. «Aquí no se generan polos que predominan sobre otros. Aragón no va a asumir toda la producción de vehículos eléctricos. Deberíamos tener muchas de esas y no preocuparnos tanto por la capacidad», explica García.

Sin embargo, detrás de cada proyecto –y más si la inversión es de varios ceros– hay unos intereses políticos. La nueva gigafactoría que Stellantis pretende construir en Figueruelas de la mano de la empresa china CATL, que empezará a producir celdas de baterías para vehículos eléctricos a finales de 2026 es el mejor ejemplo de ello.

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En 2022, la filial de Volkswagen eligió la Comunitat para levantar uno de los proyectos más ambiciosos de la firma alemana en materia de electromovilidad. El apoyo del gobierno autonómico –tanto del anterior como del actual– fue clave para la llegada de la firma alemana hasta los terrenos industriales de Parc Sagunt II. Sin embargo, el Consell no era el único gobierno autonómico interesado en un proyecto de más de 3.000 millones de euros de inversión que generará 3.000 empleos de forma directa y otros muchos más de manera indirecta. Aragón y Extremadura también quisieron conquistar a Volkswagen. La firma alemana se decantó finalmente por el territorio valenciano, pero otras compañías se fijaron en esas dos regiones para asentar sus bases en un punto estratégico de la geopolítica europea, como es la Península Ibérica.

Hoy en día España cuenta con cinco proyectos de fábricas de baterías para vehículos eléctricos. Dos de ellos se encuentran en Extremadura, uno en el País Vasco, uno en Aragón y otro en la Comunitat Valenciana.

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«A nivel político es importante quedarse con la mayor parte del pastel. A nivel país no es así. Cuanto más podamos producir, más podemos liderar», defiende el investigador de la UPV.

En ese aspecto, las dos gigafactorías más potentes del país en los próximos años serán las ubicadas en la Comunitat y en Aragón, que tendrán una capacidad de 40 GWh y 50 GWh, respectivamente. Sin embargo, los expertos consideran que la capacidad no es el único factor a tener en cuenta a la hora de detallar el impacto de una planta de baterías en un territorio, ya que existen muchas otras cuestiones, como la creación de una industria auxiliar paralela, la generación de empleo o la inversión en labores de investigación, a tener en cuenta a la hora de «clasificar» cada proyecto por su magnitud.

No obstante, el caso de Stellantis en Zaragoza es particular, ya que la firma «va a generar una gigafactoría para sus propios grupos». Es decir, en Aragón no solo se van a producir las baterías para los vehículos eléctricos de la firma, como sucederá en la planta de PowerCo, sino que también se fabricarán los propios coches eléctricos en las instalaciones que la compañía tiene en Zaragoza. De hecho, Stellantis Zaragoza cerró 2023 con un récord de su producción de vehículos eléctricos al superar las 44.000 unidades. Los modelos 100% eléctricos llegaron a Zaragoza en 2019 de mano de la fabricación del Opel Corsa, inaugurándose dos años después un taller de montaje de baterías propio de la planta.

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Como ha explicado Antonio García, la llegada de la nueva gigafactoría a Zaragoza no significa que la electromovilidad vaya ser cosa exclusiva de Aragón. Sin embargo, el caldo de cultivo que existe en la región vecina es más idóneo que el que hay actualmente en la Comunitat, donde la apuesta de Ford por construir modelos eléctricos en su planta de Almussafes ha quedado reducida a la llegada de un vehículo multienergía en 2027.

Pese a ello, la autonomía valenciana mantiene una posición privilegiada en la carrera hacia la movilidad del futuro. La apuesta por la investigación y la formación, a través de entidades como la UPV; el desarrollo de planes de formación vinculados a proyectos concretos, como el que está llevando a cabo PowerCo en la zona del Camp de Morvedre; o el desarrollo de una potente cadena de valor, que cuente con la participación de otras empresas del sector e instituciones públicas, son solo algunos de los aspectos que garantizan que la Comunitat puede desempeñar un papel clave en el camino hacia la electromovilidad.

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Una cadena de valor de 500.000 empleos y 100.000 millones de PIB

El sector de la electromovilidad no solo implica a los fabricantes de vehículos o baterías, sino que es una cadena de valor donde la batería y el propio vehículo eléctrico constituyen «el primer eslabón», según explican desde la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive). La patronal considera que tanto los vehículos como las baterías tienen «un efecto tractor para otros ámbitos industriales y tecnológicos».

En ese sentido, existen diversas cifras que reflejan bien dicha cuestión. Cada euro invertido en la electrificación de la movilidad en España genera 1,8 euros de PIB, según los datos de un reciente estudio encargado por Aedive.

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Asimismo, la electrificación y las redes para el desarrollo de la industria y los servicios de la movilidad eléctrica en España crearán más de 500.000 empleos y generarán más de 100.000 millones de euros de PIB.

Desde la patronal consideran que hasta 22 ramas de actividad profesional distintas se ven afectadas cada vez que se produce una inversión en el sector. «El 90% de cada euro invertido trae consigo un efecto arrastre muy significativo en 22 ramas de actividad diferentes, donde la industria manufacturera, de bienes de equipo, distribución (comercio al por mayor), servicios financieros, ingenierías y de Tecnologías de la Información (TI), así como la construcción, son las más destacadas», comentan desde Aedive.

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Con vistas al futuro, el sector se enfrenta a una inversión próxima a 60.000 millones de euros en un plazo de diez años. Cada año, entre 2021 y 2030, esa inversión genera casi 11.000 millones de euros de PIB, el equivalente al 17,2 % del PIB industrial, teniendo un impacto directo en toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica.

Además, este PIB permite crear unos 55.000 empleos anuales, el equivalente a casi el 2 % del empleo industrial de España, de modo que la electromovilidad no solo es un avance a nivel medioambiental, sino también a nivel industrial.

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