El conflicto en Pilkington se radicaliza y los trabajadores preparan una huelga indefinida

El pasado miércoles por la mañana unos neumáticos ardían a las puertas de Pilkington Sagunto. Los trabajadores, que convocaron una huelga desde el 8 de noviembre hasta el día 19, prendieron fuego a varias ruedas en su protesta contra la intención de la empresa de despedir a 116 trabajadores, prácticamente una tercera parte de los 385 que conforman la plantilla. La acción desencadenó la intervención de varias patrullas policiales y bomberos.

Cabe recordar que la asamblea decidió de manera abrumadora el seguimiento de los paros con un 92,5%. Más de una semana después de que se iniciara la huelga, continúa el bloqueo en las negociaciones y, según indicaron ayer fuentes sindicales, la empresa «ha vulnerado» el derecho a huelga al llamar a varios trabajadores a su puesto. Ante esta situación, el comité envió ayer un comunicado en el que convocan una asamblea el próximo viernes donde ratificarán la convocatoria de huelga indefinida hasta el 3 de diciembre si la dirección no cambia en su pretensión de ejecutar el despido colectivo. Según las mismas fuentes, las llamadas al trabajo han sido denunciadas a la Inspección de Trabajo.

Estas protestas, sumadas a las de Navantia en Cádiz, y la amenaza de ajustes en el sector de la automoción debido a la crisis de los microchips, mantiene a toda la industria en alerta. El secretario general de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), Alejandro Soliveres, explica que la situación «se ve con preocupación», máxime en estos momentos de «incertidumbre» generada por la subida de los costes energéticos, materias primas y fletes, en los que la economía «necesita la mayor estabilidad posible». No obstante, confía en que se lleguen a acuerdos en la mayor brevedad posible.Por su parte, la gerente del clúster de automoción de la Comunitat Valenciana AVIA, Elena Lluch, sostiene que el ambiente en el sector es de tranquilidad para los proveedores que no trabajan exclusivamente para Ford pero indica que el efecto de la supresión del turno de noche en los proveedores de nivel 1 «resulta complicado» de valorar por las condiciones de los contratos.

«No importa los anuncios que la multinacional haga, en relación a supresión de turnos, ERTES o disminución de carga de trabajo. Mientras no cambien las condiciones contractuales los proveedores deben mantener su capacidad productiva», agrega la dirigente, que insiste en que esto se traduce en que los proveedores de cualquier nivel que trabajan para los fabricantes no pueden prescindir ni de equipos ni de personal, más allá de posibles ERTE.

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