Instalaciones de Ford en Almussafes. I. MArsilla

La automoción advierte de los retos hasta la consolidación de Ford y Volkswagen en la Comunitat

Las empresas se enfrentan a una inflación desbocada, la guerra de Ucrania y una caída de la producción por la falta de chips

Lunes, 27 de junio 2022

La automoción y la economía valenciana respiran mucho más tranquilas una vez ha quedado confirmada no solo la llegada de Volkswagen a Sagunto sino también ... la nueva apuesta de Ford por la planta de Almussafes. Dos iniciativas que representan la continuidad de un sector que, pese a saber que con estos dos exponentes podrá acumular más de 30.000 empleos, deberá afrontar varios retos en los próximos años.

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Los nuevos coches electrificados de Ford desembarcarán en la factoría valenciana en 2025, el mismo año en el que se iniciarán las pruebas de producción de baterías en la gigafactoría de Volkswagen, que en 2026 operará con normalidad. Hasta entonces, el sector auxiliar deberá reconvertirse y sobrevivir al difícil contexto actual.

La Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (Avia) ha alertado, junto al resto de clústeres de la automoción española, de las grandes dificultades a las que se enfrenta el sector en el país. El mismo sufre en primera persona las consecuencias de la inflación y de la invasión de Rusia a Ucrania, que amenaza el suministro de gas y materiales como el níquel, paladio, acero o carbón.

Pero todas estas empresas que se sitúan en torno a gigantes de la automoción como Ford, Renault o Volkswagen-Seat no solo se enfrentan a estos baches que comparten junto a la mayoría de empresas del país. También afrontan la reconversión del sector, que en pocos años va a pasar de producir coches de combustión clásicos a otros electrificados, lo que puede llegar a emplear a un 30% menos de personal.

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En este punto el clúster valenciano es el mejor posicionado ya que, a diferencia del resto de autonomías, va a contar con toda la cadena de valor del coche eléctrico gracias a la llegada de Volkswagen. Un impulso que permitirá tanto reabsorber carga de trabajo que pueda perderse del negocio tradicional como crear nuevos puestos. Por su parte, el resto de regiones lo tendrá más complicado.

Otro punto que resaltan las empresas es la crisis de los microchips, que ha hundido la producción de vehículos, lo que ha generado un efecto dominó que ha golpeado a todo el sector. «Los parones en la producción de los fabricantes por la falta de estos y de otros componentes han roto las economías de escala de un sector que trabaja, históricamente, con márgenes muy pequeños en los que los beneficios aparecen con los altos volúmenes de producción», remarcan.

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Tormenta perfecta

El sector auxiliar de la automoción española deja claro que todos estos problemas crean un «escenario ideal para una destrucción progresiva del sector, focalizada especialmente en las pymes, si la situación actual se mantiene durante más tiempo». Además, advierten que, sin flexibilidad, los ERTE que afectan aún a la mitad de las empresas valencianas del sector pueden convertirse en ERE. Y critican que la reforma laboral no ayuda en este sentido.

Ante este panorama se reclama a las administraciones y las firmas más grandes pactos «para hacer frente a la transformación que necesita el sector: digital y ecológica, hacia la 'green factory', electrificación, modernización y automatización de los procesos productivos». «Creemos que los proyectos del sector de automoción generarán impacto en las cadenas de valor, traccionando a las pymes, creando riqueza en el entorno que evoluciona hacia una transición gemela», insisten.

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Por todo ello, invitan a una reflexión colectiva de todos los actores para que España no pierda su liderazgo europeo en la automoción pese a los problemas actuales y la transformación que se vive en todo el mundo. Creen que hay mucho en juego pese a las buenas noticias de las últimas semanas.

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