El alivio que se negó a las azulejeras

De ahí que Alberto Núñez Feijóo recriminara ayer a Sánchez que se pusiera esa medalla después de haber dejado a las azulejeras fuera en un primer momento, cuando diseñó la excepción ibérica. «Ha rectificado en esta comparecencia», le afeó al presidente del Gobierno. Y añadió: «Las azulejeras no podían continuar produciendo a pérdidas».

Sánchez reconoció que se trata de una medida solicitada por la propia industria y que beneficiará a sectores como la cerámica, además de otros con mayúsculo peso en el PIB valenciano y que suponen el 20% de la riqueza industrial española: el ladrillo, la química, la papelera, el textil o los fertilizantes.

El presidente, que citó a Sagunto como ejemplo de política industrial para garantizar la supervivencia del sector de la automoción y se ganó el aplauso de Ximo Puig, las medidas alcanzan los 850 millones de euros, entre rebajas de impuestos, peajes, ayudas directas, o el aumento de las compensaciones por el coste de los derechos de emisión de CO2.

El anuncio de Sánchez llega dos meses y medio después de ponerse en marcha el mecanismo ibérico. Un tiempo en el que la industria de la cogeneración ha limitado al mínimo su producción energética. De hecho, 400 de las 600 grandes fábricas han parado su actividad estos meses. «Calculamos que unas 300 podrán volver a arrancar», indica Javier Rodríguez, director general de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen) tras conocer esta decisión.

El sistema eléctrico también debería notar el efecto. La producción de luz a través de la cogeneración se ha desplomado desde el 10% del mix eléctrico que aportaban hasta mediados de año, hasta apenas un 3% del total, según Red Eléctrica.

Al poder acogerse al tope ibérico, tendrán un precio de la luz más competitivo, aunque sea superior al que estaban pagando antes, como ocurre con el resto de consumidores del mercado eléctrico español, frente a unos costes disparados como los que se registran en toda Europa durante las últimas semanas. Al incrementar su producción, serán menos necesarios los ciclos combinados de gas (en agosto llegaron a aportar un 40% del mix), con lo que los precios se elevaban todavía más por la falta de lluvia y viento: eólicas e hidroeléctricas.

El cara a cara sirvió para exponer sus distintas exposiciones energéticas. Feijóo ha planteado al Ejecutivo, en lugar de sancionar, premie «con descuentos directos los recibos a los consumidores, familias y pymes que ahorran un 3, un 5 o un 20% la energía. No les incremente el recibo, bájeselo», indicó. Y enumeró otras propuestas incluidas en su plan, como ayudas para que no cierren las industrias, realizar una apuesta masiva por las renovables soslayando la burocracia o aprovechar todas las fuentes de energía, incluyendo nucleares.

En este sentido, Sánchez insistió en que no será necesario prolongar la vida de los reactores (el último se clausurará en 2035); apostó por más renovables frente a los recortes aplicados por el Ejecutivo de Rajoy; y pidió apoyo para el plan de contingencia, que contendrá más recomendaciones que obligaciones energéticas.