Baleària abre sus puertas a operar en Cuba tras la llegada de Trump a la presidencia

La llegada de Trump a la presidencia puede entenderse como una oportunidad para hacerlo. Al menos así lo considera Utor, quien cree que durante la legislatura del polémico magnate «habrá cosas malas y cosas buenas». Entre ellas una mejora de la situación en un territorio con gran potencial turístico como Cuba.

«Ha llegado y ha conseguido la tregua en Gaza. ¿Quién lo iba a decir? Si se da la ocasión y podemos soñar en un momento dado con que el tema de Cuba algún día se arregle estaremos allí los primeros, en primera línea para hacer lo que sabemos hacer», explicó el propietario de la naviera, que este mismo año tiene previsto abrir una nueva línea entre el puerto de San Pedro de Macorís, en República Dominicana, y el puerto de Mayagüez, en Puerto Rico.

Habrá que ver si realmente se producen avances en Centroamérica que puedan resultar beneficiosos de algún modo para la Comunitat con Trump en la presidencia. Hasta entonces, la expansión internacional de Baleària no sólo mira hacia el Caribe, sino también hacia el norte de África, donde, según Utor, «muchos españoles van a tener la oportunidad de ir a Marruecos y de situarlo como un destino vacacional», tras la apertura del primer corredor verde entre España y Marruecos por vía marítima, que comenzará a funcionar a partir de 2027 con dos nuevos 'fast ferries' libres de emisiones.

La nueva línea no sólo pretende impulsar el turismo, sino también ejercer de «vaso comunicante» para tratar de poner fin a los problemas vinculados con la migración: «La gente viene porque está mal allí, no viene porque quiere venir. Yo creo que tenemos la obligación con los países del norte de África y en este caso esto es una oportunidad, porque nosotros podemos ayudar y propiciar al desarrollo económico de África, porque eso va a favorecer nuestra estabilidad a nivel político, a nivel económico y a nivel social».

La presentación del proyecto verde entre los dos países fue el acto central de la compañía en Fitur 2025, donde volvió a ponerse de manifiesto que Baleària es una compañía cada vez más global. La mejora de conexiones con Marruecos ha sido posible gracias, en buena parte, a la colaboración público-privada de la naviera valenciana con la Junta de Andalucía.

«Es una iniciativa del Puerto de Algeciras que decide hacer un concurso a 15 años y establece unas condiciones y algunas exigencias que tienen que ver con la con la modernización, con la innovación y con la sostenibilidad. Nosotros nos presentamos al concurso y lo ganamos, pero realmente la iniciativa es pública», explicaba Utor tras presumir de tener una buena sintonía con el presidente andaluz, Juanma Moreno.

Además de apostar por abrir horizontes, Baleària también centra sus esfuerzos en hacerlo de manera sostenible de la mano de un proyecto ya consolidado: «Hemos comprobado que cada vez que sustituimos un barco viejo por un barco nuevo, sustituimos gasto por amortización. Cuando tú haces una inversión en una unidad nueva, economizas desde el punto de vista energético, es un barco que se adapta mejor a la demanda y en consecuencia, es más productivo».

Pero que la naviera dianense haya conseguido poner esa estrategia en práctica con éxito desde hace casi dos décadas -Utor recuerda que tras la crisis de 2009 «el único objetivo era devolver deuda» y fue lo que hizo hasta 2017- no quita que siga siendo necesario un importante apoyo por parte de las administraciones para trabajar en favor de la sostenibilidad.

En ese sentido, el presidente de Baleària reclama «ayudas a la descarbonización» a nivel europeo y más líneas de financiación por parte del Gobierno de España para tratar de poder sustituir los «muchos barcos antiguos, viejos, ya desfasados» que cumplen con los requisitos necesarios para la navegación, pero que cada vez se alejan más del propósito verde de Baleària.

El aspecto puramente económico no es el único en el que Adolfo Utor reclama algo más de apoyo gubernamental. El dirigente de la naviera de referencia en la Comunitat lamenta que la promoción turística de la autonomía vaya estrechamente ligada al transporte aéreo, sin parar a pensar en las consecuencias medioambientales de tal estrategia. «A más desarrollo tiene un país, más personas viajan en barco. El transporte marítimo debe de imponerse al transporte aéreo por razones de sostenibilidad y medioambientales», reivindica Utor, quien, no obstante, reconoce que «hay mucho que mejorar» en cuestiones como la calidad de los servicios marítimos, la frecuencia de los barcos o las instalaciones portuarias.

Además, Utor critica que el turismo sea una industria que tienda a pensar siempre a lo grande, «sin reparar en las cosas pequeñas». El presidente de Baleària considera esencial cuidar el turismo nacional, un aspecto en el que el transporte marítimo puede resultar clave: «Si un señor de Córdoba, de Sevilla, de Huelva, de Cádiz se quiere ir de vacaicones, tenemos la obligación de satisfacerle. No hace falta que se vayan a Tailandia ni al Caribe».