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luis lópez
Jueves, 10 de septiembre 2015, 21:16
Escuchar los lamentos ciudadanos es un buen termómetro para saber, o al menos intuir, qué irrita al pueblo. Qué le hace hervir la sangre. En los últimos tiempos las críticas apuntan hacia las comisiones bancarias: las que se cobran por ingresar dinero, por sacarlo en un cajero, por mantenerlo en una cuenta de ahorro... "Cobran por todo", claman las asociaciones de consumidores que ponen voz a los usuarios de banca. El último y muy vigente episodio son las dobles comisiones por uso de cajeros a los no clientes que ya aplica Caixabank, y que también han anunciado BBVA y Santander. Para los colectivos que defienden los intereses de los usuarios estamos ante una tendencia creciente que busca aumentar los pagos por todas las vías posibles y que se reparte mal entre los clientes, porque son los más débiles quienes salen peor parados.
Según un estudio realizado a finales de 2014 por Facua-Consumidores en Acción, cada usuario paga al año una media de 168 euros en comisiones. Por su parte, la Asociación de Impositores y Usuarios de Bancos y Cajas de Ahorros (Adicae), desvela que durante 2014 las comisiones bancarias aumentaron un 14,5%. ¿Es una tendencia que se mantiene en 2015? Parece que sí porque entre enero y junio, las principales entidades incrementaron sus ingresos por comisiones: BBVA el 10,5%, Caixabank el 10,4%, el Santander el 5,7%, Sabadell el 9,5%. Y es una partida que ya venía subiendo. Al fin y al cabo, de algún modo deben compensar la reducción de márgenes en el negocio típico bancario, lastrado por unos tipos de interés históricamente bajos.
Lo primero a apuntar es que los precios son libres. Lo dice claramente el Banco de España al reconocer que no puede "denegar el cobro de comisiones bancarias ni limitar sus importes". Cada entidad puede cobrar lo que quiera. Eso sí, debe informar anticipadamente de que esos pagos existen, de su cuantía, y únicamente pueden cobrarlos cuando está prestando un servicio real.
Sin embargo, el secretario general de Adicae, Fernando Herrero, explica que hay "subterfugios" para cobrar por nada. Pone un ejemplo: ingresos por ventanilla en una cuenta de la que no se es titular. El asunto formaría parte de la operativa natural de las entidades, de los servicios que deben prestar a sus clientes, y no correspondería realizar pago alguno. Sin embargo, el pretexto para exigir la comisión es "el apunte que se realiza para dejar constancia del concepto por el que se realiza el ingreso. Lo único que esto supone en la mayoría de los casos es poner un nombre, y te cobran hasta tres euros por ello".
En realidad, la finalidad de este tipo de comisión en concreto no sería tanto engordar la caja de las entidades como desincentivar el uso de sus oficinas. Animar a los clientes a operar por internet. El mismo objetivo que persigue el hecho de limitar los horarios para realizar ciertas operaciones a primera hora de la mañana. "Las entidades quieren liberar a sus empleados de sus labores tradicionales y dedicarlos a vender, a la labor comercial. Quieren que sus clientes sean autosuficientes, usen los cajeros, banca online...".
En realidad, desde Adicae aprecian que caminamos hacia un modelo en el que se perjudica a los más débiles, "a la gente más desprotegida". Y hablan de comisiones claramente "regresivas" como la de mantenimiento de cuenta corriente: "Cuanto mayor es el saldo medio mensual, menos te cobran. Así que los más perjudicados son quienes están en paro, los pensionistas... Y esta es una práctica que va camino de generalizarse", lamenta Fernando Herrero.
Desde el sector financiero se defienden y alegan que todo servicio tiene un coste; y cobrarlo es legítimo. Fuentes de la banca razonan que los clientes se habían acostumbrado a una operativa que no era la adecuada: no es que no se nos cobrasen los servicios, sino que estos iban incorporados en los tipos de interés que afrontábamos por otro lado. Es decir, pagábamos pero no nos enterábamos. Ahora, dicen, el consumidor sabe cuánto abona y por qué.
Más vinculación
Si acaso, el razonamiento sería válido para comisiones de nuevo cuño. Pero ¿cómo se explican las reiteradas subidas de pagos en distintos conceptos? Desde el sector admiten que sí puede haberse incrementado la cuantía de ciertas comisiones. Pero añaden que hay que ver a cuánta gente se le aplican estas tarifas. Según su explicación, los bancos se han embarcado en una competencia feroz en la que tratan de aumentar al máximo el grado de vinculación de cada cliente, y cuanto mayor es éste, menos comisiones paga. Así que, añaden, puede que ciertos pagos sean más elevados, pero hay menos gente obligada a afrontarlos.
Sea como fuere, lo cierto es que los bancos aumentan cada vez más sus ingresos por comisiones. Es verdad que, por razones obvias, cayeron durante la crisis económica (de casi 14.000 millones al año en 2007 a unos 11.250 en 2013). Pero en 2014 han repuntado, según la estadística del Banco de España, hasta superar los 11.500 millones.
Conscientes del coste en imagen que tiene todo esto, cada vez que presentan resultados los bancos suelen apresurarse a matizar que el aumento de los ingresos por comisiones es debido en estos últimos tiempos al trasvase de dinero de los depósitos -cuya rentabilidad es casi nula- a fondos de inversión o a la Bolsa. Unas maniobras que llevan aparejadas pagos que, en última instancia, serían los que engordarían su cuenta de resultados más que aquellos que enardecen a los clientes y son más impopulares.
Sin embargo, desde Adicae hacen otra lectura. El secretario general del colectivo admite que el mayor aumento de las comisiones tiene que ver con el crecimiento del volumen gestionado, sobre todo, en fondos de inversión. Pero también añade que esto forma parte de una estrategia de las entidades que, desplegando una intensa labor comercial, "convencen a los clientes para que abandonen el ahorro seguro" y busquen rentabilidades en productos más volátiles. Y no son pocos los que atraídos por los cantos de sirena están ahora sufriendo el desplome de la Bolsa, arrastrada por la incertidumbre en China.
Nuevo modelo de negocio
¿Acaso no hemos aprendido nada de casos como las preferentes? "Algo sí se ha aprendido, pero el sector bancario, con una enorme red de ventas, tiene infinitas posibilidades de crear productos y maneras de comercializarlos", desconfía Fernando Herrero. De hecho, llama la atención sobre el viraje que están emprendiendo las entidades: "Hay una campaña brutal para colocar seguros de vida, de salud y de todo con el fin de captar más comisiones por esa vía".
Algo que, dicen en el sector financiero, es perfectamente legítimo. Desde la Asociación Española de Banca (AEB) prefieren no mojarse mucho y se limitan a reiterar que hay libertad de tarifas.
En Adicae la visión es muy diferente. "Se está esquilmando el bolsillo de los consumidores, y quienes más sufren los aumentos de las comisiones son los que están en peor situación económica".
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