A. RALLO
Valencia
Viernes, 16 de marzo 2018, 01:10
No sólo los dos altos directivos de entidades financieras de la Comunitat Domingo Parra y Aurelio Izquierdo quedan señalados por el informe de la Guardia Civil sobre la operativa de Grand Coral. José Luis Olivas, el expresidente tanto de Bancaja como de Banco de Valencia y también de la Generalitat Valenciana, aparece como persona clave en el supuesto entramado delictivo por la relación que mantenía con Ferri y Baldó y que la Guardia Civil ha podido acreditar. Olivas niega ese vínculo con los dos empresarios, pero determinadas comunicaciones apuntan precisamente en la dirección contraria.
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El informe destaca especialmente los 14 viajes a Cuba que los dos industriales costearon al expresidente. A estos desplazamientos también se sumaban Izquierdo y Parra, aunque, al parecer, con menor frecuencia que el entonces máximo dirigente de Bancaja. Los primeros vuelos transoceánicos se producen cuatro meses después de la primera operación de éxito para los dos industriales alicantinos.
Olivas, en su comparecencia ante los agentes, esgrimió un motivo laboral a estos desplazamientos. «Se pensó que Cuba tenía posibilidades de que algún día ocurriría un cambio y que sería bueno posicionar allí el tema hotelero. Recuerdo que se fue a Varadero a ver la posibilidad de comprar un hotel que era de unos mejicanos... También se estuvo viendo hacernos con el hotel NH Parque Central». En cambio, la UCO cree que esos viajes no tenían otro motivo más que obtener un trato de favor.
La Guardia Civil subraya en un completo informe que pese a que el objetivo era la búsqueda de negocios, Bancaja no pagó ninguno de estos desplazamientos. No parece lógico que si se trata de un asunto profesional, una entidad bancaria no corra con los gastos de tres altos directivos. Además, los agentes recuerdan que ninguno de los responsables decidió viajar a México cuando se compraron, por parte de Grand Coral, las dos enormes fincas por las que se abonaron más de 200 millones. Del mismo modo, el dosier de los especialistas recoge cómo en al menos tres ocasiones los citados empresarios contrataron un jet privado. El desembolso fue de cerca de 400.000 euros.
El expresidente respondió en su día a los agentes que le interrogaron que nunca había obtenido un beneficio económico por la relación que tenía con Ferri y Baldo. Admitió que su cargo, el de presidente tenía una función más institucional que ejecutiva, pero que aprovechaba esos trayectos para mantener reuniones con el alcalde o el gobernador «o entrevistas con alguna persona de las instituciones y tal».
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