Las calles de los diferentes municipios de la Comunitat Valenciana han cambiado mucho desde 2008. En ese momento los barrios estaban llenos de sucursales de las diferentes entidades bancarias hasta el punto de que se alcanzó el pico de 5.069 oficinas en los que ... bancos locales como Bancaja, la CAM o Banco de Valencia eran los protagonistas. 14 años después la situación es muy diferente y después de una crisis económica y otra sanitaria la red bancaria valenciana ha mermado y cuenta con solo 2.002 sucursales.
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Así lo revelan los últimos datos del Banco de España que abarcan hasta el tercer trimestre de 2021 y que evidencian que la caída en las oficinas no ha terminado. Respecto al ejercicio anterior, se han perdido un 8,5% de las sedes en la autonomía y este es ya el peor registro desde 1977. En la actualidad quedan 1.065 dependencias en la provincia de Valencia, 692 en Alicante y 252 en Castellón. Suman 2.009 ya que también tienen en cuenta unas pocas instituciones de crédito que se incluyen junto a las tradicionales.
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El proceso de recortes que empezó con el estallido de la crisis económica, los rescates bancarios y las absorciones y fusiones que llevaron a la desaparición de las marcas propias valencianas no se detuvo ni cuando la situación económica era más positiva y se crecía. Y con la pandemia esta tendencia se ha agudizado hasta el punto de que desde marzo de 2020 han desaparecido unas 300 sucursales.
Los que protagonizan los cierres son los gigantes del sector con firmas como Santander, Caixabank, Sabadell y BBVA a la cabeza. Tan solo algunas menores como Bankinter o las pequeñas entidades más locales se quedan al margen del proceso. Estas firmas han liderado procesos de fusiones, absorciones y, en especial, Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que han llevado a la salida de miles de empleados y al cierre de cientos de oficinas.
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Los bancos defienden las clausuras por el cambio del modelo de negocio, mucho más centralizado en lo digital y en donde el dinero físico es mucho menos presente. Algo cierto pero que también implica que se haya dejado atrás a las personas que tienen dificultades para acceder a este tipo de servicios virtuales, en especial los más mayores.
Esta no es, ni mucho menos, una tendencia propia de la Comunitat Valenciana sino de España y muchos países desarrollados. El número de oficinas bancarias se situó a cierre de septiembre de 2021 en 20.421 en todo el país, lo que supone una reducción del 10,86%. Castilla y León fue la autonomía que registró una mayor caída en comparación con los datos de septiembre de 2020, al experimentar un descenso del 16,02%. Le sigue Cataluña, donde el número de oficinas bajó un 15,53%, seguida de Galicia (-14,70%) y Canarias (-14,16%).
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Los datos del Banco de España se extraen en mitad del último proceso de recortes emprendido por dos bancos que mantienen mucha presencia en la Comunitat Valenciana, Caixabank y Sabadell, lo que implicará peores cifras en el futuro.
En el último trimestre de 2021, que aún no está contabilizado en los registros del organismo regulador, las entidades que han terminado siendo las herederas de Banco de Valencia, Bancaja y la CAM han llevado a cabo cierres generalizados que en el año que empieza ahora darán sus últimos coletazos.
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En el caso de Caixabank, el proceso es consecuencia de la absorción de Bankia y en las provincias valencianas ha materializado en las últimas semanas casi 150 clausuras. Por su parte, Sabadell pretende reducir su red autonómica en casi un centenar de sucursales pero este ajuste aún debe continuar en los primeros meses de 2022. Tras los mismos, Caixabank contará con algo menos de medio millar de oficinas en la Comunitat Valenciana mientras que Sabadell en torno a 180.
¿Esto significa que dejarán de existir las tradicionales oficinas? Los expertos coinciden en que esto no llegará a ocurrir pero sí que la red será mucho menos extensa. La apuesta se centra ahora mismo por concentrar la plantilla en delegaciones más grandes y cerrar las más tradicionales de los barrios, lo que obliga a muchos a trasladarse a otros puntos del municipio o incluso a una ciudad más grande para hacer gestiones de mayor importancia.
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Pese a la gran caída, en 2022 sí que se instalarán nuevos cajeros. La Generalitat sigue con su plan para luchar contra la despoblación y la exclusión financiera y en las próximas semanas inaugurará más en municipios con pocos habitantes. Lo hará de la mano de Caixabank, tras ganar un concurso de ocho millones de euros, y se quiere que se extienda hasta llegar a los 135 municipios. El primero se estrenó en la localidad castellonense de Vallibona, ubicada en la comarca de Els Ports.
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