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Revert, en sus viñedos de Font de la Figuera. L.P.
El bodeguero que conquista a Parker

El bodeguero que conquista a Parker

Viticultura. «Hago los vinos que me gusta beber a mí», dice Javi Revert, cuyos tintos Simeta 2023 y 2022 han seducido al gurú norteamericano. La bodega como proyecto de vida

JORGE ALACID

Domingo, 9 de febrero 2025, 23:47

Javi Revert tiene buenas razones para que se le ilumine el semblante con la sonrisa perenne que luce en la entrevista. Acaba de ser padre de una pequeña llamada Laia y el estreno de la paternidad le coincide con otro título de honor, a nivel profesional. La Guía Parker acaba de reconocerle como «uno de los mejores jóvenes viticultores de España, capaz de lograr vinos con gran finura y frescura». «Estoy muy feliz», sonríe de nuevo. «Los halagos siempre son bonitos», responde.

-Finura y frescura. ¿Qué suponen esas dos ideas para usted?

-Yo creo que esa búsqueda de la finura, de la delicadeza y de la elegancia en los vinos ha sido siempre mi objetivo. Y creo que nuestra tierra tiene esos lugares que pueden captar la identidad del territorio con la perspectiva de crear vinos elegantes, delicados y finos. Y mediterráneos, a la vez.

-¿A qué asocia su éxito? ¿A su ambición por crear un sello diferencial?

-Cuando comencé, tenía la ilusión de hacer un proyecto pequeño pero muy personal. Y en eso estamos ahora mismo. En producir como hago ahora, unas 25.000 botellas, que pueden llegar a ser 30.000 pero no mucho más, porque creo que hay un enfoque que quizá no se estaba produciendo y sigue sin darse mucho todavía en Valencia y casi diría que en España: un modelo de negocio de bodega pequeña pero de manejo global. Trabajo en las diez hectáreas de viñedo y trabajo en la bodega también en la comercialización, intentando hacer vinos que busquen la mejor expresión del territorio, nuestra identidad, para posicionarlos en los mejores restaurantes del mundo. Esa es mi ambición. Desde ahí, desde un modelo tan humilde, creo que no se había perseguido un modelo de negocio como el mío hasta ahora, un modelo que funciona muy bien. Que funciona muy bien en Francia y funciona muy bien en Italia pero que quizá en España no se daba.

-Identidad del territorio y de sus vinos. ¿A qué se refiere?

-A que esta bodega, o este proyecto de vida, se basa en poner en valor el patrimonio vitícola que tenemos en nuestra zona, que es milenario. Y trabajamos variedades que son las tradicionales del lugar y ponemos en valor esas viñas viejas, como es mi caso. Las viñas que heredé de mi bisabuelo. Yo quiero que mis vinos sean representativos del lugar donde se elaboran. Vinos donde tienes que notar el calor, notar el sol, pero sin excesos. Venimos de una época en la que el exceso ha sido un poquito la virtud del vino: exceso de madera, de maduración, de color, de alcohol... Pero para mí eso no es positivo. Para mí, lo positivo es que los vinos sean equilibrados, que tengan identidad. Yo quiero que cuando la gente pruebe mi vino, reconozca que es un vino mediterráneo. Y que cuando pruebe tres vinos míos diferentes, que proceden de tres viñedos diferentes, con características de suelo diferentes, sea capaz de ver el reflejo de mis ideas en cada uno.

-97 puntos en la Guía Parker para el 2023 de Simeta. ¿Cómo definiría ese vino?

-Es un vino elaborado con una variedad muy antigua, mediterránea: Arcos. Nace en una parcela de viña vieja de las poquitas que quedaban en nuestro territorio, en España y por ende en el mundo, que varias bodegas han decidido recuperar. Es la variedad de ciclo más largo que existe en nuestra zona, que resiste muy bien el clima mediterráneo y se adapta muy bien a los veranos cálidos, secos y largos que tenemos aquí, sin perder acidez ni excesivo color. Para mí es el reflejo del Mediterráneo, una variedad muy identitaria del lugar que el consumidor puede reconocer muy bien.

-El de 2022 se queda en 96 puntos, que está también muy bien. ¿Dónde se perdió ese punto?

-Pues en que el mundo del vino cada año te pide una forma de trabajar diferente. Es la misma viña, las mismas barricas, el mismo saber hacer... La diferencia está en la añada. El éxito de un vino va a venir directamente de la calidad de la uva que produzcamos. Cada año es distinto, y por mucho que tú te empeñes, hay años en que la fruta va a ser diferente a la del año anterior o a la del año siguiente, y por lo tanto el vino va a ser distinto.

-Hay bodegueros que trabajan pensando en Parker, en crear vinos de su gusto. ¿Es su caso?

- No, no es mi caso. Yo lo que tengo con mi bodega es también un proyecto de vida. El vino es mi forma de vivir. Con el vino soy muy pasional, forma parte de mi vida. Así que yo hago los vinos que a mí me gusta beber.

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