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V. LLADRÓ
VALENCIA.
Lunes, 29 de abril 2024, 00:04
En menos de dos años, el mercado eléctrico ha dado un vuelco espectacular. ¿Se acuerdan de aquellas tensiones alcistas sin freno y del dichoso 'tope del gas', que pusieron en jaque todas las actividades productivas que precisan usar mucha electricidad, y en el sector agrario especialmente a los sistemas de bombeo para riegos? Pues la realidad es hoy diametralmente opuesta, con los precios en el mercado mayorista Omie en mínimos históricos, a cero durante buena parte del horario diurno e incluso en ocasiones con cotizaciones ligeramente en negativo.
Como consecuencia, muchos proyectos de instalación de placas solares en comunidades de regantes, que surgieron a raíz de aquellos precios disparatados por la imperiosa necesidad de abaratar gastos a toda costa, se han parado ahora, o como mínimo se han aletargado; porque la situación no urge, todo lo contrario, y la teórica rentabilidad de las inversiones programadas ha desaparecido en las actuales circunstancias. Mejor aguardar y dejar los planes en 'stand-by', por si volvieran aquellas contingencias adversas.
¿Qué ha pasado? Todo se debe al enorme acelerón para poner en marcha innumerables instalaciones de generación renovable, sobre todo fotovoltaicas en los últimos tiempos, tanto en grandes parques con muchos megavatios de capacidad como un sinfín de iniciativas más modestas de autoconsumo y, ocasionalmente, vertido de excedentes.
El resultado es que en estos momentos la capacidad de generación renovable en España supera a la demanda durante muchos tramos horarios, con lo que los precios se desploman, llegan a cero y a veces se ven incluso cotizaciones con algún céntimo negativo. Días atrás hasta llegó a estar el Mw en Omie a más de un euro negativo: poca cosa, porque viene a ser la décima parte de un céntimo por kw, pero ya es llamativo. ¿Por qué llega a tener interés alguien en pagar por vender electricidad? Son parques solares que se construyeron bajo el incentivo de primas por generar: cobran ayudas por kw/h inyectado en la red, por tanto les interesa que lo que producen entre en las líneas de distribución y, llegado el caso, hasta pueden pagar algo, porque lo que recibirán luego les compensa.
Como el sistema funciona de tal manera que el precio del último que entra marca el precio para todos, así como cuando lo del gas caro marcaba subidas incesantes cada día, ahora se da el inesperado caso contrario de precios negativos en algún momento.
Las tarifas fijas de las compañías están bajando en consonancia, pero quienes mejores resultados obtienen actualmente son quienes optan por el régimen 'indexado', porque sus precios quedan referenciados a los de Omie, más márgenes de comercialización, y en los últimos meses parten de cero o de muy pocos céntimos durante muchas horas de cada jornada.
Las cosas han cambiado tanto que pozos de riego que ya tenían decidido poner paneles solares han frenado en seco. ¿Para qué invertir ahora en ello y para qué endeudarse, si con los costes de ahora no habría rentabilidad y no podrían amortizar lo invertido? Mejor frenar.
De igual modo parece que se están retrasando otros grandes planes previstos para grandes parques fotovoltaicos ligados en parte a entidades de regantes, como lo proyectado por la empresa noruega Statkraft a través de un convenio con pozos de riego de AVA. La situación ha variado mucho y de momento no se sabe cómo evolucionará, de modo que los focos de interés también pueden reorientarse.
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