Caixa Ontinyent reducirá sus beneficios a la mitad por el impacto de la pandemia

Caixa Ontinyent, una de la dos cajas de ahorro españolas que sobrevivió a la crisis económica de 2008, cumple hoy nada menos que 136 años y los celebra con una estructura solida que todo apunta que le permitirá superar también el período de inestabilidad que ha generado el coronavirus.

Las cuentas de la entidad valenciana sufrirán las consecuencias de la pandemia y está previsto que sus beneficios se reduzcan a la mitad en comparación con el ejercicio anterior. Pese a ello, se aspira resisitir el envite y lograr un resultado positivo de 2,9 millones, tal y como informaron desde Caixa Ontinyent. Además, en 2020 se pretende provisionar un fondo de dotación en previsión de situaciones futuras, lo que afectará al balance. La situación actual también afecta a la valoración de los activos mobiliarios pero aún así se ha hecho un esfuerzo por triplicar estos meses la financiación a pymes y empresas y se han concedido créditos que superan los 40 millones.

La caja de ahorros ha tenido en 2020 un ejercicio intenso ya que se han llevado a cabo iniciativas como la reapertura del Monte Piedad, un proyecto de carácter social que tiene la finalidad de ofrecer microcréditos con la garantía de joyas y que ha sido muy demandado tras el confinamiento ya que ofrece la posibilidad de recuperar los enseres y garantizan obtener liquidez en el corto plazo. De forma paralela, se han mantenido las obras sociales, uno de los objetivos de Caixa Ontinyent, y se ha superado la barrera de los 14 millones invertidos en la última década.

Caixa Ontinyent afronta el futuro con el debate sobre la presidencia de la entidad cerrado. Tras unos primeros meses de 2020 en el que el enfrentamiento político del antiguo socialismo valenciano saltó a la caja de ahorros, se pudo cerrar hace unas semanas una lista de consenso para la renovación de la cúpula directiva que llevará a José Pla, actual vicepresidente, a la presidencia. El consenso llegó después de que desde el PSPV se interviniese para que Antonio Carbonell, aún el máximo dirigente, se presentase a la reelección para frenar el paso a Pla, considerado afín al expresidente de la Diputación de Valencia Jorge Rodríguez, que dejó el partido liderado por Ximo Puig tras ser imputado en el caso Alquería y que en la actualidad mantiene un enfrentamiento abierto con los que eran sus compañeros.