
Cuando están a punto de cumplirse seis meses de la dana que arrasó con buena parte de la provincia de Valencia, recuperar la normalidad ... que se perdió la tarde del 29 de octubre sigue siendo el objetivo prioritario para muchas de las localidades afectadas. Sin embargo, no todas avanzan al mismo ritmo. Ese es el mensaje de alarma que lanza Cámara Valencia en su último estudio, publicado este jueves.
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La organización cameral alerta de que se está produciendo una recuperación asimétrica en los diferentes municipios de la zona cero ocasionada, en gran medida, por la lentitud del Consorcio de Compensación de Seguros a la hora de abonar las indemnizaciones -hasta el momento se han pagado 2.136 millones en la provincia de Valencia, concentrándose en Paiporta, Catarroja, Alfafar, Algemesí y Aldaia el 59% de los pagos- así como la descoordinación entre administraciones públicas para «agilizar la recuperación económica y garantizar la supervivencia de las empresas locales».
El informe de Cámara concluye que han sido las propias empresas las encargadas de iniciar la «reactivación económica» teniendo que realizar un esfuerzo «inconmensurable», por lo que aquellas zonas con mayor peso de pequeñas y medianas empresas, que disponen de una capacidad de endeudamiento menor, «han visto mucho más limitado su proceso de reapertura y recuperación».
Para la elaboración del informe Cámara ha tenido en cuenta variables relacionadas con la actividad empresarial, como son el consumo eléctrico por sectores, las afiliaciones a la Seguridad Social, los contratos laborales firmados, la matriculación de vehículos o venta de vehículos de segunda mano. Los resultados varían dependiendo de cada variable, aunque municipios como Sedaví, Alfafar o Paiporta son los que muestran un ritmo de recuperación más lento, teniendo en cuenta el global de los datos.
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Desde la entidad empresarial temen que algunos municipios queden rezagados en la recuperación del tejido industrial, comercial o minorista, ya que podría suponer un desajuste importante en la actividad económica de L'Horta Sud.
En materia industrial, el regreso a la normalidad «se está produciendo a varias velocidades» tanto en la zona más afectada por la riada como en el resto de la provincia de Valencia, que sufrió los efectos colaterales de la tragedia. En ese sentido, desde Cámara plantean que el estancamiento del mercado exterior, provocado por un escenario geopolítico complejo, afecta negativamente a la recuperación industrial.
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Los datos de consumo eléctrico industrial del primer trimestre de 2025 ponen de manifiesto las dificultades de la industria valenciana en el proceso de recuperación de la actividad al retroceder cerca de un 7% en el núcleo de la zona cero así como en toda la provincia.
No obstante, se producen visibles diferencias entre localidades. Las empresas situadas en los polígonos industriales de Albal, Alfafar, Algemesí y Sedaví son las que mayor lentitud muestran en la recuperación, dejando cifras de consumo eléctrico industrial todavía muy lejanas a las registradas antes de la dana. La reducción del consumo a nivel industrial es un claro síntoma de inactividad, por lo que podría traducirse en cierres de empresas en las zonas en las que los índices permanecen muy bajos cuando ya han transcurrido seis meses de la tragedia.
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Los datos del mercado laboral también reflejan cierta desigualdad en la recuperación. Si bien es cierto que en líneas generales no son tan negativos como cabría esperar, el informe de Cámara refleja que las poblaciones con mayor peso del sector industrial, como Ribar-roja del Turia, Quart de Poblet, Cheste, Chiva o Catarroja han registrado un significativo aumento de los afiliados a la Seguridad Social, mientras que las pequeñas poblaciones de L'Horta Sud, menos industriales, han experimentado un movimiento totalmente opuesto. El ejemplo más evidente es el de Sedaví, con una reducción del 24% en la afiliación respecto al año previo.
No es casualidad que en esas regiones en las que el peso del sector industrial es más reducido también exista una mayor presencia de empresas dedicadas al sector servicios o al comercio minorista. Es decir, pequeñas y medianas empresas. En toda la zona afectada por la dana en torno al 30% de los locales comerciales que existían antes de la riada permanecían inactivos en la primera semana de abril. Desde Cámara aseguran que el ritmo de reapertura «se ha ralentizado notablemente, en comparación con los meses anteriores», por lo que la organización cameral estima que uno de cada cuatro locales comerciales no volverá a abrir «en el corto y medio plazo».
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En ese aspecto, el comercio minorista es el que todavía sigue sufriendo en mayor medida los daños provocados por la dana debido a su reducido tamaño, la elevada inversión necesaria y la lentitud del Consorcio. «Las indemnizaciones son clave para las micropymes y pymes afectadas, la mayoría de la cuales no cuentan con la capacidad financiera suficiente para hacer frente a los costes de la reconstrucción», indica el estudio de Cámara Valencia.
De nuevo, si se tiene en cuenta el consumo de energía eléctrica en el sector servicios se puede observar como Alfafar, Sedaví, Massanassa y Paiporta, donde se registran consumos inferiores al 40% en comparación con el año previo, son los pueblos que avanzan a menor ritmo. «Son también los que concentran un mayor volumen de actividad comercial y, en el caso de Paiporta, un mayor grado de destrucción», justifican desde la entidad empresarial. En materia laboral sólo Sedaví y Benetússer han registrado una disminución en el número de afiliados en el sector servicios durante el primer trimestre del año.
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El informe de Cámara también pone el foco en otras cuestiones como la recuperación del turismo en la provincia o los daños que la dana dejó en activos (infraestructuras, viviendas, vehículos...), que supusieron unas pérdidas de 17.000 millones, según los cálculos de Cámara. «La recuperación de dichas pérdidas va a requerir un tiempo más prolongado que la recuperación del flujo económico», advierten desde la organización empresarial al tiempo que reclaman financiación pública y agilidad burocrática: «Es importante que las reparaciones puedan tramitarse por el procedimiento de emergencia previsto en la Ley 9/2017, tal y como se hizo con las medidas urgentes adoptadas para afontar la pandemia de la COVID-19».
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