El campo duda de que se concreten los cambios anunciados

Las famosas 18 medidas anunciadas por el ministro de Agricultura, Luis Planas, para intentar que vuelva la tranquilidad al sector agrario no han servido para mucho. Las movilizaciones de protesta continúan y el malestar que las impulsa no se ha corregido un ápice, puesto que la total falta de concreción mantiene en alto la desconfianza y, una vez evaluado el posible alcance de cada una de las cuestiones que enarbola el ministro, las dudas se acrecientan.

Hasta lo que parecía más claro, la supresión de la exigencia de aportar fotos georreferenciadas como elementos de prueba y darle al cuaderno digital un carácter voluntario, no acaban de cuadrar. ¿Lo del cuaderno es para siempre o solo para este ejercicio? ¿Lo de las fotos será en todos los casos o se mantendrá si la Administración quiere requerirlo? Prevalece la ambigüedad.

Quienes tienen más experiencia en estas cosas lo dicen bien claro: «Hasta que no lo veamos publicado en el BOE no podremos saber en qué se concreta todo esto y hasta dónde llegará». Y ni aún así, apuntan algunos, recordando que, por ejemplo, la medida que debería permitir cambiar de potencia eléctrica contratada dos veces al año, y no una sola, como está aún en vigor, se ha aprobado y publicado cuatro veces (una con el Gobierno de Rajoy y tres con el de Sánchez), pero sigue sin aplicarse.

El propio conseller valenciano de Agricultura, José Luis Aguirre, ha señalado que, tras acoger con optimismo las medidas anunciadas por el ministro, una vez analizadas con detenimiento descubrió que «son propuestas vacías de contenido». Además plantea que si esas 18 medidas son posibles, «¿por qué no las aplicó antes?»

La verdad es que se trata de cuestiones que dependen de ver hasta dónde se llega en su desarrollo pendiente, de que Bruselas lo apruebe así o asá, de que haya mayor voluntad política de la existente para llegar más lejos... y en algunos puntos se nota que había una urgencia por prometer algo, aunque en la práctica ya veremos.

Hacer que el organismo encargado de la ley de la cadena alimentaria sea una agencia estatal no parece que vaya a cambiar mucho sobre la eficacia real. Sí, ha habido muchos expedientes y sanciones, pero no se ha resuelto lo de los precios, que era el objetivo. ¿Qué cabe esperar que se cambie ahora?

En cuanto a la PAC y todo lo concerniente a los supuestos buenos propósitos de simplificación, flexibilización, eliminación de trabas burocráticas y corrección de los dichosos ecorregímenes, la propia presidenta Von der Leyen ha dicho que está dispuesta a mirarlo y a conceder una derogación parcial ¡para este año! ¿Y para después qué? ¿Más palabras y mejores intenciones? El hartazgo del campo no se remedia por ahora.