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Castillo de Liria, la marca pionera de los vinos valencianos cumple 50 años
BODEGAS VICENTE GANDÍA

Castillo de Liria, la marca pionera de los vinos valencianos cumple 50 años

La enseña de Bodegas Vicente Gandía celebra el 50 aniversario de la apuesta de José María Gandía Perales por comercializar vino embotellado con marca para ofrecer valor añadido

SUPLEMENTOS

Domingo, 11 de julio 2021, 01:42

Bodegas Vicente Gandía celebra el 50 aniversario de la aparición en el mercado de Castillo de Liria, considerada como la primera marca de los vinos valencianos. Nacida en 1971 de la mano de José María Gandía Perales, la enseña supuso un salto de calidad en su momento, situándose hoy en día como la marca que más botellas de vino ha vendido dentro de la Denominación de Origen Protegida Valencia y con su presencia internacional en más de 60 países.

Castillo de Liria es, probablemente, una de las marcas de vino español más reconocidas en todo el mundo. Su nacimiento supuso un verdadero hito en la Valencia de principios de los años 70 del siglo XX, cuando la producción de vino en esta zona estaba centrada en la elaboración y comercialización de vinos a granel. Era el caso de Bodegas Vicente Gandía que, desde su nacimiento en 1885, se había dedicado al granel, que exportaba a diferentes lugares del planeta.

En aquella época, la bodega se diferenciaba del resto gracias a su método para envejecer y tratar el vino para su transporte. Para ello se utilizaban barricas cuya madera procedía de un pequeño bosque de Missouri (Estados Unidos). El secado de la madera, el tostado de la barrica y su conservación era un proceso especialmente cuidado, con el objetivo de que el vino estuviera en un perfecto estado durante su transporte, aspecto con el que seducían a sus clientes.

Un proyecto personal de José María Gandía Perales

Todo ello empezó a cambiar en 1971. José María Gandía Perales quiso dar un paso más allá y tuvo la brillante idea de producir vino embotellado con marca propia para ofrecer a los clientes un valor añadido. Para ello, tuvo que salvar primero las reticencias de su padre, José María Gandía Ferri, que en aquel momento no veía con buenos ojos la aventura en la que la bodega estaba a punto de embarcarse. «Estás loco, José, estás loco», rememora el hijo de la conversación con su padre.

Gandía Perales desarrolló toda la idea. En esos momentos, Bodegas Vicente Gandía estaba ubicada en el Grao de la ciudad de Valencia, en un local de la calle Maderas, junto al puerto. Además, tenía un pequeño centro de elaboración en la localidad valenciana de Liria, junto a los viñedos de donde procedían las uvas con las que elaboraban su producción vitivinícola. De ahí la idea del nombre: José María Gandía Perales decidió llamarlo Castillo de Liria con la idea en la cabeza de los afamados vinos franceses que, en aquella época, casi siempre utilizaban la palabra 'château' –castillo en francés–, y centrando la localización en la ciudad de Liria, como lugar de origen de estos vinos. Liria, además, es uno de los enclaves con más historia del arco mediterráneo. Ubicada en la comarca de Camp de Túria y en el corazón de lo que hoy es la Denominación de Origen Protegida Valencia, corresponde a la subzona bautizada como Valentino, nombre que procede de la denominación latina Valentia Edetanorum, que es como los romanos llamaban a la ciudad de Valencia. La etiqueta también fue idea original de Gandía Perales, que quiso ilustrar la botella con la imagen de un castillo con un viñedo a sus pies, fiel reflejo de cómo lo hacían los grandes vinos franceses.

Los inicios de Castillo de Liria

«La primera cosecha fueron unas 500 cajitas. Enseguida cogí unas botellas y me fui a venderlo al jefe de compras de Superette –extinta cadena de supermercados–, un señor, que para mí era muy mayor, porque yo tenía veintitantos años y el 50. Mira 'xiquet', me dijo, dedícate a vender neveras o lavadoras que vendiendo vino no tienes nada que hacer», recuerda José María Gandía Perales. «No entendía que el vino de Valencia se embotellara y se vendiera. Salí arrastrándome, con la moral por los suelos», añade.

Pero esta primera experiencia no le hizo desfallecer. Al cabo de unos meses consiguió entrar en esa cadena de autoservicios a través de un distribuidor intermediario y comenzó a coger fuerza en un mercado que todavía no estaba acostumbrado a que estos vinos tuvieran este salto de calidad.

Hoy por hoy, Castillo de Liria es una marca consolidada y cinco décadas después de su nacimiento es la que más botellas ha vendido dentro de la historia de la DO Valencia. Su presencia internacional así lo atestigua, con implantación en más de 60 países de los cinco continentes y con un nivel de reconocimiento sin igual.

Al final la historia tuvo un final feliz y 50 años después Castillo de Liria es una marca exitosa, arraigada y, con su presencia internacional, probablemente sea una de las marcas de vino de España más reconocidas en todo el mundo. Castillo de Liria revolucionó en 1971 el vino valenciano y cambió para siempre un sector que hoy es reconocido en todo el planeta. Sin Castillo de Liria no se hubiera escrito de la misma forma la historia de calidad y profesionalidad de los vinos valencianos.

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