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El año 2023 no ha sido precisamente halagüeño para el campo valenciano, que ha sufrido las consecuencias del cambio climático, que sigue mermando las cosechas y la cabaña ganadera en la Comunitat. «La prueba más evidente es que hasta noviembre las indemnizaciones por siniestralidad ... en los seguros agrarios eran superiores a los 95 millones de euros, mientras que en todo 2022 fueron de 61 millones de euros, lo que supone ya un aumento de más del 56% a falta de un mes todavía para acabar el año», indican desde La Unió.
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Los cultivos más afectados son los cítricos con más de 45 millones de euros de indemnizaciones, seguidos por el caqui con cerca de 30 millones, la uva de vinificación con una cifra cercana a los ocho millones, frutales y cereza con más de tres millones de euros, almendro y hortalizas con dos millones y olivar con un millón. Además, se suman las pérdidas ocasionadas a los sectores ganaderos, tanto por pérdidas en la cabaña como en número de explotaciones «agravadas por seguros con normativas poco atractivas, primas elevadas, y no adaptadas a la realidad productiva de la ganadería en la Comunitat».
Estos datos, procedentes de los seguros agrarios, adquieren mayor relevancia porque muchos agricultores y ganaderos no cuentan con pólizas. Por ejemplo, la cobertura del seguro de cítricos o uva de vinificación alcanza solo el 50%-60% de la superficie. Las cifras de pérdidas debidas a la meteorología podrían ser aún más alarmantes.
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Elísabeth Rodríguez
El problema radica en que las Administraciones no suelen compensar estas pérdidas y confían en exceso en un sistema de seguros agrarios que el Gobierno continúa recortando. El ajuste de las tarifas para compensar la creciente siniestralidad, mediante primas más altas y coberturas más limitadas, no constituye la solución requerida por los agricultores y ganaderos. En lugar de ello, el Gobierno debe fomentar y promover la contratación de seguros, respaldando al sector mediante una subvención del 70%, el límite máximo permitido por la Unión Europea, para reducir los costos de las primas de los seguros.
Todos o gran parte de los cultivos han sufrido descensos productivos por diversos motivos este año. Un 64% menos de cosecha de cereales en la peor campaña de los últimos veinte años, la de uva de vino un 40% más baja y en zonas como Utiel-Requena hasta un 60% menos, un 4% menos de cítricos, la cosecha de olivas a pesar de mejorar está a la mitad de una normal, los productores de cereza sufren la incidencia de la meteorología y un largo etcétera que resultaría interminable.
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Arturo Cervellera
Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, indica que «sería importante que el Consell con fondos propios dé un impulso con ayudas para que los agricultores y ganaderos de la Comunitat Valenciana aguanten esas bajadas productivas y los aumentos de los costes de producción. Esa meteorología adversa requiere un paquete extraordinario de medidas y apoyos económicos para salvaguardar que se sigan produciendo alimentos de calidad».
Junto a los efectos de la meteorología hay que destacar de este año la subida de los costes de producción agravada por la guerra de Ucrania, el crecimiento de las importaciones procedentes de terceros países sin reciprocidad que hunden los precios de nuestras producciones, la amenaza y lucha contra las plagas normalmente importadas, la nueva PAC que cumple ya un año o la Ley de la Cadena Alimentaria que sigue siendo insuficiente para resolver el desequilibrio entre origen y destino.
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Gonzalo Escrig Molina
Las respuestas de las diferentes Administraciones no han sido las adecuadas ante todos esos problemas, de ahí las protestas realizadas por La Unió Llauradora i Ramadera a lo largo del año. Se iniciaron en enero en Madrid ante los recortes por el trasvase Tajo-Segura, en febrero fue el turno de los apicultores ante les Corts en Valencia por el ninguneo de la Generalitat, marzo fue objeto de una protesta en El Puig por el recorte en los seguros agrarios y ese mismo mes otra concentración en la vecina localidad de Puçol por las expropiaciones para los terrenos de la Volkswagen.
Por otro lado, la Asociación Valenciana de Agricultores(AVA-ASAJA) lanza una dura crítica al Gobierno porque vuelve a dejar fuera a los productores de la uva y del olivar de las ayudas publicadas hoy en el Boletín Oficial del Estado, a través del Real Decreto-ley 8/2023 por el que se adoptan medidas para afrontar las consecuencias económicas y sociales derivadas de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, así como para paliar los efectos de la sequía.
La organización presidida por Cristóbal Aguado lamenta que el Gobierno central «haya olvidado de nuevo a dos cultivos fundamentales para la agricultura valenciana como son la uva y el olivar en las ayudas por la sequía, pese a que ambas producciones se han visto gravemente mermadas por la falta de lluvias en los dos últimos años. Mientras otros cultivos y ganaderías se beneficiaron de ayudas directas en anteriores decretos, el Ministerio de Agricultura pierde otra oportunidad para resarcirse de su error y vuelve a discriminar de manera arbitraria la uva y olivar«.
El responsable de la sectorial del vino de AVA-ASAJA, José Luis Robredo, recuerda que «la sequía es la principal causa de la reducción global de un 40% en la cosecha de uva en la Comunitat Valenciana. Esta importante merma, unida a la crisis de los precios sobre todo en vinos tintos, deja un paisaje desolador con cepas secas y uvas por vendimiar. No entendemos, pues, que el Gobierno se haya olvidado de este cultivo en las ayudas por la sequía y la guerra«.
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