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ILUSTRACIÓN: SR. GARCÍA

La clase media se desdibuja

La crisis derivada del coronavirus vuelve a golpear al estrato social con el que se identifican el 70% de los españoles, aún no recuperados de los efectos de la anterior recesión

Isabel Domingo

Valencia

Viernes, 25 de diciembre 2020

Unanimidad entre los economistas: se avecina una etapa complicada en niveles de renta el próximo año porque la crisis derivada de la pandemia de coronavirus está siendo más severa en España. Y ya hay una realidad que apunta hacia ese camino: el índice de Gini (un coeficiente usado para calcular la desigualdad de ingresos) ha aumentado dos puntos desde febrero, una subida similar a la producida en la anterior crisis financiera (2008). «Sin embargo, esta vez el repunte se ha producido en un lapso de tiempo mucho más breve. La recuperación de la actividad económica en 2021 será clave para revertir esta situación», resalta el director de Estudios de CaixaBank Research, Oriol Aspachs, que firma junto a otros autores un informe sobre el impacto del Covid en la desigualdad en España publicado recientemente por la entidad financiera.

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Jóvenes y extranjeros residentes en España son los colectivos mas afectados pero también la clase media, ese estrato social con el que, según el CIS, se identifican más del 70% de los españoles y que aún no se ha recuperado del golpe sufrido en la crisis anterior. De hecho, el porcentaje de la clase media baja (aquella cuyo rango de ingresos oscila entre los 1.970-3.284 euros mensuales para un hogar de dos adultos y dos niños menores de 14 años) se sitúa en el 32,56% de la población española, casi dos puntos menos que en 2010 (34,05%) y más de cuatro (36,92%) respecto a 2006, según los datos recopilados por la catedrática de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alcalá (UAH), Olga Cantó, miembro de los grupos de investigación WEIPO de esta institución académica y de Equalitas.

Ese grupo, el de la clase media baja, «es el más numeroso en todos los países europeos y es lo que propicia tener una sociedad cohesionada», reflexiona Cantó. ¿Por qué? Si sucede lo contrario, como ocurrió en la recesión de 2008, el grupo del 75% de la mediana (el umbral que se toma como referencia para la clase media baja) se vacía y rellena el grupo inferior (clase baja), que en 2014 llegó incluso a superar en porcentaje al de la clase media. De hecho, en un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), el catedrático de la Universitat de València Francisco José Goerlich cifró en tres millones las personas que la crisis anterior sacó de la clase media para engrosar la clase baja.

Todo ello equipara a España con Estados Unidos. «No es bueno porque si tenemos la escalera social americana supone tener la mayor parte de la población en los extremos, es decir, un país polarizado», alerta la catedrática de la UAH. Y se traduce en una pérdida de poder adquisitivo, sin olvidar que sobre las clases medias descansa parte del sistema tributario.

De ahí que el Covid pueda acabar de desdibujar a la clase media española. Los economistas coinciden en que es pronto para evaluar los datos sobre su impacto pero ya anticipan importantes efectos. «Con el coronavirus claro que hay un riesgo evidente de que se produzca un deslizamiento de la clase media baja a la clase baja, con la consiguiente pérdida de bienestar. Eso ya fue un 'shock' social entre 2014 y 2015», advierte Cantó.

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Una idea que comparte Goerlich: «Sí, sin duda. Es perfectamente posible». Y recuerda cómo esos tres millones pasaron «de verse como clases medias a sentirse vulnerables». La intensidad dependerá de cuánto dure la pandemia y del esquema de ayudas para los sectores con mayor paralización de la actividad.

Porque precisamente esos sectores (comercio, hostelería, turismo, actividades recreativas y festivas, autónomos) son los que mayor riesgo tienen de deslizarse hacia una posición inferior. Forman parte de la llamada 'sociedad de las oportunidades' que distingue el informe Foessa, pero en la escala inferior, casi próxima a la 'sociedad insegura'. «A corto plazo ya ha aumentado la desigualdad. Es clave cuánto se prolongará esta situación, cómo será la velocidad de despegue y la capacidad de aguante de esa parte de la sociedad», explica el profesor de Economía y Empresa de la Universidad CEU Cardenal Herrera Enrique Lluch.

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«La crisis económica también está afectando sobremanera a las personas con ingresos medios. Entre febrero y abril, un 20% de las personas que en febrero tenían unos ingresos salariales entre 1.000 y 2.000 euros al mes, se quedó sin ellos, mientras que un 13% pasó a tener unos ingresos inferiores a 1.000 euros», detalla Oriol Aspachs. Y aunque las transferencias del sector público y la reactivación de la actividad económica han hecho que se haya recuperado «parte del terreno perdido», según este economista, «los niveles previos a la crisis difícilmente se alcanzarán antes de 2023».

Innovación ante la crisis. El negocio aprovecha la coyuntura para impulsar el canal digital y atraer más ventas. irene marsilla

«Los ingresos han caído un 70% y nos hemos apretado el cinturón»

Un hogar de cinco miembros sufre la crisis del Covid-19 en el propio negocio familiar y capea el temporal con las ventas al mínimo elísabeth rodríguezvalencia. La familia de Domingo Rodríguez depende en exclusiva del puesto que tienen en el Mercado Central, llamado 'La Parada de las Especias'. «Hemos notado muchísimo la crisis sobre todo por la caída del turismo, ya que el género que vendo es un souvenir muy llevadero. No es la clásica chapita o imán», explica Domingo. «Los ingresos se han reducido muchísimo, alrededor de un 60 y 70%. No he querido ni sacarlo», añade este padre de familia de cuatro hijos, de los cuales, tres dependen económicamente de este negocio.

«En casa nos hemos tenido que apretar el cinturón. No quiero ni hablar de lo que quedó de marzo, abril y mayo porque más vale pasar página. Ahora mismo estamos vendiendo lo justo para ir subsistiendo», asegura Domingo. «Ya no me puedo permitir caprichos que tenía antes. Por ejemplo, el año pasado me compré una placita de garaje y un coche para mis hijos. Ahora no podría, pero al menos podré seguir viviendo», agrega Domingo que espera que las ventas se mantengan para poder «capear el temporal dignamente».

Según explica, facturará del orden de 30.000 euros menos que el año pasado. «Por otro lado, se nota la caída de la restauración. Yo tenía algunos clientes que eran propietarios de establecimientos y algunos han cerrado», indica. Como ejemplo, cuenta que una empresa dedicada a repartir en la zona de Alicante le solía comprar 1.500 euros al mes y ahora le facturan 400 euros.

«Llevamos en la plaza desde antes de que se inaugurara el mercado. Malo sería que habiendo pasado una guerra civil y varias crisis no aguantemos una pandemia», señala Domingo, que da gracias, a su vez, de que el núcleo familiar más cercano no haya padecido el virus del Covid-19.

No obstante, lejos de paralizarle, Domingo ha aprovechado la coyuntura para dar un impulso al canal digital. «Nos estamos poniendo las pilas con el mundo digital, con el que nos sacamos un dinerillo extra, que siempre ayuda. También tenemos las redes sociales funcionando, sobre todo Instagram, que se está moviendo mucho y bien porque hay gente que se acerca y nos lo dice. Cada vez la gente compra más por internet», cuenta.

Por lo que respecta a los gastos de esta Navidad, Domingo admite que deberán privarse de pequeños caprichos como las bocas de marisco.

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