–¿Por qué Edificio España? ¿Está el país dividido en pisos?
–Porque España está cada vez más rota, como las comunidades de vecinos. Tenemos un problema muy grave, que es la desigualdad. Los que viven en el ático y representan el 20% más rico son las familias que ingresan más de 48.600 euros al año y cada vez tienen más. Y luego está el otro 20% que vive en el sótano social y cuyos ingresos no superan los 1.260 euros al mes. Esto ya no es un problema económico sino político y social.
–¿Qué papel juega la clase media?
–La clase media está en peligro de extinción y hay que actuar. Cada vez es más fácil caer abajo, especialmente si estás en la clase media-baja. En este primer piso con dos golpes de mala suerte en la vida estás sentenciado. Y hablamos de cosas tan simples como terminar en el paro o el divorcio.
–¿Trabajar garantiza no caer en la pobreza?
–Tener un trabajo ya no es una garantía de sobrevivir. La pobreza laboral se está generalizando y es un fenómeno muy preocupante. El secreto para hacer dinero en España es tener dinero de antes, ya sea por renta o herencia.
«No soy partidario de subir impuestos a pymes sino ampliar el sistema a grandes fortunas y empresas»
–En el libro se aboga por la reforma fiscal. ¿Es más importante subir impuestos o que los que no los pagan lo hagan?
–Yo no soy partidario de subir impuestos a quien no puede pagar más. La cuestión no es subirlos a las nóminas, las clases medias, las pymes o las autónomos. Toca ampliar la base fiscal para llegar a la gente que más dinero tiene y que se escapa del sistema con ingeniería fiscal. Hablamos de grandes fortunas y grandes empresas.
–Se utilizan metáforas médicas como paradas cardiacas o subidas de tensión para hablar de las crisis. ¿Cómo sobrevive un paciente a tantos problemas?
–O nos ponemos ya a dieta fiscal y a dieta educativa o el paciente España no sobrevivirá. Hay que restaurar estos dos ascensores sociales que están averiados porque sino no vamos a poder continuar. Hay que decirles a los partidos que en este campo no hay que discrepar, hay que acordar.
–¿Cuándo terminará este período de inflación?
–Cuando me preguntan por esta cuestión yo siempre cito a J.P. Morgan, que cuando le ponían dudas así sobre la mesa decía que si los analistas tuvieran la respuesta estarían comprando acciones y no vendiendo consejos. Es imposible saber lo que va a pasar, pero sí se puede analizar lo que está pasando. Y la subida de tipos de interés está siendo un suicidio, porque la solución que se le está dando a la crisis es otra. Todo este problema está originado por unos precios de la energía disparados y hacer más caro el crédito no va a ayudar en nada. La solución tiene que llegar desde los gobiernos.
–¿Y qué tal lo está haciendo el nuestro?
–Yo creo que al Gobierno de Pedro Sánchez tiene buena intención y le sobra letra pequeña. El ingreso mínimo vital solo llega a la mitad del millón de personas que se había fijado como objetivo. Y, del mismo modo, las ayudas a la hostelería han quedado desiertas y el bono joven o las políticas respecto a las hipotecas que se quedan cojas. El Gobierno hace grandes titulares y todavía más grande letra pequeña.
–¿Esta situación genera frustración?
–No hay ninguna duda. Si las ayudas no llegan a la calle sirven para poco y así se pierden elecciones. Hay demasiada letra pequeña y si el anuncio no entra en mi casa no va a generar ningún voto.
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