VICENTE LLADRÓ
VALENCIA.
Martes, 18 de agosto 2020, 00:03
El grave problema del 'cotonet' de Sudáfrica ha comenzado a estallar en el último eslabón de la cadena: en el ámbito comercial, con lo que empieza a cobrar envergadura económica.
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La plaga está descontrolada desde que se prohibieron los insecticidas eficaces y se evidenció que los que quedan no lo son. Desde la primavera, el mal ya está hecho para esta campaña, las pequeñas naranjas y mandarinas que fueron atacadas entonces ya quedaron deformadas; lo que ocurre es que faltaba que crecieran más para hacerse bien visible su deformidad anticomercial.
Así y todo, muchos agricultores afectados todavía no son conscientes del nivel de desastre que pueden tener en sus huertos. Pero poco a poco irán sabiéndolo por boca de compradores y técnicos de cooperativas, ahora que vuelven al campo para preparar el próximo inicio de la temporada.
El Comité de Gestión de los exportadores de Cítricos, que agrupa a la mayor parte del comercio privado del sector, asumió ayer que el 'cotonet' de Sudáfrica está sin control y que «los daños en la próxima campaña serán muy graves», tanto en el campo como en los almacenes de confección, por lo que es previsible que se registran altos porcentajes de destríos en las tareas de selección y empaquetado. Pero sobre todo se teme lo que pueda suceder en la siguiente temporada, por lo que urge prepararse.
Algunas cooperativas están comunicando a los socios el porcentaje de daños de sus huertos, para que sean conscientes de ello cuando toque recolectar la cosecha y, sobre todo, cobrar la liquidación.
Siendo muy grave la situación actual, el Comité de Gestión advierte de cómo se puede generalizar el desastre en la siguiente temporada si sigue sin hacerse nada. Porque en ausencia de insecticidas efectivos, reconoce que la única opción es la lucha biológica, pero los insectarios de la Generalitat «no están en condiciones de criar y multiplicar los enemigos naturales de esta plaga para proceder a su suelta masiva», tal como anunció reiteradamente la Conselleria de Agricultura. La realidad es que apenas se ha multiplicado el parasitoide 'Anagyrus' que se trajo de Sudáfrica, ni se sabe cuándo se hará. Por ello, el propio Comité de Gestión ofrece a la conselleria los insectarios de sus propios socios exportadores para realizar la necesaria multiplicación de 'Anagyrus' y 'Criptolaemus'.
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La Junta de Andalucía negocia con una firma privada para encargarle que multiplique y reparta ambos insectos beneficiosos e intentar frenar allí la cochinilla.
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