A falta de 48 horas para que expire el plazo marcado, el comité de empresa de Ford Almussafes liderado por UGT se va a desplazar a Colonia con el objetivo de cerrar un acuerdo con la dirección de la compañía que les permita optar a fabricar los dos nuevos vehículos eléctricos y que termine con la posibilidad de un cierre a medio plazo. La gran apuesta ya se ha materializado y pasa por congelar los salarios durante cinco años.
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Los representantes del sindicato mayoritario han concluido una consulta interna en la que han obtenido el respaldo de la plantilla para ceder en diferentes cuestiones. El objetivo es convencer a la cúpula mundial de que hay que apostar por Almussafes en lugar de por la ciudad alemana de Saarlouis, donde está la otra factoría que podría llevarse los modelos en juego. Las informaciones que llegan insisten en la misma línea, solo hay carga de trabajo suficiente para que una siga en pie. La batalla está servida.
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En la reunión que mantendrán en Colonia, la base de operaciones de Ford Europa, los delegados de la plantilla pondrán en valor el trabajo de la planta valenciana y presentarán las concesiones que están dispuestos a realizar en los próximos años. La de la contención salarial es la principal pero una vez pasada media década se pide que sea compensada con revalorizaciones de acuerdo al IPC. Esta congelación llegaría después de que este año haya entrado en vigor una subida muy relevante de nada menos que el 7%.
También se prevé aceptar medidas que UGT enmarca en la flexibilidad y que pueden implicar aumentos de la jornada laboral o reducir en algún sentido las vacaciones. Eso sí, siempre a partir de 2025, cuando ya se fabriquen los nuevos modelos eléctricos.
Desde hace meses la dirección de Ford Almussafes había planteado rebajas de salarios de hasta un 10%, aumentar en media hora la jornada laboral y reducir en una semana las vacaciones para hacer más atractiva la planta valenciana. Todos los sindicatos consideraron excesivas las cuestiones puestas encima de la mesa por parte de la empresa y tan solo UGT, que cuenta con la mayoría absoluta dentro del comité de empresa, se abrió a negociar después de varias reuniones sin avances. Las dos partes se han movido de sus posiciones iniciales y es una realidad que con este paso hay un avance significativo. Ya se da por hecho que habrá acuerdo.
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En un vídeo difundido entre la plantilla de la factoría los representantes de UGT Carlos Faubel y José Luis Parra admiten abiertamente que se encuentran frente a la «negociación más dura de la historia de la fábrica». En el sindicato son claros y afirman que el sector del automóvil ha cambiado de forma radical en los últimos años. Se venden menos coches y las perspectivas no es que se vayan a recuperar las ventas previas a la pandemia debido a los cambios en la misma sociedad. Antes del Covid Ford Europa ya anunció que iba a prescindir de 12.000 empleados y cerrar varias factorías.
Este problema estructural convive con la crisis coyuntural de los microchips, una pieza fundamental que impide producir los vehículos que demanda el mercado. La misma ha obligado a aprobar infinidad de ERTE y aún hay uno en vigor. Al contar con más piezas de las esperadas se han cancelado dos días de paros previstos, el 28 y el 31 de enero.
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La decisión de la cúpula mundial de Ford de adjudicar o no a la planta valenciana los dos nuevos modelos eléctricos que se disputa con Saarlouis no solo afecta a la plantilla de más de 6.000 empleados de Almussafes sino a más de un centenar de empresas que dan trabajo a 25.000 empleados.
La Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA) quiere recordar este dato con el objetivo de presionar para que se alcance un acuerdo que permita mantener la mayor parte de la estructura actual. El clúster que representa nada menos que el 9% del empleo industrial de la Comunitat Valenciana insiste en que se tratan de multinacionales que trabajan directamente para Ford y cuya producción se dedica en exclusiva a la factoría, pero también de pymes que tienen una horquilla de dependencia de la entidad que oscila entre el 20 y el 80% de la producción.
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Para la gerente de AVIA, Elena Lluch «el acuerdo al que lleguen en Ford la empresa y los sindicatos, tiene consecuencias directas sobre el resto de empresas». «Esta negociación que busca optimizar la productividad de la planta puede ser determinante para que la multinacional mantenga la planta productiva en Valencia, o, en su proceso de reestructuración, elija la planta alemana. Y de esta decisión, dependen los próximos 15 años del sector», remarca.
Además, desde AVIA demandan un apoyo unánime y firme de la administración hacia el sector. Fuentes el clúster reconocen que han echado de menos más respaldo.
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