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La transición ecológica y la apuesta por las energías renovables es uno de los pocos temas que ha logrado un verdadero consenso de actores políticos, empresariales y sociales. En un momento en el que los precios de las energías fósiles están más disparados que ... nunca por la guerra de Ucrania y en el que los fondos europeos pueden sufragar estas iniciativas se coincide en que hay que potenciar la energía solar, que puede incluso sustituir a medio plazo gran parte de la cuota de la nuclear o el gas del ciclo combinado. Pero como pasa en muchas ocasiones una cosa son las intenciones y otra muy diferente los hechos, que en este caso reflejan que la Comunitat Valenciana está a la cola de España en la instalación de placas solares.
Los datos de Red Eléctrica de España de 2021 evidencian un problema sobre el que ya habían alertado diferentes asociaciones. Hay un gran interés por potenciar la fotovoltaica en la Comunitat pero hay baches como los farragosos trámites administrativos, que conllevan tiempos de espera eternos, dilatan en exceso los plazos y llevan a que el incremento de la superficie en todo un año sea limitado. En concreto, la Comunitat aumentó la potencia instalada de energía solar fotovoltaica un 11% en 2021 frente al 28,7% de la media de España. Esto es casi tres veces más lento y muy por debajo de los objetivos marcados por la misma Generalitat.
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La Conselleria de Transición Ecológica que encabeza Mireia Mollà puso hace algo más de un año un objetivo: que el parque valenciano de esta energía llegase a los 6.000 megavatios (MW) de potencia instalada en 2030. Es decir, debía multiplicarse por 16 y aumentar unos 626 MW por año. ¿Y de cuánto ha sido el auge entre 2020 y 2021? Pues de apenas 50 MW. La potencia instalada ha pasado de 364 MW a 405 MW. Este registro implica que en los próximos ocho años se deberá acelerar enormemente el ritmo actual para llegar al objetivo o, como mínimo, acercarse al mismo.
El incremento del 11% valenciano contrasta con el de otras autonomías como Castilla La Mancha, con un auge del 50%, o Aragón, del 36%, hasta el punto de que determinados proyectos cerca de la frontera ya se están replanteando cambiar de ubicación para ver la luz antes. Tan solo unas pocas regiones como Murcia o las del norte, donde el sol es mucho más escaso y se apuesta por otras renovables, tienen datos similares a los valencianos.
Desde la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen) lanzan un mensaje muy claro al respecto: «Llevamos un enorme retraso en la instalación de energía solar fotovoltaica». Marcos J. Lacruz, presidente de la entidad, señala que las cifras «son pírricas» y admite directamente «que la Comunitat apenas ha hecho nada en 2021». El presidente de Avaesen critica abiertamente el sinfín de autorizaciones que hay que obtener y todo el papeleo administrativo que se retrasa incluso años. «Tenemos el piloto rojo encendido y hay que actuar», sentencia.
La evidencia de este mayúsculo retraso ha obligado a la Generalitat a replantear su estrategia. El pleno del Consell ha aprobado esta misma semana un decreto que sigue la senda de una normativa estatal similar para desbloquear hasta 500 proyectos que están ahora mismo el trámite. Según Avaesen, apenas el 40% han superado la trámite de información pública, la primera fase administrativa.
Las competencias para instalar parques generadores de energía están divididas. Aquellos planes que se puede considerar grandes (más de 50 MW) necesitan la autorización estatal mientras que a los medianos y pequeños les basta con la autonómica. Y es justo esta la que se quiere reformar para dar un impulso de verdad ya que se constata que es la que cuenta con más iniciativas de los 7.000 MW viables de instalación que están pendientes.
El decreto, que se ha demorado más de lo previsto por diferencias entre PSPV y Compromís, propone un plazo de urgencia hasta 2024 para tramitar más rápido las instalaciones de menos de 10 MW. También abre la puerta a que se aprueben proyectos prioritarios por parte del Consell para agilizar trámites y ve la luz una norma que permite una especie de silencio administrativo mediante el cual si no hay una respuesta negativa en el plazo de un año se pueda aprobar el proyecto.
Con este movimiento se pretende despejar uno de los principales problemas y tan sólo quedará el escollo paisajístico. Es una realidad que determinados planes como el de Chiva afectan a una zona natural y en algunos puntos ha surgido una fuerte contestación vecinal. Sin embargo, se coincide en que son casos puntuales que, aunque hay que analizar, no pueden paralizar el aumento de la planta fotovoltaica valenciana.
Para la Comunitat Valenciana es fundamental contar con una mayor potencia instalada para producir más energía porque la realidad es que, hoy por hoy, las provincias de Castellón, Valencia y Alicante no son autosuficientes. La población y las empresas consumieron en 2021 un total de 27 millones de MW, lo que representa un 4,6% más que en el ejercicio anterior, mientras que la generación se limitó a algo menos de 18 millones, lo que implica un 6,3% menos que el ejercicio anterior.
Estos datos sacan a la luz la paradoja de que la Comunitat Valenciana cada vez consume más energía, pero no logra producir más e incluso, debido a circunstancias meteorológicas y de otro tipo, puede llegar a generar menos. La potencia instalada es la base sobre la que se puede crear cada día energía, pero la misma depende también de si hace viento, sol, etc. Los informes de Red Eléctrica de España resaltan que la potencia instalada fue de 8.297 MW en 2021 tras aumentar ligeramente.
El ciclo combinado continuó siendo la tecnología con mayor cuota en el parque de generación al representar el 34,4 % del total. Por su parte, la eólica acaparó un 15% del parque generador, la nuclear el 12,8 % y la hidráulica el 7,7%. La solar se limitó a poco más del 5%, aunque es una de las pocas que aumentó su cuota. La mayoría permanecieron invariables al no haber abierto ni cerrado nuevas plantas mientras la cogeneración cayó levemente.
En cambio, las cifras de generación son diferentes. La principal fuente que creo energía en la Comunitat Valenciana fue la nuclear, con un 45% del total. Esto se debe a que, aunque la potencia instalada es menor, la producción de este tipo de energía es mucho más constante que otras.
En segundo lugar, se encuentra el ciclo combinado, con un 19,4% y que se utiliza cuando otras energías como las renovables no pueden cubrir la demanda. La eólica aportó el 12,7% mientas que la cogeneración un 8,9%. La solar fotovoltaica volvió a tener unos registros muy discretos por debajo del 3% pese al potencial del territorio, que es uno de los que más radiación solar tiene de España.
Los expertos coinciden en que el reto valenciano es aprovecharla ahora y poder desbloquear los proyectos de renovables no solo para que el territorio pueda ser autosuficiente sino para que también logre el objetivo de consumir menos gas a través del ciclo combinado o incluso prescindir de la central nuclear de Cofrentes a medio plazo.
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