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La burocracia o los eternos plazos de las administraciones son grandes problemas que los valencianos sufren a diario. El retraso en estos campos es constante y genera una importante frustración que puede poner en un aprieto a las empresas en un contexto como el actual, que se antoja más que delicado. Pero esta impotencia se multiplica si afecta a ayudas económicas y al evidenciarse casos concretos como que las subvenciones relativas a la innovación del ejercicio 2019 aún no han sido pagadas.
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) publicó antes de la pandemia esta iniciativa a la que podían acceder diferentes empresas con proyectos de I+D bajo las líneas de pyme y cooperación. Tal y como refleja el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), las mismas habrían la puerta a sufragar entre el 30% y el 40% del coste total de este tipo de actividades, que se considera que deben ser respaldadas por el beneficio social que generan.
La práctica habitual con estas subvenciones suele ser la misma. Primero se hace pública la resolución que fija las normas y criterios base para que se presenten los aspirantes, después se da un plazo para justificar las mismas y, por último, se revisan y se pagan. Es una realidad que los intervalos suelen dilatarse algo más de un año pero en este caso ya han pasado más de tres desde que empezó el proceso.
Desde el Ivace apuntan que la pandemia les obligó a ampliar cuatro meses las dos primeras fases y así consta en las resoluciones expedidas pero también es una realidad que el segundo de ellos concluyó el 9 de febrero de 2021. Desde entonces se encuentra todo atascado en los departamentos de la entidad que depende de la Conselleria de Economía, encabezada por dirigentes de Compromís.
Este paso fundamental para sufragar parte del coste de las iniciativas que diferentes empresas llevaron a cabo no ha finalizado y el organismo que encabeza Julia Company se limita a apuntar que el objetivo es que «en su gran mayoría» se puedan pagar antes de finalizar el primer semestre. Además, señalan que parte de las mismas se anticiparon a petición del beneficiario.
El importante retraso ha generado todo un efecto cadena en las convocatorias de los siguientes ejercicios. Las ayudas del mismo campo para los dos años siguientes también han ampliado los plazos iniciales. De hecho, en el mismo 2020 se encadenaron varias resoluciones en las que se extienden los mismos y se corrigieron errores. El último de ellos fue publicado en febrero, que volvía a alargar la segunda fase de justificación para las convocadas en 2021.
La conselleria de Economía y el Ivace se enfrentan ahora al reto de desatascar este verdadero tapón administrativo antes de convocar más ayudas. Esta situación también puede desincentivar que las empresas inviertan en innovación y que, por tanto, la Comunitat Valenciana siga por debajo de muchas autonomías. Según un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación LAB Mediterráneo, en las provincias valencianas se invierten 253 euros por habitante frente a los 473 de Cataluña, los 613 de Madrid o los 675 del País Vasco.
El descontento de muchas firmas es significativo y en las últimas semanas se han encadenado todo tipo de consultas por parte de pymes y gestorías que quieren saber cuándo podrán obtener estos ingresos con los que contaban. Además, cualquier tipo de fondos puede suponer un alivio ya que ahora, con unos costes de la energía disparados y con la previsión de que la situación empeore por la guerra de Ucrania, pagar las subvenciones es más necesario.
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